Por Claudio Zlotnik
A pesar del esfuerzo del Gobierno
por mostrar su vocación de anular el déficit fiscal, parece
lejano el momento en que los mercados le levanten el pulgar. Como en la
Búsqueda del Tesoro, los funcionarios fueron cumpliendo
con todas las pruebas. Sin embargo, el premio del final el tesoro
en el caso del juego; el derrumbe del riesgo país en la realidad
parece estar cada vez más lejos. Una demostración de esto
ocurrió ayer, cuando el riesgo país volvió a superar
la línea de los 1400 puntos terminó en los 1409,
32 puntos por encima del cierre anterior. En tanto, las acciones cayeron
3,5 por ciento y los títulos públicos, hasta 2,8 por ciento.
Para peor, en la city creen que el panorama no cambiará en forma
contundente ni siquiera en el caso de que el Senado convierta en ley el
nuevo superajuste. Antes de volver a apostar, los financistas quieren
ver que, efectivamente, el Gobierno es capaz de cumplir con la nueva regla
de oro: el Déficit Cero.
Para desmentir que los financistas sean insaciables y que siempre reclaman
medidas ortodoxas adicionales, los analistas (voceros) de los bancos arguyen
que si el Gobierno no hubiese proclamado la receta del Déficit
Cero, ya no se hablaría del riesgo país sino de las supuestas
consecuencias nefastas de la cesación de pagos y la devaluación.
Pero lo cierto es que en las últimas dos semanas el riesgo se contrajo
apenas 200 puntos, a pesar de que en el medio hubo hechos políticos
relevantes que en su momento habían sido reclamados por los
mercados: el acuerdo con los gobernadores para achicar el gasto
público en las provincias y la media sanción parlamentaria
del nuevo ajuste, que trepará a unos 2400 millones de dólares
sin contar los recortes en los distritos del interior. Una contracción
que excede todo lo conocido, incluso la poda que intentó materializar
Ricardo López Murphy.
Sin embargo, en el microcentro afirman que, aun con la sanción
de la ley, el riesgo país no bajará a menos de 1000 o 1100
puntos. Es decir, a niveles que harían imposible la reactivación
económica y la reapertura de los mercados de crédito voluntario.
Los analistas y financistas se muestran pesimistas para el corto plazo,
aun cuando el Congreso vote la ley que ellos mismos pidieron y que significará
otro hachazo al bolsillo de la gente. Ni siquiera los satisface la ley
que lleva a su máxima expresión la regla de la ortodoxia.
En medio de la fuga de depósitos y la inestabilidad financiera,
los analistas prefieren mostrarse poco. A diferencia de los momentos calmos,
tienen un discurso público de extrema cautela y otro
de uso restringido. En off the record, los especialistas se atreven a
dar cuenta de su mayor o menor cuota de pesimismo, algo que evitan frente
a los micrófonos para no aparecer como tirabombas en un momento
delicado. Pero, lo más importante, dejan a la luz el escenario
que avizoran para el corto plazo. Resulta interesante conocer la onda
de pensamiento que por estas horas recorre el microcentro.
Se admite que las últimas
medidas son recesivas. Por lo tanto, se hará muy difícil
llegar a las metas de recaudación y cumplir con el Déficit
Cero sin necesidad de un ajuste adicional.
u n caso de requerirlo, ¿será
el Gobierno capaz de profundizar el ajuste?
Domingo Cavallo no cumplió
con su palabra. Prometió un achicamiento en los gastos del Estado
pero el ajuste lo terminó haciendo, otra vez, el sector privado
a través de aumentos de impuestos (aportes patronales, Ganancias,
combustibles y a las transacciones financieras).
José Luis Machinea fracasó
en su intento por hacer reaccionar la economía subiendo la carga
impositiva. ¿Por qué lo lograría Cavallo?
El mediterráneo debería
concentrar más poder. El último intento falló, pero
sería necesario que el ministro controle el PAMI, la Anses y la
AFIP.
Es positivo que los políticos
reconozcan que no se puede vivir de prestado eternamente. El problema
es que, para cerrar las cuentas, lo más probable es que sea necesario
seguir achicando gastos.
Cuando quede claro que sin
otro ajuste en el gasto será imposible cumplir con el Déficit
Cero, habrá un nuevo sacudón en los mercados. Todavía
no se acabaron los sustos.
La principal preocupación
de los financistas es la constante salida de depósitos bancarios.
Sabemos que Cavallo no va a decretar el default. Lo que es imprevisible
es si la gente seguirá sacando la plata de los bancos. Si continúa
la tendencia, la crisis se profundizará, señaló
a Página/12 un banquero de una entidad líder.
En la city también reconocen que ninguna fórmula servirá
si la economía no despega. Por ahora, los gerentes de bancos y
AFJP negocian con el Gobierno la forma de aliviar la mochila de la deuda
que debe refinanciarse. De cualquier forma, funcionarios y financistas
saben que un nuevo partido comenzará el mes que viene cuando se
vea si el Déficit Cero es capaz de sobrevivir a la planilla del
Excel.
EL
SECRETARIO DEL TESORO DESATO LA POLEMICA
Eramos pocos y cayó ONeill
Era previsible:
las declaraciones del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul ONeill,
burlándose de los argentinos y su propensión a las crisis
recurrentes, iban a generar polémica. Fueron el jefe de Gabinete,
Chrystian Colombo, y el viceministro de Economía, Daniel Marx,
los voceros del elenco oficial que se quejaron por los dichos de uno de
los hombres clave de la Administración Bush. Fueron demasiado
duras, dijo el primero; fueron sacadas de contexto,
señaló en cambio el segundo, poniendo la mira sobre el mensajero.
Desde el sector privado, un analista del establishment las consideró
desmesuradas, mientras que otro del gremialismo combativo
expresó que son una clara señal de que las estrategias
del sector dominante empiezan a tener problemas.
ONeill se había manifestado, en una entrevista concedida
al semanario inglés The Economist, poco sorprendido por la crisis
argentina. Han estado entrando y saliendo de los problemas durante
70 años, ni siquiera pueden hablar de una industria
de bienes de exportación; les gusta ser así, nadie los forzó
a ser como son, fueron algunas de sus crudas expresiones. Al ser
consultado sobre las mismas, Colombo señaló que me
parecieron demasiado duras, pero creo que lo que en definitiva reflejan
es la incredulidad externa respecto a cómo es posible que los argentinos,
con el país que tenemos, estemos dando vueltas siempre alrededor
de los mismos problemas y no hayamos generado un país mucho más
exitoso del que somos. Descartó, en cambio, que puedan ser
un reflejo de hostilidad hacia la Argentina.
Marx relativizó los dichos de ONeill apuntando que fueron
sacados de contexto, pero destacó que nosotros coincidimos
en el hecho de que la Argentina debería aumentar sus exportaciones
y por ello están en marcha muchos de los programas anunciados.
Con respecto al mismo punto, el ex secretario de Reforma del Estado y
economista de FIEL, Manuel Solanet, respondió que si bien
es cierto que en algunos casos tenemos culpas, sus apreciaciones son desmesuradas,
en particular las referidas a la industria exportadora.
En un tono diferente, Claudio Lozano, economista de la CTA, señaló
que las declaraciones de ONeill son una señal expresa
de que, en el contexto de recesión de la economía estadounidense,
la viabilidad de las estrategias de los sectores dominantes en la Argentina
están empezando a tener problemas. Recordó, en tal
sentido, que Domingo Cavallo, apenas asumió como ministro
(marzo de este año), dijo que tenía un crédito atado
con los Estados Unidos, pero esto no fue así.
Enrique Martínez, secretario para Pymes, afirmó, irónico,
que éramos pocos y llegó ONeill, para
enseguida señalar que al personaje se lo conoce por sus dichos.
Refirió, en tal sentido, que el propio secretario de Tesoro había
opinado acerca de un programa de lucha contra el SIDA en Africa que sería
una pérdida de dinero, porque los africanos no tienen el sentido
del tiempo que se necesita para tomar píldoras a intervalos horarios
definidos. También recordó que el funcionario había
mostrado su rechazo por los sistemas previsionales al considerar que los
adultos deberían ahorrar lo suficiente como para poder contar con
su propio fondo de retiro y, de ese modo, cubrir sus necesidades médicas
y de salud: de otra forma, los ancianos simplemente están transfiriendo
sus problemas al resto de la sociedad.
Ricardo Vago, diputado frepasista, señaló que son los organismos
financieros internacionales dirigidos por el gobierno estadounidense los
que nos llevaron a la crítica situación que padecemos,
tanto en el plano internacional como en el nacional. Recordó
además, indignado, que Estados Unidos fue el principal impulsor
de las dictaduras militares que azotaron a América latina y que,
en Argentina, a la par de imponer un nefasto plan económico que
incrementó nuestra deuda externa, instauró un siniestro
plan represivo con su secuela de muertes y desapariciones. El diputado
justicialista Lorenzo Pepe, en tanto, presentó un proyecto de resolución
para que la cámara repudie y condene por inexactas, insultantes,
agraviantes y desconsideradas las afirmaciones de ONeill.
CREEN
QUE ARGENTINA NO PODRA HONRAR LA DEUDA
The Economist nos ve en peligro
Argentina, Turquía
y Brasil son los mercados emergentes que corren el mayor riesgo de incumplir
con los pagos de sus obligaciones de deuda, indicó el martes el
grupo de investigación con sede en Londres The Economist
Intelligence Unit (EIU). Y entre estas economías, Argentina
es la que se encuentra en peores condiciones debido a la rigidez de su
sistema monetario, se subraya en el estudio. La EIU señaló
también que el aumento del riesgo en los mercados emergentes no
terminará este año, sino que se extenderá hasta el
2002.
Argentina, Turquía y Brasil enfrentan grandes necesidades
de financiamiento, y por lo tanto son los que corren mayor riesgo de un
incumplimiento, indicó el grupo. Argentina y Turquía
ya han renegociado algunas de sus obligaciones de deuda y la moneda brasileña,
que tiene un sistema de flotación libre, ha sido fuertemente golpeada
por el contagio de Argentina, cuyo peso está atado al dólar
en relación uno a uno.
Según la EIU, entre los países emergentes la mayor demanda
de financiamiento para este año corresponde a México, que
necesita 47.400 millones de dólares, seguido de Brasil con 42.200
millones de dólares y Argentina con 24.700 millones de dólares.
Turquía, con 10.700 millones de dólares, ocupa el octavo
lugar. Lo que hace que Argentina y Turquía sean las más
vulnerables es la elevada proporción de pagos de capital, más
del 60 por ciento del total de la demanda de financiamiento, que deben
afrontar.
Además, la EIU consideró que debido a la rigidez de su tipo
de cambio, será la Argentina quien enfrente las mayores complicaciones.
Los países que tratan de defender un sistema de convertibilidad
en momentos de escasez de liquidez probablemente sufrirán una caída
fuerte en sus reservas monetarias y una rápida subida en las tasas
de interés, que puede eventualmente obligar a la devaluación
de la moneda, indicó el informe.
Este panorama de catástrofe para la economía argentina no
puede suceder en Turquía, no porque esté en mejor situación
sino porque ya sucedió.
|