Por Patricia Chaina
La promulgación por parte
del Poder Ejecutivo de la Ley de Fomento del Libro y la Lectura tiñó
de incertidumbre la actividad del sector, debido a que la ley no contempla,
entre otros item, la exención del IVA al libro, un tema por el
cual venían trabajando en forma conjunta escritores, editores y
libreros, y que ambas cámaras legislativas habían aprobado
oportunamente. Desde el Gobierno, además, piensan estimular la
industria editorial con el lanzamiento de un Plan de Competitividad para
el sector, que sería firmado en los próximos días
y está siendo elaborado por la Secretaría de Cultura y los
ministerios de Educación y de Economía.
Mientras el secretario de Cultura y Comunicación, Darío
Lopérfido, manifestó que con la promulgación de esta
ley el Gobierno hace realidad los compromisos asumidos en pos del
desarrollo del mundo del libro, el presidente de la Cámara
del Libro, Rogelio Fantasia, expresó su preocupación. Consultado
por Página/12, sostuvo la necesidad de reconsiderar el tema junto
a los funcionarios del gobierno nacional, ya que hasta anoche, los organismos
comprometidos con la industria del libro no habían tenido acceso
al texto completo de la Ley. Fantasia recordó, asimismo, el compromiso
asumido por el presidente De la Rúa y por el propio funcionario
de cultura, quienes en ocasión de inaugurar la Feria del Libro
de este año, tomaron partido por una ley que debería proteger
al libro del marco impositivo diseñado desde el Ministerio de Economía.
Ese compromiso, según alegan en la Cámara del Libro, habría
caído en saco roto. La Ley, cuyo proyecto original fue aprobado
recientemente por Diputados y Senadores, sale sin los artículos
11, 12, 16 y 26, que contemplan la exención del IVA, distribuyendo
el beneficio en distintos niveles de su producción: exportación,
ingreso de maquinarias destinadas a esa actividad y excepción de
ganancias a los autores. Lopérfido sostuvo que no sólo
se benefician los editores, libreros y escritores sino fundamentalmente,
el ciudadano, que accederá a partir de ahora a mayor diversidad
literaria.
El funcionario agregó que se mantuvo desde el Poder Ejecutivo
la fisonomía del proyecto pensado por los Diputados, no promulgando
aquellos artículos como el 11, el 12 y el 16 que expresaban graves
fallas técnicas en su formulación. Igualmente, estas fallas
serán equiparadas por idénticos beneficios con el lanzamiento
de un Plan de Competitividad para el sector, que está siendo elaborado
por la Secretaría de Cultura y los Ministerios de Educación
y de Economía, adelantó. Los artículos a los
que refiere Lopérfido, hablan justamente de la exención
del IVA. Ir a un convenio de competitividad, según los editores
consultados, significa establecer acuerdos con base IVA, y esto
implica que la industria del libro caería, porque el libro es un
producto suntuoso y elevar su precio sería destinarlo a las estanterías
de artículos de menor consumo.
A juicio del Secretario de Cultura, es importantísimo que
por parte de la industria editorial, los sectores con opiniones diversas
se pongan de acuerdo para definir estos beneficios. La no promulgación
del artículo 26, que liberaba indiscriminadamente a todos
los que escriben cualquier tipo de libro del pago del impuesto a las ganancias,
y su reemplazo por la suba del mínimo no imponible para este impuesto,
se inscribe en una política cultural para el libro,
según remarca Lopérfido.
Respecto a ese punto, el gobierno decidió subir el mínimo
no imponible a 30.000 pesos, resguardando a los escritores no consagrados
para que continúen con su actividad. Esto es, imponer el
pago a quienes ganen más de la suma detallada. Así pagarán
impuesto a las ganancias aquellos autores de best sellers, de manuales
académicos de alto uso, de figuras del deporte, libros de horóscopos
o de cocina, que superan al año esa cifra. Mientras que entre
otros beneficios, la ley promulgada contempla la transformación
administrativa en la Biblioteca Nacional y en la Conabip, lanzamiento
de planes de promoción de géneros literarios postergados,
apoyo a eventos provinciales, fomento a autores inéditos,premios
regionales y nacionales. Nunca el Estado argentino apoyó tanto
al mundo del libro (...) defendiendo la democratización de la cultura,
dice la versión oficial. Según sostienen en la Cámara,
la Ley es en realidad un triunfo del Ministerio de Economía: si
para equilibrar los beneficios anunciados es necesario que el libro pague
el IVA, cabe preguntarse quiénes son realmente los beneficiarios
de la nueva ley, dicen.
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