Por
Emanuel Respighi
La
polémica en torno al rating fue creada interesadamente por aquellos
canales que menos miden, sostiene la empresa Ibope. Para los funcionarios
de la medidora, afirmaciones como las de Adrián Suar Ibope
se tiene que ir del país son producto de la impotencia
de aquellos que, al no ganar una franja horaria, cuestionan un mecanismo
que no cuestionaban cuando se imponían. Ibope afirma que la difusión
parcial de un informe realizado por la Cámara de Control de Medición
de Audiencias (CCMA), del que se desprendían diferencias de más
de cuatro puntos respecto a los datos oficiales, originó una gigantesca
confusión, ya que no se aclaró que era un método
interno de trabajo destinado a la mejoría del sistema. En la primera
entrevista en que contestan las objeciones que el medio hace a su tarea,
dos de los ejecutivos de la empresa dijeron a Página/12 que entienden
que la discusión pública de los datos técnicos del
rating afecta seriamente el esquema de credibilidad de la TV argentina,
al ser analizados con liviandad por quienes conocen poco del metier.
Los números que hicieron que algunos periodistas sacaran
conclusiones prematuras ejemplifican son de un informe preliminar
que contenía datos en crudo, que no eran contrastables directamente,
debido a que se utilizaron metodologías distintas. Cuando en junio
la CCMA comparó los datos telefónicos de su informe con
los hogares con línea telefónica del panel de hogares, que
son datos más similares entre sí, los resultados le dieron
la derecha a IBOPE. Si este paso se hubiera hecho en su momento, no se
hubiera producido este lío. Carlos Esteves, director comercial,
y Javier Alvarez, gerente de operaciones de Ibope, subrayan que los intereses
objetivos de la empresa, de origen brasileño, fueron lesionados.
Los primeros datos eran de un informe preliminar. Pero cuando se
conocieron los que les dieron la derecha, en la banda de 20
a 21 los resultados de América seguían sin coincidir en
un 1,3 por ciento.
J. A.: Las auditorías no buscan que los números sean
iguales, sino que se asemejen. La CCMA utiliza declaraciones telefónicas
y espontáneas de personas, mientras que nosotros utilizamos los
people meters, que son aparatos conectados a televisores que permiten
realizar mediciones minuto a minuto por medio de un sistema electrónico
totalmente objetivo. Por eso nunca se espera que los controles den números
de rating idénticos a los de Ibope, sino sólo datos comparables.
De hecho, para el cálculo de rating se toman en cuenta una serie
de variables que en la llamada telefónica no se consideran, como
el nivel socioeconómico, si poseen o no cable, etcétera.
C. E.: Si bien aceptamos esa diferencia, eso no dice nada, ya que
América tiene particularidades que hace que esa pueda ser atribuida
a dos cuestiones. La primera es el alcance de la señal: se sabe
que en muchos lugares la imagen tiene interferencias o no se ve, sobre
todo en hogares sin TV por cable. El segundo factor es el número
de poseedores de TV por cable que se proyecta sobre los datos, que como
es de difícil determinación debido a la cantidad de conexiones
ilegales, se emplea un valor determinado por la CCMA.
¿Cómo explican los problemas que surgieron en octubre
del 2000 con la medición de Canal 7 y los de hace dos domingos
con Hacete la América?
C.E.: Nos parece natural y lógico que ante un error la gente
perjudicada se enoje. No pretendemos que Gerardo Sofovich esté
contento con Ibope. Pero nos parece justo que se reconozca que cada vez
que hubo un problema, como el de Canal 7, Ibope reconoció la equivocación
y corrigió el error. Si bien no es bueno que se cometan errores,
esta actitud debería ser valorada, en la medida que hace a la confiabilidad
de la empresa.
¿Pero no son demasiados los errores cometidos en esta última
etapa?
C.E.: Los métodos no son infalibles. Tenemos un margen de
seguridad, auditado por la Cámara, que creemos adecuado. Esto no
quiere decir que en algún momento se detecte un problema y se diga
en voz alta que una personaapretó mal un botón. En la medida
en que lo que resulte de un reclamo sea un error, Ibope nunca ocultó
esa información.
Ibope sostuvo que los números de rating no son estrellas
y deben tratarse con discreción. ¿Plantean
que deben ser ocultadao al público masivo?
C.E.: La lógica televisiva actual convirtió al rating
en estrella. Coincidimos en que es una variable sumamente importante para
muchos actores.... del quehacer publicitario. No planteamos que no se
hable del rating, sino que expresamos el deseo de que ciertos aspectos
del tema de los hogares colaboradores no sean tratados por los medios,
ya que se debilita el sistema. Los medios no deben tener contacto directo
con estos hogares ni se los debe nombrar, porque podría influir
en los hábitos internos de consumo. Cuanto menos se hable de los
hogares que colaboran, más certeras serán las cifras medidas.
¿Cómo cree que quedó la credibilidad de la
empresa?
C.E.: Es indudable que hubo una lesión a la imagen de Ibope.
La gente que utiliza los datos tiene la tranquilidad de la veracidad de
nuestra información, porque sabe del proceso de reconversión
del último año y de el esfuerzo que se hace por un mejor
standard de calidad.
La
trastienda de las cifras
Ibope
Argentina S.A. es, desde diciembre de 1999, la única medidora
de rating de la Argentina autorizada homologada,
según el argot por la Cámara de Control de Mediciones
de Audiencia, que integran todos los factores de poder en la TV
(canales, publicitarios, anunciantes, etc). El método que
utiliza para medir el rating se basa en un panel de 800 hogares
del Gran Buenos Aires y Capital Federal, cada uno de los cuales
tiene conectados en todos sus aparatos people meters. Con un promedio
de 1,9 aparatos por hogar, para las mediciones se toman en cuenta
el funcionamiento de unos 1600 televisores. Para que un hogar sea
parte del panel, el organismo realiza dos instancias: se parte de
un microcenso inicial en el que se forma una base de datos con las
características de cada hogar en particular. En una segunda
etapa, empleados de Ibope visitan hogares seleccionados, a los que
se los invita voluntariamente a colaborar con la medición.
La rotación del panel, en la mayor parte de los casos por
un deseo del hogar de no seguir colaborando, es de un 20 por ciento
anual. Pero a esta cifra hay que sumarle las rotaciones forzadas
determinadas por la Cámara, ya sea por cuestiones de antigüedad
del hogar o por falta de colaboración. El hogar reemplazante
debe poseer similares características a las del hogar dado
de baja. Todo el proceso es auditado por la Cámara.
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