Por Peter Capella
y Ewen MacAskill
Desde Génova y Londres
El presidente George Bush arruinó
ayer otra perspectiva de un acuerdo internacional, al bloquear las propuestas
para fortalecer la prohibición de armas biológicas. Su acción
dejó a Estados Unidos aislado. Hasta el gobierno británico,
que ha tratado durante los últimos meses de posicionarse como el
mejor amigo de Bush, expresó su desaliento. Estados Unidos, tirando
por la borda 10 años de negociaciones, anunció en Génova
que no apoyará el borrador del protocolo para reforzar la convención
sobre armas biológicas y toxinas que fuera firmada en 1972. El
protocolo hubiera introducido medidas de verificación que hubieran
dado acceso a inspectores internacionales a los laboratorios en los países
firmantes.
Estados Unidos describió al protocolo como demasiado débil,
y dijo que amenazaba los intereses comerciales y la seguridad nacional.
Estados Unidos, que es dueño del 40 por ciento de la industria
farmacéutica, expresó el temor de que los inspectores internacionales
pudieran facilitar el espionaje militar e industrial. Claramente EE.UU.
estaba aterrado ante la posibilidad de inspecciones in situ
de varias miles de plantas de defensa y empresas involucradas en trabajos
relacionados con la biotecnología. Donald Mahley, negociador en
jefe de Estados Unidos en el control de armas biológicas, dijo:
Nos vimos obligados a llegar a la conclusión de que los mecanismos
pensados para el protocolo no cumplían con sus objetivos, que ninguna
modificación les permitiría llegar a sus objetivos, y que
tratar de hacer más, simplemente aumentaría el riesgo para
los legítimos negocios de Estados Unidos.
Las medidas a las que se opone Estados Unidos desde que Bush se hizo cargo
de la presidencia hace seis meses incluyen el protocolo de Kioto sobre
el cambio climático y el propuesto tratado de la ONU sobre el control
de armas pequeñas. También amenaza con abandonar el tratado
de misiles anti balísticos. Aunque el resto del mundo acordó
esta semana en seguir adelante con el protocolo de Kioto para reducir
las emisiones de dióxido de carbono sin Washington, los diplomáticos
dijeron que no tendría sentido para loss otro países seguir
adelante con el proceso de verificación sin Estados Unidos, porque
gran parte de la industria contaminante es norteamericana. El protocolo
está efectivamente muerto, dijo un diplomático británico.
Aunque la convención de armas biológicas seguirá
vigente, siempre se le ha criticado que es mayormente inútil porque
carece de un proceso de verificación. El protocolo hubiera servido
para corregir eso.
La oposición norteamericana está fuera de escuadra con su
hostilidad hacia Irak, al que acusa de construir secretamente un arsenal
de armas biológicas y de negarse a recibir a los inspectores de
armas internacionales. La Cancillería del Reino Unido se distanció
de la decisión de Bush, diciendo: Comprendemos pero no compartimos
la preocupación de Estados Unidos y apoyamos el trabajo hecho sobre
el texto en borrador. Una fuente diplomática británica
dijo que había acuerdo en Londres con Estados Unidos en que el
protocolo era lejos de ser perfecto, pero agregó que era lo único
sobre la mesa y era mejor que nada.
En una señal de la exasperación británica con Estados
Unidos, los diplomáticos británicos presionaron a Estados
Unidos para que por lo menos ofreciera alguna contrapropuesta, pero tampoco
lo hizo. Los diplomáticos británicos también apelaron
a Estados Unidos para que considerara el impacto negativo de bloquear
tal protocolo, pero una vez más Estados Unidos no respondió.
Un diplomático británico dijo que un efecto colateral dañino
de la decisión de Estados Unidos era que se convertía en
un regalo del cielo para aquellos países con algo que ocultar.
Tibor Toth, el diplomático húngaro que condujo las negociaciones,
lamentó la negativa norteamericana a firmar las propuestas clave.
Es claro que el futuro protocolo no puede funcionar sin la total
participación de los jugadoresclaves. Creo que este es un importante
mensaje que se está enviando, dijo.
Aunque algunos tenían escrúpulos sobre propuestas puntuales,
todos los 55 participantes habían aceptado formalmente el borrador
del protocolo, como base para un acuerdo más tarde este año.
Estados Unidos dijo que quería un enfoque diferente que involucrara
una gama de acuerdos multilaterales y voluntarios para asegurar la transparencia.
Mahley indicó que Estados Unidos prefería concentrarse los
controles de exportaciones biotecnológicas que son disputados
por países en desarrollo, incluyendo a Irán, y la
vigilancia de las epidemias. Estados Unidos no cree que el Control
de las Armas Biológicas sea verificable en el sentido
en que entendemos esa palabra y no se nos ocurre una manera de hacerlo,
y esa ha sido una postura consistente desde 1991, añadió.
OPINION
Por Claudio Uriarte
|
El nuevo Estado paria
Calificar a Estados Unidos como un Estado paria puede
parecer un despropósito; después de todo, fue ese
mismo el calificativo que Washington inventó para designar
a países como Corea del Norte, Irán, Irak, Libia,
Sudán y otros patrocinadores del terrorismo o constructores
ilegales de armas de destrucción masiva. Sin embargo, y desde
su estreno en funciones, la administración Bush no ha hecho
más que desmarcar a Estados Unidos del consenso internacional
en los temas más sensibles: se retiró sin explicaciones
del protocolo de Kioto contra la emisión de gases generadores
del efecto invernadero, rehusó participar del tratado de
minas antipersonal, quiere destruir la prohibición contra
los tests nucleares, repudió los esfuerzos por crear un Tribunal
Penal Internacional, subrayó cuantas veces pudo que abrogará
unilateralmente el tratado de misiles antibalísticos (ABM)
con Rusia, de 1972, y ahora llega la negativa a suscribir un nuevo
protocolo de verificación del acuerdo sobre armas biológicas.
La nueva actitud norteamericana se ve ejemplificada en unas sulfúricas
declaraciones de Donald Rumsfeld la semana pasada, cuando el jefe
del Pentágono y líder de la hegemónica ala
dura de la administración, coincidiendo con la visita de
su jefe George W. Bush a Génova para participar de la cumbre
del G8 con Europa, Japón, Canadá y Rusia no vaciló
en descalificar a la primera como una no entidad en
la TV norteamericana, afirmando textualmente que lidiar con
este tipo de noentidad en desarrollo, no un país sino algo
distinto de un país, una colección de países
tratando de trabajar juntos, no es algo fácil de hacer.
Cuando le preguntaron los motivos de la disidencia europea con tantas
medidas norteamericanas, el mismo Rummy como lo
llaman sus amigos tampoco tuvo pelos en la lengua: No
soy psiquiatra aclaró, pero me parece que de
cierta forma, si se puede ir contra el gran país o contra
el gran presidente, alguna gente siente que eso los eleva.
Desde luego, la superpotencia única nunca puede convertirse
en un Estado paria como quiera que se defina a este último
en un mundo donde la fuerza hace el derecho. Pero el unilateralismo
de Bush, que repite el de Ronald Reagan en condiciones drásticamente
diferentes al de Ronald Reagan ya que éste, por operar
sobre las firmes divisorias ideológicas de la Guerra Fría,
en última instancia imponía su política a sus
aliados está empezando a generar consecuencias diferentes
también: la reaproximación de Rusia y China en el
marco del Grupo de Shanghai y la dispersión interna de la
OTAN, frente a actitudes que se parecen cada vez más a la
delincuencia internacional. Y en algún momento, este contrabalance
se hará sentir.
|
|