Por Claudio Zlotnik
Ante lo que definió
como incremento significativo del riesgo a que la Argentina
deje de pagar la deuda, la agencia estadounidense Moodys la
más importante junto a Standard & Poors degradó
ayer la calificación de los títulos de deuda argentinos,
de B3 a Caa1. Con este descenso, el segundo que
aplica Moodys este mes, la Argentina comparte la posición
con países como Ucrania, Moldavia o Pakistán. Y quedó
siete escalones por abajo del Investment Grade, el máximo
lugar del podio que Fernando de la Rúa prometió alcanzar,
junto a Estados Unidos, Inglaterra, Dinamarca y Suiza.
Al fundamentar su decisión, Moodys citó razones tanto
económicas como políticas. Pero a pesar de la desconfianza
internacional y de las propuestas de algunos economistas, en el Palacio
de Hacienda niegan en forma rotunda la posibilidad de la cesación
de pagos. E incluso mencionan la chance de un salvataje internacional
siempre y cuando el Gobierno demuestre primero firmeza para aplicar el
ajuste.
En este contexto, al que se sumó el nerviosismo de los financistas
tras la postergación del debate en el Senado, el riesgo país
escaló 130 puntos y terminó en los 1520.
La decisión de Moodys no sorprendió a los inversores.
Tanto en la city como en Wall Street se instaló el debate sobre
lo que ocurriría si se agravara la crisis y la Argentina cayera
en default. En todo caso, lo que hizo la agencia fue institucionalizar
la polémica. Y, quizás la consecuencia más grave,
empujó a compañías de seguros estadounidenses a desprenderse
de títulos públicos argentinos. Por normas de regulación,
algunas aseguradoras tienen prohibido invertir en papeles con riesgo alto
de default. En forma maliciosa, anoche en la Casa Rosada recordaban que
Moodys no pudo prever la caída de Rusia ni la crisis del
sudeste asiático. Ahora se quieren tomar revancha, justo
con nosotros, y nos bajan la calificación por las dudas,
señaló a este diario un alto funcionario de Balcarce 50.
En rigor, la nota Caa da cuenta de títulos de
baja calidad, que forman parte de emisiones que pueden haber
incumplido pagos o contener elementos de riesgo con respecto al cobro,
tanto de capital como de intereses de la deuda.
La advertencia de la calificadora, en realidad, no hizo más que
poner al descubierto la percepción de Wall Street de que la Argentina
no tendrá más remedio que declararse en bancarrota. Al respecto,
según dijeron a Página/12 en un importante banco de inversiones
de Nueva York, la Reserva Federal está preocupada por la exposición
que tienen las entidades financieras estadounidenses en la Argentina.
Y les advirtió a los bancos que monitoreará de cerca sus
tenencias en bonos de la deuda argentina. En la entidad consultada por
este diario entendieron que esa fue una sugerencia de Alan
Greenspan para ser cautelosos respecto de los títulos argentinos.
El hecho de que anteanoche los senadores postergaran la sanción
del ajuste en el gasto público significó una desmejora del
riesgo país y una caída de las acciones desde el arranque
de los negocios. Poco antes de la novedad de Moodys, el riesgo se
encontraba en 1478 puntos. Pero se disparó hasta 1543 no bien las
agencias de noticias divulgaron la información. Finalmente, el
indicador quedó en 1520 puntos, los bonos cayeron 7 por ciento
en promedio, y las acciones perdieron 2,5 por ciento. Con este nuevo declive,
la Argentina volvió a superar a Ecuador en el ranking del riesgo
país y quedó detrás del puntero Nigeria (1790).
Pero por fuera de las novedades del día a día, tanto entre
los financistas como en Economía se trazan escenarios probables
en los que podría desembocar la crisis. Para la escuela ortodoxa
de la cual son devotos los inversores no existe la alternativa de que
el Gobierno vaya a una reestructuración de la deuda en forma consensuada.
Lo mismo ocurre con los analistas (voceros) de los bancos. Claro está,
todos son juez y parte. En Economía piensan exactamente lo mismo,
a pesar de que Domingo Cavallo regresó al Palacio de Hacienda pronunciando
diatribas contra los que denominó miopes. Para que
no queden dudas de que lo último que haría el ministro es
dejar de cumplir con los inversores, en su equipo formulan un panorama
desolador para el caso de un default. Todo lo contrario a lo que proponen
algunos políticos del radicalismo, como Rodolfo Terragno. En diálogo
con Página/12 un estrecho colaborador de Cavallo planteó
cómo sería ese escenario:
En el primer año, la
economía sufriría una contracción de entre 8 y 12
por ciento.
No habría posibilidades
de recuperación por los próximos tres a cuatro años.
Se daría una brutal
fuga de depósitos, acompañado de posibles quiebras bancarias
y de un crac en la cadena de pagos.
u n caso de que en los próximos
meses caiga la recaudación y Economía se vea obligada a
profundizar el ajuste, se plantearán dos opciones (en realidad
no muy distintas entre sí): o se realiza un nuevo ajuste
ordenado o caerá en un ajuste forzado y caótico.
Un eufemismo para referirse a lo que sucedería si hay cesación
de pagos y una eventual devaluación: caída brutal
de los salarios y corte abrupto de la cadena de pagos.
Por tal motivo, en el entorno
de Cavallo aseveran que lo mejor que puede pasar es que el Senado convierta
en ley el ajuste tal como se sancionó en Diputados y el plan de
Déficit Cero se cumpla sin mayores sobresaltos para poder gestionar
después asistencia financiera.
Se fueron 5459 millones
En medio de la crisis, la situación del sistema financiero
es la variable más atendida por los financistas. Desde que
se inició la corrida, el último miércoles 4,
hubo una sola jornada en la cual no hubo salida de depósitos.
El martes pasado (último dato disponible) se fueron 455 millones,
totalizando 5459 millones en casi tres semanas. En ese lapso, el
promedio de salida resultó de 390 millones diarios.
Ayer volvió a ser una jornada tensa. A las caídas
en el mercado bursátil se sumó que la tasa interbancaria
volvió a saltar hasta 27 por ciento anual en pesos. Y el
Banco Central asistió a los bancos con el monto récord
de 2174,6 millones.
Por otra parte, el Gobierno y los bancos creadores de mercado
ya tienen cerrado el acuerdo para que éstos canjeen 1200
millones de dólares en Letes por un título a un año
de plazo. Estamos esperando que el Senado apruebe el ajuste
para firmar el acuerdo, dijo un banquero a este diario, dando
cuenta de las condiciones que imponen los bancos. Para completar
las necesidades de financiamiento del año, las AFJP aportarían
otros 2300 millones y otros 700 millones los fondos comunes de inversión.
El dato curioso de las negociaciones lo dio el Credit Suisse First
Boston, de David Mulford. El amigo de Cavallo dijo que sólo
aceptaría prestarle al Gobierno al 40 por ciento anual. En
el Palacio de Hacienda dicen que Mulford y Cavallo ya no son amigos.
|
LA
SEPI RESPONDIO DURAMENTE AL PORTAZO DE EURNEKIAN
Los tironeos por Aerolíneas
La española Sociedad
Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) dio por caída la
oferta del empresario Eduardo Eurnekian para adquirir la mayoría
del paquete accionario de Aerolíneas Argentinas e informó
que restan todavía ocho propuestas de adquisición, de las
cuales cuatro tienen hegemonía de capitales argentinos, según
informó su presidente, Pedro Ferreras. El holding español
contraatacó así al gesto de dar un portazo con el que el
ex titular de Aeropuertos Argentina 2000 pretendió forzar a los
españoles a ceder espacios en la dura negociación que venían
sosteniendo.
Fuentes vinculadas a la propia SEPI admitían que el empresario
argentino no ha cerrado todas las puertas sino que dejó
espacios suficientemente abiertos como para poder reconstruir la mesa
de negociaciones. Las declaraciones públicas de Eurnekian fueron
consideradas sólo una estrategia para forzar un mayor
compromiso del gobierno nacional, atarlo a su propuesta y dar así
mayor solidez a su posición en las conversaciones con SEPI.
En declaraciones radiales, Eurnekian criticó el estilo de negociación
del holding estatal español. Lo que yo no voy a hacer es
ir a un remate, expresó en declaraciones radiales. Yo
creo que la estrategia de la SEPI no es correcta, no creo que pueda estar
negociando con tres o cuatro a la vez, consideró. En concreto,
para el empresario a quien se le imputa la intención de querer
monopolizar el mercado aerocomercial la SEPI debería negociar
sólo con un oferente. Según versiones, Eurnekian habría
propuesto al consorcio estatal español hacerse cargo del pasivo
de Aerolíneas con sus proveedores, a quienes incorporaría
como socios, a cambio de que la SEPI pague las indemnizaciones al personal
que quede cesante.
El camino de presión pública elegido por Eurnekian parece
haber sensibilizado a los negociadores españoles, que ahora consideran
caída la oferta del empresario argentino y destacan
que avanzan en el análisis de las ocho propuestas restantes. De
éstas, cuatro cuentan con capitales mayoritariamente argentinos,
dos son norteamericanas y dos son operadores aéreos latinoamericanos.
En Madrid mantienen la voluntad de no liquidar la empresa
y de lograr una venta antes del 17 de agosto, cuando se volverá
a reunir la asamblea de accionistas tras el cuarto intermedio decidido
el pasado lunes 23. El todavía presidente de la SEPI, Pedro Ferreras,
descartó desde Madrid toda posibilidad de quiebra de Aerolíneas
y aseguró que vamos a tener un comprador antes de esa
fecha.
Ayer, trabajadores de Aerolíneas, mayoritariamente de la Asociación
de Personal Técnico Aeronáutico (APTA), realizaron una protesta
frente al edificio que la compañía posee en Bouchard 547,
para reclamar el pago de salarios adeudados y la recuperación de
las rutas que suspendió la compañía. Los petardos
lanzados por los manifestantes provocaron el estallido de dos ventanas
del edificio, que recibió también una lluvia de tomates
y huevos.
El
agro con su plan procompetitivo
El Gobierno y entidades representativas
del sector agropecuario firmaron el largamente anunciado programa integral
de competitividad para el campo y la agroindustria. El plan supone la
eliminación de los repudiados impuestos distorsivos, entre ellos
los tributos a los intereses sobre préstamos bancarios y a la renta
presunta. También, la promesa de que se agilizará la devolución
del IVA para las exportaciones.
Por medio de ese convenio, los productores agropecuarios se verán
favorecidos por la exención completa de los impuestos a la Ganancia
Mínima Presunta y al Endeudamiento, además de que podrán
computar el pago de aportes patronales a cuenta del IVA. Asimismo, prevé
una descarga del IVA sobre eventuales anticipos impositivos, a realizar
o ya realizados y busca priorizar con bajas impositivas a las actividades
más postergadas del sector, en especial a las afectadas por adversidades
climáticas.
Además, definido el actual marco general, la semana próxima
comenzarían a firmarse los convenios de competitividad por sectores
específicos de producción, los que responderán a
los acuerdos alcanzados en negociaciones con los representantes de los
diferentes subsistemas productivos.
El titular del Palacio de Hacienda también anticipó que
se pondrá en marcha un mecanismo para la devolución prácticamente
automática del IVA e Impuestos Internos y remarcó que el
único requisito que se deberá cumplir es que el pago del
IVA a los proveedores se haga a través de transacciones financieras
registradas en el sistema bancario, para evitar la evasión.
En cuanto al Plan de Competitividad, el ministro de Economía remarcó
que el sector agropecuario quedará eximido del Impuesto a la Ganancia
Mínima Presunta; y al Impuesto al Endeudamiento, mientras que las
cargas patronales podrán computarse como crédito fiscal
del IVA. En los próximos días se firmarán acuerdos
específicos para los sectores vitivinícola, yerbatero, bananero
y de cítricos, en tanto recordó que ya se suscribió
para los de la industria cárnica, algodón, frutícola
y arrocero.
|