El
primer ministro británico, Tony Blair, podría llegar a iniciar
con el pie izquierdo su visita a la Argentina, prevista para el 1º
de agosto, y todo por culpa de unas cuantas semillas de papas. Si la Justicia
argentina accede a un pedido de un grupo de agricultores locales, podría
embargarle el avión que traerá a Blair y a su comitiva a
las Cataratas de Iguazú, en donde se encontrará con su par
Fernando de la Rúa. Cabe aclarar que la demanda de los chacareros
ya logró un fallo positivo, que dispuso que la empresa británica
Commonwealth Development Corporation (CDC) abone 250 millones de pesos
por las semillas truchas.
La visita a la Argentina del primer ministro británico será
la primera de una alta autoridad política del Reino Unido tras
la Guerra de Malvinas. El laborista Blair, en el poder desde 1997 y reelegido
este año, llegará en el marco de una gira que también
incluye México, Jamaica y Brasil. Precisamente en Cataratas, en
la frontera argentino-brasileña, el líder socialdemócrata
británico se reunirá con De la Rúa. Y, quizás
hasta se filtre en el temario de la cumbre la cuestión de las papas
envenenadas.
La historia se remonta a 1980, cuando varios agricultores argentinos de
la ciudad de Balcarce, le compraron a empresas inglesas más de
diez mil bolsas con 50 kilos de semillas de papas cada una, que tenían
los certificados de sanidad expedidos por las autoridades del Reino Unido.
Sin embargo, las semillas contenían virus perjudiciales para
la salud, según se comprobó en Argentina.
Los productores agrícolas, estafados, iniciaron una demanda contra
los proveedores de las semillas, y finalmente el juez José Luis
Treseguerras resolvió el año pasado que la CDC indemnice
con 171 millones de pesos a los damnificados, cifra a la que sumaron otros
80 millones por intereses.
A través de ese fallo, por primera vez en la historia jurídica
argentina, un magistrado embargó al Estado británico por
considerarlo solidariamente responsable con una empresa de ese origen.
Sin embargo, en Argentina los Estados extranjeros gozan de inmunidad,
por una ley de 1995, que admite muy pocas excepciones. Además,
tradicionalmente el Reino Unido no ha reconocido la soberanía de
los tribunales de otros países sobre personas o empresas radicadas
en su territorio.
Pero como hasta ahora los agricultores no vieron un centavo, hoy los demandantes
Armando Beltrán Louge y Enrique Best harán una presentación
ante el juzgado Federal Civil y Comercial a cargo del doctor Luis Márquez,
para que se habilite la feria judicial de invierno y que la Cancillería
informe sobre el carácter del viaje de Blair.
Si en el Palacio San Martín informan que la visita del premier
británico es no oficial, el avión que lo trae podría
ser embargado, porque tendría status de comercial.
De cumplirse esa medida, Blair, además de pasar un papelón
internacional, se vería obligado a regresar en otra aeronave. En
ese caso, las venganzas simbólicas contra Gran Bretaña no
habrán quedado en aquel gol con la mano que Diego Maradona le hizo
en el Mundial de 1986.
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