Eduardo Eurnekian, el empresario
al que hasta ahora se consideraba mejor posicionado para quedarse con
Aerolíneas Argentinas, decidió cambiar su estrategia de
negociación. Primero anunció que las tratativas con la SEPI
quedaban suspendidas y luego ordenó a su equipo de
negociadores encabezado por Guillermo Francos que regresara de España.
Aunque la retirada fue interpretada por algunos como un fracaso, también
fue leída como un golpe de timón del empresario frente a
la negativa de los españoles a aceptar sus condiciones.
La SEPI nos dijo que tenían 4 ofertas y nos pidió
más plata, se quejó ante Página/12 una fuente
cercana a las negociaciones. Lo cierto es que el holding estatal español
propietario de Aerolíneas se puso más duro que lo esperado,
tanto en términos de aportes en efectivo como de reconocimiento
de deuda, una alternativa que no estaba en los planes iniciales del grupo
empresario que comanda el hasta hace poco titular de Aeropuertos Argentina
2000. Por otra parte, el proyecto de Eurnekian contemplaba conseguir dos
apoyos esenciales, la conformidad de los gremios y la garantía
del gobierno de que mantendría la exclusividad de las rutas que
actualmente vuela Aerolíneas. En ninguno de los dos ámbitos
se consiguió un buen resultado. En el caso de los gremios, porque
no están dispuestos a aceptar voluntariamente que se les recorten
salarios y mucho menos que se reduzca el número de empleados. En
el del gobierno porque conviven sectores dispuestos a negociar, como la
Secretaría General de la Presidencia, junto a otros que desconfían
del empresario, como la Jefatura de Gabinete. O, como graficó una
alta fuente de la Alianza a este diario, porque en el gobierno hay
gente dispuesta a hacer negocios con él y gente que lo detesta.
Por el lado de las buenas relaciones, el empresario se reunió ayer
con el presidente, Fernando de la Rúa, a quien le comunicó
su decisión de retirarse de las negociaciones y, de acuerdo al
vocero Juan Pablo Baylac, le informó sobre el funcionamiento
del negocio aerocomercial en la Argentina. Los negociadores de Eurnekian
contaron que la SEPI se plantó en una posición de fuerza
y argumentó que contaba con otras propuestas, entre ellas cuatro
que hasta ahora no habían tomado estado público. Además
de la del propio Eurnekian, sólo se han difundido las siguientes:
La que encabeza el ex presidente
de AA Juan Carlos Pellegrini. Aunque Pellegrini intenta tener un perfil
bajo, trascendió que su proyecto es apoyado por los sectores del
gobierno que no ven con buenos ojos la concentración sectorial
que acumularía Eurnekian. También que su plan Pellegrini
podría acompañarse financieramente con los fondos para inversión
que puede disponer la SIGEN, que surgen del 1 por ciento de los recursos
que manejan las AFJPs. Esto es, más de 200 millones de pesos, una
cifra insuficiente, pero significativa como aporte al rescate. Según
pudo saber Página/12, Pellegrini se apresta a viajar a España
en los próximos días para tratar personalmente la oferta
que ya envió a la SEPI por escrito.
La operadora turística
española Marsans, que ya posee Air Plus y Air Comet y que luego
de la renuncia de Pedro Ferreras a la conducción de la SEPI firmó
un acuerdo de confidencialidad con el holding español. La actitud
del grupo Marsans, que intenta que no trasciendan públicamente
los términos de su oferta, es diametralmente la opuesta que la
seguida por Eurnekian,pero reconoce puntos de contacto y podría
llegar asociada a la de Pellegrini.
Lan Chile, que actúa
como cara visible de American Airlines y cuya propuesta quedó más
firme luego del traspié que sufrió la peruana Aerocontinente
con la justicia chilena.
Entre quienes pretenden ser socios de la futura Aerolíneas, se
cuenta también el grupo turístico cordobés Turismac,
quien ya habría ofrecido su participación tanto a Pellegrini
como a Eurnekian. Para las operadores de turismo la participación
en una aerolínea, frente a los valores del charteo,
significa una baja sensible de sus costos.
LEVE
REPUNTE DE LA CONSTRUCCION EN JUNIO
Un ladrillo más no hace obra
El índice de la construcción
subió un 1,8 por ciento respecto a mayo pasado, idéntico
porcentaje si se lo compara con lo que ocurrió en junio del 2000.
La suba, sin embargo, no alcanzó para mejorar las expectativas
de los empresarios del rubro quienes, extrañamente, ven más
negativo el panorama de la obra privada que de la pública. Las
ventas de insumos al sector manifestaron grandes variaciones en junio
último respecto al año anterior. La provisión de
pinturas para construcción aumentó un 9,6 por ciento, la
de hierro redondo para hormigón lo hizo en un 5,4 por ciento, mientras
que se observaron bajas del 20,2 por ciento en ladrillos huecos y del
6,5 en asfalto.
Según el indicador de coyuntura de la actividad de la construcción,
difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos,
ese repunte de mediados de año no fue suficiente para compensar
el derrumbe acumulado en los meses anteriores: en el primer semestre del
año la actividad cayó un 4 por ciento. Previsiblemente,
la mayor caída se dio durante el primer trimestre, en el cual la
actividad retrocedió un 7,9 por ciento.
En tanto, la superficie a construir conforme a los registros de permisos
de edificación para obras privadas en una muestra de 42 municipios,
observó durante el mes de junio una baja del 4,4 por ciento con
respecto a igual período del 2000.
La encuesta cualitativa, que mide las expectativas del empresariado, también
arrojó algunas sorpresas. A pesar de la política de déficit
0 y las conocidas restricciones fiscales, casi la mitad de los empresarios
ligados a la obra pública consideran que no habrá cambios
en el nivel de contrataciones en el actual trimestre, mientras el 35 por
ciento supone que habrá una baja y el 16 apuesta a un incremento.
Quizás lo moderado de dichas opiniones se deba a que ya la actividad
de la construcción pública está lo suficientemente
baja como para no esperar, mayormente, un efecto demasiado negativo por
el nuevo ajustazo fiscal. Entre los empresarios ligados a la actividad
privada, el 45,7 por ciento cree que la actividad retrocederá y
apenas el 11 por ciento apuesta a que aumentará. El 42,9 por ciento
restante apuesta a un horizonte inmediato sin mayores variaciones con
respecto al panorama actual.
Más del 33 por ciento de los empresarios que realizan obra privada,
y más del 36 entre quienes se desempeñan fundamentalmente
en la obra pública, atribuyeron a la caída de la actividad
económica en general la causa principal de la continuidad
de la crisis en el sector.
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