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DINAR LINEAS AEREAS

CAVALLO SEÑALO A GRUPOS “ULTRACONSERVADORES” QUE APUESTAN CONTRA EL PAIS
Una fuerza que lleva al precipicio

El ministro intentó ayer convencer
de que no hay posibilidad de cesación de pagos ni de devaluación, pero los mercados siguen empujándolo en
ese sentido. Bajó la calificación de la deuda argentina y subió el riesgo país. La novedad es que Cavallo señaló que una corriente �ultraconservadora� ligada a ultraliberales locales está apostando contra el país.
Domingo Cavallo. Los ultraconservadores lo empujan al default, el riesgo país
se escapa. La baja de la calificación de la deuda por parte de Moody�s sumó
una presión insoportable en el mercado.


Por Cledis Candelaresi

Un Domingo Cavallo serio, medido, apocado, se empeñó ayer ante la prensa extranjera en negar la posibilidad de que Argentina entre en default, devalúe su moneda o deba soportar un descalabro institucional a raíz del último ajuste que se está instrumentando. Para descalificar una presunta cesación de pagos, el ministro de Economía aludió a la presión de una corriente intelectual “ultraconservadora”, con llegada al Tesoro de los Estados Unidos, aunque eludió cuidadosamente dar el nombre de los referentes locales que fogonearían en el mundo la idea de que la deuda argentina es impagable. Para tranquilizar a los inversores foráneos, recordó que la pauta de déficit cero está impuesta por un decreto en vigencia, que seguirá teniéndola aun en la hipotética situación que el Congreso no lo avalara. Mientras tanto, el comportamiento del mercado local, la actitud de los operadores ante los títulos argentinos, los rumores en la city y hasta la baja en la calificación de la deuda decidida por una evaluadora de riesgo, seguían empujando al país financieramente hacia el borde del precipicio.
Tras una jornada en la que, una vez más, la incertidumbre política impulsó hacia arriba el indicador por excelencia de la crisis, el riesgo país, y el índice de acciones líderes de la bolsa porteña sumó otro retroceso del 2,5 por ciento, la calificadora Moody’s le bajó la nota a la deuda argentina al nivel de países como Ucrania o Pakistán. El nivel “C” que le impuso Moody’s a Argentina supondrá que muchos inversores institucionales de Estados Unidos, por normas regulatorias de ese país, deberán desprenderse de sus papeles de deuda argentinos que han pasado a ser considerados “altamente riesgosos”. Entre dichas instituciones se cuentan las compañías de seguros.
Aunque Cavallo enfrentó a la prensa extranjera por la mañana, debió responder por anticipado a las inquietudes que después se vieron reflejadas en el comportamiento de los mercados. Una gran proporción de las preguntas formuladas por los integrantes de la Asociación de Corresponsales Extranjeros plasmó la inquietud que alborota los mercados de otros países: que Argentina se vea forzada a una inminente reprogramación integral de su deuda, debido a la imposibilidad de afrontarla y, tal vez como corolario, a devaluar su moneda. “No consideramos para nada estas alternativas, que serían muy perjudiciales para la economía (...); estamos tomando todas las previsiones para pagar los intereses”, sentenció Cavallo. Minutos antes, el ministro había esbozado lo que podría considerarse una especie de teoría conspirativa contra la estabilidad de la economía local.
“Hay una corriente ideológica que parece tener influencia en círculos ligados al Tesoro, que criticó la participación del FMI en las crisis asiáticas, de México y de Brasil”, comenzó argumentando el ministro. Los promotores de esa corriente se oponen a que el Fondo, básicamente con recursos de los contribuyentes norteamericanos, sigan auxiliando a países en situaciones límite. Son los mismos que pregonan como estéril una ayuda financiera a la Argentina que, aun con déficit cero, entraría irremediablemente en default.
Menos impulsivo que en otras épocas, el ministro se negó a identificar a los representantes locales de esa doctrina, para no poner sus nombres en los diarios y favorecerlos con la publicidad. “Acá se los llama ultraliberales, pero son los ultraconservadores de los Estados Unidos”, fue la referencia más concreta. Desde que reasumió las funciones de ministro de Economía, Cavallo señaló a sectores “fundamentalistas” locales ligados a académicos del exterior como responsables de impulsar la dolarización y de generar incertidumbre sobre el futuro cambiarioargentino. En medio de esta pelea, logró desprenderse del titular del Banco Central, Pedro Pou, que fuera reemplazado por Roque Maccarone.
A ojos del ministro, la prosperidad económica argentina tiene otros detractores, tampoco individualizados. “Hay gente que apostó dinero sobre la hipótesis de que a la Argentina le irá mal. Igual que en 1995: en el exterior hubo gente que apostó dinero para que nos vaya mal. Por eso harán todo lo posible para que nos vaya mal”.
No existe default inminente ni fractura política, ni siquiera conflicto con el Parlamento, según manifestó. “No hay ninguna pelea con Diputados y el Senado”, aseguró Cavallo, para quien Economía coincide con los legisladores en lo que considera una regla “justa y sana”. Ese criterio es el siguiente: cuando suba la recaudación, la prioridad será subir el piso de las jubilaciones y salarios amparados del recorte, de 500 a 1000 pesos. Los haberes que estén en esa franja serán los primeros en beneficiarse con una eventual suba de los ingresos públicos, mientras que los que sigan alcanzados por el recorte tendrían que esperar otro trimestre de bonanza para recibir algún resarcimiemnto.
Cavallo consideró “muy importante” el apoyo político del Senado –que hasta ayer no había obtenido– al decreto de necesidad y urgencia que impone la pauta del déficit cero. Pero recordó que, de todos modos, éste está vigente, ya que es una norma de carácter excepcional. En otros términos: el ajuste se aplicaría aun con la resistencia del Senado, que el ministro ayer minimizó, omitiendo que tanto legisladores oficialistas como de la oposición son renuentes a avalar una iniciativa que consideran políticamente inviable.
“Nunca pensé que la democracia política no funcionara o que faltara apoyo político al gobierno. Argentina tiene gobierno, el gobierno tiene poder y lo está usando”, intentó convencer Cavallo, para destacar, a renglón seguido, “la responsabilidad y el compromiso” probado por los hombres del Congreso y los gobernadores en esta situación de crisis.
El mensaje es, quizás, una modesta apuesta del hombre fuerte de Economía para que el riesgo país no siga remontándose a raíz de la incertidumbre política. La palabra, como quedó demostrado ayer una vez más, la sigue teniendo el mercado.

 

Claves

Cavallo señaló ante la prensa extranjera que no hay posibilidades de “default” ni de devaluación, alternativas que, aseguró, ni siquiera se están considerando.
Señaló, sin embargo, que grupos “ultraconservadores” de Estados Unidos están apostando en contra del país.
El ministro no los identificó, pero especialistas en economía norteamericana señalaron a Página/12 que se trata de la derecha ligada a la actividad comercial, enfrentada con los sectores financieros.
Ayer los mercados volvieron a empujar a la Argentina hacia la debacle: el riesgo país volvió a subir aun antes de que se conociera que Moody’s le bajó la calificación a la deuda argentina.
Con esta nueva baja de la nota, muchos inversores institucionales de EE.UU. deberán desprenderse de los títulos argentinos, obligados por normas de regulación.

 

Otras definiciones de Mingo

“Algunos piensan que ya estamos reestructurando nuestra deuda porque estamos negociando con los bancos y las AFJP para canjear Letes: es importante sacarnos esta espada de Damocles postergando algunos vencimientos.”
“No tengo ningún plan político personal como tampoco lo tiene (el presidente Fernando) De la Rúa.”
“Cualquiera fuere el resultado de la elección de octubre, no va a cambiar en nada el apoyo de los gobernadores al Presidente.”
“Nuestra meta es crecer 5 por ciento en el cuarto trimestre, en relación al mismo trimestre del año pasado.”
“Es natural que Brasil atribuya sus problemas internos a la Argentina. Nosotros en 1999 también atribuíamos nuestros problemas a lo que pasaba en Brasil.”
“Es muy difícil que las provincias puedan alcanzar el déficit cero ahora. Por eso previmos una transición con el auxilio de un fondo fiduciario y algunas, como Buenos Aires, emiten títulos de deuda especiales (Patacón).”

 

Comprenden pero no confían

“Confiamos en que Argentina seguirá mejorando, a pesar de estas situaciones difíciles”, aseguró ayer el viceministro de Economía, Daniel Marx, luego de que la agencia calificadora de riesgo Moody’s le bajó la nota a la Argentina y que el riesgo país volvió a subir por arriba de 1500 puntos. Marx estuvo reunido en Washington con las máximas autoridades del FMI, Horst Koehler y Stanley Fischer, quienes “comprendieron las mejoras que se están haciendo en busca de un menor déficit fiscal”, de acuerdo a lo expresado por Marx. Uno de los temas que conversó con ellos fue la posibilidad de que el organismo adelante la revisión de las metas del primer semestre, a fin de que estén disponibles cuanto antes 1200 millones de dólares.
Esos fondos corresponden al blindaje financiero, pero serán liberados por el FMI recién en setiembre, tras la aprobación del directorio del cumplimiento de las metas del primer semestre. El subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, John Taylor, exhortó anteayer al FMI a que apure el desembolso, como una señal de respaldo a la Argentina. Marx ayer no pudo lograr el compromiso de Koehler a desembolsar el dinero antes de setiembre, pero el tema quedó planteado. “Estaremos en contacto permanente para que podamos contar con los fondos ante alguna emergencia”, aseguró el funcionario, quien también se entrevistó con el titular del BID, Enrique Iglesias.
Marx viajó a la capital de Estados Unidos a buscar apoyo y a explicar a los organismos internacionales de crédito la política de déficit cero. Pero allá se enteró que la agencia Moody’s degradó la nota de Argentina. Al respecto, dijo que “ellos toman la decisión con lo que creen. Nosotros seguimos pensando que Argentina tiene circunstancias difíciles que está enfrentando. Seguimos confiando en que Argentina va a continuar mejorando”.

 

LA “FORTALEZA INSTITUCIONAL” Y LOS SUCESIVOS AJUSTES
Cuando el mérito es sobrevivir

Por C. C.

“Los sucesivos ajustes demostraron la fortaleza institucional argentina”, sentenció ayer Domingo Cavallo admitiendo, tal vez sin tener intención de hacerlo, que la dureza de los paquetes aplicados en el último tiempo bien podrían haber perturbado el buen funcionamiento democrático del país. Los ejemplos que eligió para probar aquella robustez fueron otros, e incluyeron desde el abandono a que lo condenó Carlos Menem en su lucha contra la corrupción hasta la renuncia del vice Carlos Alvarez, a quien criticó muy elípticamente. Después, derrochó elogios hacia Fernando de la Rúa y se empeñó en probar que el presunto liderazgo presidencial sobrevivió indemne a los avatares políticos de la Alianza.
“La personalidad de De la Rúa ayuda. A diferencia de Menem, que despertaba resistencia por su aspiración de poder, el Presidente es visto como un líder democrático, de consenso, que trabaja con responsabilidad. Por eso, en la práctica, gobierna con todos y para todos. Aunque sea informalmente, consiguió que este gobierno sea de unidad nacional”, destacó.
Desde la perspectiva del Palacio de Hacienda, De la Rúa tiene el apoyo de los gobernadores, y ese aval no se diluiría ni siquiera con un resultado electoral adverso en octubre. “Las elecciones sólo darán un dato más acerca de qué partido gana”, opinó, restándole impacto al comicio para renovar el Congreso, que podría resultar adverso para la Alianza.
“Algunos dirigentes se van. Pero afortunadamente son más los que perseveran y se quedan. A los que se van, la gente los olvida”. No lo mencionó, pero el sayo bien le cabe a Alvarez, uno de los promotores del acercamiento entre Cavallo y la Alianza antes de retirarse de la vida política. Pero quien le sigue inspirando la más fuerte inquina es el ex presidente Menem, al que ayer aludió más de una vez en su encuentro con los corresponsales. “Cómo será la fortaleza institucional argentina que, a pesar del envión con el que venía, Menem no pudo conseguir un tercer mandato”, resaltó.

 


 

RODRIGUEZ, DE AFIP, ADMITE QUE CAERA LA RECAUDACION
El default llegó a los impuestos

La recaudación tributaria de julio será un 4 por ciento inferior a la del mismo mes del año pasado, según la proyección del propio titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Héctor Rodríguez. La previsión, con lo pesimista que parece, es todavía más auspiciosa que la mayoría de los pronósticos formulados en los últimos días. Otras fuentes de la propia AFIP, con un criterio más cercano a las hipótesis privadas, diagnosticaron en tanto que la caída de ingresos será de “entre el 5 y el 6 por ciento”.
Los ingresos de julio resultan especialmente importantes debido a la vigencia del “déficit cero” establecido en el decreto 896/01, que dispone que los gastos del Estado nacional deben estar sujetos a la recaudación. Además, jugarán en el balance fiscal contra egresos que aún no habrán sido sometidos a los recortes dispuestos por los decretos de los últimos días, tanto en salarios como en gastos corrientes.
Según Rodríguez, la caída de la recaudación se explica por “la menor actividad económica” y a que, en el transcurso de julio, hubo “un paro general, paros de estatales y tasas de call (préstamos entre bancos) del 200 por ciento”, con lo que es mejor negocio la renta financiera que pagarle al Estado. El funcionario no computó, en cambio, cómo pesó la incertidumbre frente a los sucesivos paquetes de ajuste que trastabillaron y la sensación cada vez más asentada de que Argentina avanza irremediablemente hacia la cesación de pagos.
Fuentes de la AFIP indicaron, pocas horas después, que información de último momento ingresada a las bases de datos del organismo advierte sobre una merma de recursos superior a la que había estimado Rodríguez. Destacaron las mismas fuentes que “un paro general (como el del 19 de julio) representa una caída de 40 millones en la recaudación”, monto equivalente al uno por ciento.
Respecto del ajuste de gastos en la administración pública, el titular de la AFIP recordó que el organismo lleva cuatro años en proceso de reestructuración, en el que perdió personal y, con ello, recursos humanos para combatir la evasión.

 


 

AGARRADOS DE LA CONVERTIBILIDAD
Una caída sin ruido ni sorpresa

Daniel Marx no tendría trabajo
en el Tesoro estadounidense con Bush, porque no quiere allí a ningún financista. El populismo de derecha dejará que la Argentina se estrelle.

�Wall Street contra Main Street, la
calle comercial contra la financiera.�

Por Julio Nudler

Como dice Ricardo Schefer, del CEMA, “esto es Main Street contra Wall Street, la calle comercial contra la financiera”. En otras palabras, los sectores reales de Estados Unidos, opuestos a rescatar deudores sin remedio, como la Argentina, para que los especuladores financieros, después de haber embolsado intereses siderales, salven íntegramente el capital que arriesgaron. Roberto Bouzas, de Flacso, subraya a su vez que el de George W. Bush es el primer gobierno federal en mucho tiempo que no nombró en los niveles superiores del Departamento del Tesoro a nadie proveniente de las finanzas. Es decir, a ninguno que venga de años o décadas de estar prestándoles plata, entre otros, a los mercados periféricos o emergentes. Mientras esa clase de personajes, como Daniel Marx y sus asistentes, son decisivos en el equipo económico argentino, y quienes se ocupan de los “fierros” no figuran ni a placé –valga Carlos Sánchez, secretario de Industria, como botón de muestra–, en Washington el peso político e ideológico está repartido de muy otra forma.
Para Arturo O’Connell, analista de temas económicos internacionales, en Estados Unidos prevalece la decisión de convertir a la Argentina en un caso ejemplar, paradigmático. Es decir, dejarla caer, teniendo además en cuenta que sus deudas en verdad involucran una porción muy pequeña de la cartera crediticia de la banca y de los fondos mutuos. Es el mismo enfoque sostenido en un reciente informe por el Bank of England (banca central británica): la Argentina y Turquía, los dos cucos del momento, reúnen sólo un 4 por ciento de los préstamos internacionales de la banca de los países industriales y de los centros off shore. Aun así, este número general oculta niveles de exposición más preocupantes, como el de la banca española con la Argentina (y América Latina en general) o la alemana con Turquía (y también con Rusia).
Con los republicanos entró en boga y apogeo “una especie de populismo de derecha, que dice defender al contribuyente contra los intereses de la banca, y en el que participan economistas ultramontanos tipo Allan Meltzer”, reflexiona O’Connell, quien de todas formas asegura que “los acreedores ya se cubrieron, por lo que cuando finalmente sobrevenga la devaluación, quienes menos la sufrirán serán los banqueros”. Pero tampoco pagará, como algunos quieren hacer creer, el contribuyente norteamericano ni primermundista en general, entre otras cosas porque el Fondo Monetario no regala la plata: la presta, bajo la elegante forma de un swap (pase) de monedas (compra pesos con dólares, pactando una operación futura inversa), que incluye una tasa de interés que es cada vez más alta, según decidió el FMI.
Para Bouzas, la renuencia estadounidense a acudir en auxilio de la convertibilidad argentina también obedece a la creciente percepción mundial –tanto en los mercados como en los ambientes académicos– de que los regímenes de tipo de cambio fijo generan más costos que beneficios. Cuando esto es así, el sistema deja de ser creíble y sustentable. “Todos los economistas, y no sólo los que escriben informes para las calificadoras de riesgo –expone–, ven lo siguiente: que para sostener el tipo de cambio fijo, como pretende la Argentina, éste debe constituir el único objetivo de política. No puede importar ni el crecimiento ni la desocupación ni ninguna otra cosa. El beneficio que se logra es la estabilidad, pero del lado de los costos se suman la deflación, el desempleo y la recesión.” Es decir, la inviabilidad política y social del modelo.
En realidad, el descreimiento general en el tipo de cambio fijo, del cual la convertibilidad es un ejemplo extremo, no es nuevo: viene por lo menos desde mediados de los ‘90. Pero la Argentina mantuvo el curso a fuerza de acumular deuda y soportar los llamados shocks externos negativos, como las devaluaciones de otros países o la caída en los precios de las materias primas que exporta y la salida de capitales. Lo que Bouzas califica de “simplismo” es creer que todo eso puede compensarse si se mantiene una buena relación política con Estados Unidos, que se traduciría en ventajas comerciales y financieras. “Washington sólo interviene –dice– cuando la crisis de un país amenaza de manera permanente al sistema o le preocupa estratégicamente. Si el Tesoro y la Reserva Federal pensaran que la caída argentina puede arrastrar a otras economías, y esto afectar a la norteamericana justo cuando se está desacelerando, no se quedarían de brazos cruzados, ni siquiera con esta Administración.”
Pero la verdad parece otra: que las graves dificultades argentinas hace tiempo que están siendo “descontadas” por los operadores, precaución que explica un riesgo país que hace meses cruzó sin retorno la barrera de los 1000 puntos base y ahora orbita por encima de los 1500, expresando la torcida relación entre la oferta y la demanda de los títulos de deuda argentinos. Aunque como los mercados han mostrado mucha ineficiencia en el pasado, tampoco puede excluirse del todo que también ahora se equivoquen y la Argentina dispare finalmente un pernicioso efecto dominó sobre otros emergentes. “La situación del país no es radicalmente distinta a lo que era en 1998, antes de la devaluación del real –recuerda Bouzas–, y sin embargo nadie se mostraba muy alarmado en ese momento.” Ahora, y esta vez respecto de la capacidad de contagio, quizás estén volviendo a equivocarse.
No obstante, e incluso en el caso de un daño, éste puede metamorfosearse en beneficio para los norteamericanos. Es ilustrativo al respecto un trabajo publicado en septiembre de 2000 por la Reserva Federal de Nueva York, bajo el título “Asia crisis post mortem: where did the money go and did the U.S. benefit?” (Crisis asiática post mortem: adónde fue el dinero, y ¿se beneficiaron los Estados Unidos?). La respuesta del estudio es que la plata fluyó a Norteamérica y que, efectivamente, los Estados Unidos se vieron favorecidos con un crecimiento asombrosamente acelerado y sostenido de su economía. ¿Qué interés pueden tener en crear un orden financiero internacional menos defectuoso, y qué desesperación por evitar toda crisis focalizada, como la argentina?

 

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