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Colombo no consiguió alinear
a todos los senadores de la UCR

Mestre y Colombo trataron de convencer al bloque oficialista de aprobar el proyecto de recorte tal como salió de Diputados. Aunque convencieron a casi todos, no consiguieron unanimidad.
Moreau fue el más irreductible.

La reunión fue en el Senado y duró horas. Colombo y Mestre trabajaron codo a codo con Mario Losada.

Por Fernando Cibeira

Después de horas de discutir, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y el ministro del Interior, Ramón Mestre, habían conseguido alinear a casi todo el bloque de senadores radicales para que vote el proyecto de ajuste tan como lo aprobó Diputados. Luego fue que se enteraron que la mayoritaria bancada justicialista había decidido no dar quórum y entonces se hizo necesario comenzar gestiones de trasnoche para reflotar la sesión de hoy. El Gobierno no quiere que la ley se demore un día más. “Llamamos a la responsabilidad a todo el bloque del justicialismo para que también se sume al debate de un momento importante para la República y que mañana podamos decir que hemos logrado superar un escollo importante”, fue la sugerencia–ruego de Colombo, luego de la reunión de bloque de la UCR. Aunque la bancada radical se mostró permeable, las diferencias en cuanto al piso del recorte persisten. “El Gobierno no respetó lo acordado con los diputados”, insistió el senador Leopoldo Moreau.
Por la noche, en la conducción del bloque radical eran optimistas acerca de las posibilidades de concretar la sesión hoy. “Ya hicimos contacto y la cosa marcha bien”, explicaban cerca del presidente provisional del Senado, Mario Losada. El Gobierno tiene urgencia por que se apruebe la ley, no sólo por una cuestión de seguridad jurídica que serviría para tranquilizar a los mercados, sino porque en la misma norma están incluidos la generalización del impuesto al cheque y la restitución del impuesto a las naftas que le aportarán recursos extra. Supuestamente, gracias a esos impuestos es que pudieron subir el piso del recorte de las jubilaciones de los 300 pesos iniciales a los actuales 500.
Justamente, el principal tema de conflicto en el oficialismo continúa siendo el piso a partir del cual se hará el ajuste. El lunes, senadores y diputados radicales habían iniciado conversaciones para modificar el artículo 10 del proyecto que tuvo la media sanción de la Cámara baja para hacer más explícita todavía su intención de que el recorte se haga a partir de los 1000 pesos. En el artículo 12 habían colocado que el Gobierno “garantizaría” ese piso, pero en Hacienda respondían que no lo pueden garantizar si no recaudan lo suficiente para pagar porque, en caso contrario, violarían el principio que rige la regla de “déficit cero”.
Ayer, antes del comienzo de la reunión, la modificación del artículo 10 sobrevolaba como una amenaza de los legisladores oficialistas sobre el Gobierno. “Si no es entendido por el Poder Ejecutivo, bueno, el Senado deberá hacer las modificaciones pertinentes y luego Diputados lo apoyará para garantizar el piso”, insistió el diputado Eduardo Santín. Con modificaciones al proyecto original, los problemas del Gobierno se agrandarían porque debía negociar una sesión de urgencia en Diputados de la que no sabía qué podía salir.
Por eso, los senadores radicales esperaban ayer que Colombo y Mestre les aseguraran que cumplirían con el piso de 1000 pesos como condición para que ellos dejaran la ley sin modificaciones. A la salida del encuentro, el jefe de Gabinete aceptó que todavía quedaban algunos senadores que sostenían una posición contraria al proyecto –Moreau, Alberto Maglietti y Horacio Massaccesi, entre otros–, pero que la mayoría del bloque se había alineado. Cuando le preguntaron cuál sería el piso del recorte, Colombo volvió a plantarse en 500. A la misma pregunta, el jefe del bloque radical, Jorge Agúndez, respondió “1000 pesos”.

 


 

LA PROVINCIA PAGARA CON “PATACONES” A PARTIR DEL 3 DE AGOSTO
Pago de servicios con “rucubonos”

A partir del 3 de agosto los empleados de la provincia de Buenos Aires que ganen más de 740 pesos comenzarán a recibir el exceso de esta cifra en bonos Patacón. Las empresas de servicios públicos acordaron recibirlos parcialmente. Todavía no hay acuerdo con los supermercados ni con los proveedores del Estado. Las obras públicas en marcha no serán detenidas pero serán reprogramados sus plazos de ejecución. El gobierno provincial atribuyó la necesidad de la emisión de moneda secundaria a las decisiones de ajuste a nivel nacional.
El anuncio de la pronta circulación de los patacones fue hecho oficialmente por el gobernador Carlos Ruckauf, quien aseguró que “sólo el 30 por ciento de los empleados públicos” recibirán los papeles, en un promedio de 525 pesos por persona y “a partir de los 740 pesos” de salario de bolsillo. La distribución se realizará a través de los cajeros automáticos y serán, al menos para los agentes públicos que los reciban, entregados en una paridad de 1 a 1 con el peso. El mandatario especificó que la masa total de esta emisión secundaria de dinero será el equivalente inicial a 500 millones de pesos y que “la cuasi moneda bonaerense” será teóricamente aceptada por las empresas de servicios públicos y comercios minoristas.
Los “rucubonos” serán percibidos, de acuerdo a cálculos oficiales, por 180 mil agentes de la administración pública provincial, tanto activos como jubilados. Para el gobernador, ésta fue la “alternativa a la rebaja de salarios que realizó la Nación”. Según el vicegobernador Felipe Solá, quien acompañó a Ruckauf en los anuncios, los “patacones” servirán para preservar a la actividad económica de la provincia “de la caída a nivel nacional de la recaudación”.
En principio, los papeles son válidos para el pago de servicios públicos, pero con un pequeño detalle: las facturas no podrán abonarse íntegramente en patacones, pues las empresas establecerán un mix con pesos vinculado proporcionalmente a los impuestos que a su vez ellas mismas deben tributar. Esta aceptación parcial del pago en papeles, que sólo responde a la proporción de la que pueden rápidamente deshacerse a valor nominal, despertó sin embargo el optimismo del ministro de Economía provincial, Jorge Sarghini, quien consideró que esto aportará a que los bonos no se deprecien. El funcionario también consideró “inminente el cierre definitivo (de un acuerdo) con los sectores supermercadistas, hipermercadistas y con todas las prestadoras de servicio de la provincia”, agregó Sarghini. Por ello, aseguró que “si garantizamos esta totalidad de empresas sumadas a las ventajas, al mercado propio que le está dando el Estado, (el Patacón) no tiene por qué tener depreciación”.
Los bonos, que pagarán un interés del 7 por ciento anual, servirán para abonar los impuestos provinciales y créditos personales e hipotecarios de empleados del estado bonaerense contraídos con el Banco Provincia. También se podrán depositar en caja de ahorro en dicha entidad financiera, y en ese caso pagarán un interés superior al normal.
Por su parte, según dijo Ruckauf, el comercio minorista de la provincia, especialmente en La Plata, dio el visto bueno a la iniciativa y exhibirán carteles diciendo “aquí se reciben patacones”. El gobernador aclaró también que los municipios de la provincia no se verán afectados por la medida y afirmó que “la coparticipación va a ir toda en pesos”.
Entre los sectores que no manifestaron ninguna intención de aceptar los papeles se cuentan las farmacias, las estaciones de servicios y los productores de alimentos agrupados en la Copal. Además, los proveedores del Estado confirmaron que no podrán proveer insumos a hospitales y otras dependencias estatales mientras el gobierno no cubra la deuda de 200 millones de pesos que mantiene con el sector, el que además aún no sabe si el Banco Provincia les aceptará los Patacones con que probablemente les paguen.

 

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