Por Cristian Alarcón
Desde Comodoro Rivadavia
Mirar desde los ojos de buey
del avión Hércules hacia los alrededores de Esquel, el pueblo
blanco al que se dirige, es resignarse, por lo menos ayer, a contemplar
la masa de nieve que durante miles de kilómetros se extiende sobre
el centro de la Patagonia como un manto implacable. Cargado de toneladas
de mercadería, y con el ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo
Cafiero, y el gobernador José Luis Lizurume a bordo, la nave se
mueve en círculos, tratando de encontrar una alternativa para ingresar
al complicado aeropuerto del lugar. Cubierto también de una capa
impecable, no hay forma de encararlo. Después de cuatro intentos,
resulta imposible aterrizar. Con escalas en Viedma, Trelew y finalmente
en Comodoro Rivadavia, el Hércules comenzó ayer a acercar
el millón de pesos que el gobierno nacional envió a las
provincias más afectadas del país, para enfrentar el imprevisto
climático que se montó sobre la crisis que llega a todos
los confines.
A pesar del recorte del Ministerio de Economía, que terminó
también calando en los números del área de Desarrollo
Social, el Gobierno decidió responder a los reclamos de las provincias
afectadas con una remesa para emergencias de un millón de pesos,
que salieron de la Jefatura de Gabinete. Juan Pablo Cafiero decidió
encarar personalmente la distribución de materiales y de dinero
en el área más golpeada de la Patagonia, casi todo Río
Negro y Chubut. Para ellos ayer a la madrugada se aprontaron desde El
Palomar tres aviones cargados, con diferentes destinos.
Además del Hércules en el que viajó Página/12,
otro salió hacia Neuquén y Mendoza, donde la directora nacional
de Emergencias Sociales, Amalia Ferreyra, entregó 18 toneladas
de mercadería y transferencias de dinero por 190 mil pesos para
los mendocinos y 158 mil para los neuquinos. El tercero debía salir
con el secretario de Políticas Sociales, Pablo Vinocur, hacia Río
Gallegos y Tierra del Fuego, pero por inconvenientes en el aeropuerto
santacruceño quedó varado hasta el viernes, cuando calculan
que podría llegar la ayuda prometida.
De traje gris, sobretodo y botas de trekking, Cafiero despegó de
El Palomar a las seis y media de la mañana hacia Viedma. En el
estómago de la nave, una especie de ballena de hierro y fuselaje
que siempre que se lo aborda da la sensación de que se marcha a
la guerra, esta vez el espacio estuvo casi todo ocupado por las 17.300
toneladas de chapas, colchones y rollos de PVC solicitados por los gobernadores
del sur. Casi no quedó espacio para los asientos colgantes que
se usan cuando van pasajeros, con lo que entre montones de cajas, los
funcionarios, los asesores y los periodistas se acomodaron como pudieron,
montados sobre los bártulos, parados algunos, recostados en las
chapas acanaladas, abrigándose hasta con las frazadas que serían
entregadas a los patagónicos que padecen el temporal. A las diez
y media de la mañana, el contingente aterrizó en la capital
rionegrina. El gobernador radical, Pablo Verani, recibió en un
acto en la Casa de Gobierno, además de buena parte de la carga,
280 mil pesos en recursos para paliar el desastre que el mal tiempo está
acarreando a la provincia.
Estamos respondiendo a una problemática que si bien puede
ser prevista, al llegar a esta intensidad ya es necesario resolverla con
recursos de emergencia, dijo Cafiero en Viedma. Luego, cuando el
avión continuó con la travesía, esta vez en Rawson,
Chubut, aclaró ante el gobernador José Luis Lizurume, y
apuntando a los achiques que impone el Ministerio de Economía:
Nos habían recortado y hoy estamos a mitad de camino en el
esfuerzo de hacer la necesaria recomposición presupuestaria del
Ministerio. En este caso completamos la ayuda que hace un mes habíamos
comprometido con estas provincias. La gravedad de la situación
impuesta por el clima llega al punto de que según Defensa Civil
de Río Negro el 80por ciento de la provincia está afectada
de alguna manera por el temporal. Ya no sólo se trata solo de quienes
en la línea sur han quedado aislados por la nieve, o de los miles
que carecen de la suficiente leña o alimento, sino de 700 evacuados
del Alto Valle, por el crecimiento de los ríos Limay y Neuquén.
En el caso de Chubut, la nieve mantiene en emergencia a la zona centro
sur de la provincia. Es muy particular esta nevada, que no se daba
así desde 1984 explicó ayer Lizurume. Si nos
fijamos en el mapa de la nieve, el extremo sur de la Patagonia no está
tan afectado como el centro, donde tenemos cientos de lugares aislados
a los que hay que hacer llegar comida y enseres. Todos esos sitios
son de difícil acceso. Por eso el gobierno provincial dispuso hace
una semana un centro de operaciones para los tres helicópteros
que realizan tareas de rescate y provisión de víveres en
el paraje Los Altares. A 300 kilómetros de Trelew y otros 300 de
Esquel. En ese lugar, esta semana se instaló un camión cisterna
con 25 mil litros de combustible para los helicópteros que llegan
a lugares en el cual por donde se mire hay un metro de nieve y la temperatura
sigue llegando a los 20 grados bajo cero.
DESDE
HOY, LOS SUBTES DEBEN FUNCIONAR HASTA LAS 23
Horario extendido al Minotopo
Por E. V.
El servicio de subterráneos
de las líneas A, B, C y D, deberá extenderse a partir de
hoy hasta las 23. Así lo dispuso la Comisión Nacional de
Regulación del Transporte (CNRT), que intimó a la empresa
Metrovías a cumplir con el horario establecido en el contrato de
concesión. La decisión se adoptó después de
que Página/12 publicara los reclamos efectuados en ese sentido
por el Ente de la Ciudad y diputados nacionales.
El contrato de concesión de los subtes porteños, en 1994,
estableció que el horario de prestación de servicio, a partir
de 1996, debía ser desde las 5 hasta las 23 horas para las líneas
A, B, C y D, y de 5 a 22 para la línea E, para los días
hábiles y sábados no feriados. Pero en 1996, Metrovías
solicitó a la autoridad nacional un permiso para mantener el horario
de las 22 el mismo que estaba vigente desde 1988, con el fin
de realizar trabajos de renovación de vías en horario nocturno.
De hecho, los trabajos se terminaron en 1999, pero la empresa pidió
una prórroga, dado que estaba haciendo trabajos de señalización
en la Línea C, dijo a este diario Julio Rearte, jefe del
área de Transporte del Ente de la Ciudad. El plazo para esas obras
finalizó en noviembre de 2000. Pero el horario no se modificó.
Por eso, el Ente emitió un pedido de informes a Metrovías
y a la CNRT, organismo encargado del control del servicio, en el que se
pregunta si fue otorgada una nueva prórroga a la empresa. La Cámara
de Diputados había aprobado un pedido de informes similar, presentado
por el diputado Ricardo Vago.
La respuesta de la CNRT llegó el viernes 20, el mismo día
en que fue publicada la nota por Página/12. Se trata de una intimación
para cumplir con el horario establecido en el contrato, que lleva la firma
de Bernardo Dolber, jefe de Concesiones Ferroviarias del organismo. Según
fuentes de la comisión, la intimación fue entregada a la
empresa el lunes 23. La extensión horaria debería cumplirse
a partir de hoy.
Metrovías, ante una consulta de este diario, no dio a conocer su
posición sobre la resolución de la CNRT. Hasta ayer, los
últimos subtes partían de las estaciones cabeceras a las
22.32, en la Línea A; a las 22.25, en la Línea B; a las
22.23, en la Línea C, y a las 22.27, en la D. La E es la única
que respeta el contrato: el último coche parte a las 22.34 desde
Bolívar.
La empresa argumentó que los servicios que no presta hasta las
23 los trasladó al resto de la jornada. En el Ente de la Ciudad
argumentan que cumplir el horario establecido por el contrato representa
un beneficio para el usuario, dado que a partir de las 22 las líneas
de colectivos disminuyen su frecuencia. En el Ente no descartan que para
la empresa constituya un mayor beneficio económico
trasladar servicios de un horario poco rentable a otro con más
movimiento de pasajeros.
Para pedir la reducción horaria, Metrovías argumentó
que las obras debían hacerse en horario nocturno, que se reducían
a la franja de 0 a 4. Cuando se hizo cargo de la concesión,
la empresa sabía que tenía que cumplir con un cronograma
de obras y también con un horario de servicio, replicó
Rearte, del Ente de la Ciudad.
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