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Un plan piloto para que la gente
debata el presupuesto de la ciudad

Aunque lo establece la Constitución porteña, el presupuesto participativo nunca fue reglamentado. Pero hoy será lanzada una experiencia en Belgrano y Núñez. Habrá asambleas de vecinos para proponer en qué gastar la plata del año próximo.

En el Centro de Participación
de Belgrano ya hubo reuniones preparatorias para el debate de hoy.

Por Eduardo Videla

Los vecinos de Belgrano y Núñez tendrán, a partir de hoy, una oportunidad para que sus propuestas de mejoras barriales puedan incorporarse al presupuesto 2002. Ese es el objetivo del Plan Piloto de Presupuesto Participativo que acaba de lanzar el gobierno porteño, a través del Centro de Gestión y Participación de esos barrios. Las propuestas vecinales podrán formularse en asambleas, que se realizarán a partir de hoy. El resultado de esa compulsa será elevado en setiembre al Poder Ejecutivo, para su incorporación al presupuesto del año próximo. El programa es una suerte de adelanto del sistema que regirá cuando se apruebe la Ley de Presupuesto Participativo, que extenderá el procedimiento a toda la ciudad, a imagen y semejanza del modelo que se aplica desde hace 12 años en la ciudad brasileña de Porto Alegre, donde se logró que el 25 por ciento de los fondos se utilicen como presupuesto participativo.
La primera reunión se llevará a cabo hoy a las 19 en la Escuela 9, de O’Higgins 3050, con vecinos de una de las seis subzonas en que está dividido el CGP 13 y continuará con otros encuentros los viernes siguientes. “Nuestra idea consiste en detectar las demandas de los vecinos y armar luego un catálogo con las necesidades de nuestro barrio, que será elevado a las autoridades del gobierno y a los legisladores”, explicó a Página/12 el director del CGP 13, Leandro Querido. Las propuestas no serán vinculantes. “Pero si los planteos son razonables, va a ser difícil que los funcionarios no los tengan en cuenta”, agregó el funcionario.
El presupuesto participativo ya tiene su historia en la ciudad. Establecido en la Constitución porteña en su artículo 52, ya pasó por una experiencia piloto en La Boca, en setiembre de 1997, cuando Fernando de la Rúa era jefe de Gobierno. En esa ocasión, más que elaborar un presupuesto para el año siguiente, los vecinos exigieron que se cumpliera el previsto para ese año, que establecía una partida para que los ocupantes de varios inquilinatos pudieran acceder a sus viviendas y no quedaran en la calle.
Según la Constitución, sancionada en 1996, la implementación del presupuesto participativo debe ser reglamentada por ley. Pero en casi cinco años el tema ni siquiera ha sido considerado por los legisladores. Así, naufragaron proyectos de los entonces diputados Raúl Fernández (hoy jefe de Gabinete), Eduardo Jozami (actual titular de la Comisión Municipal de la Vivienda), Jorge Srur y del propio De la Rúa. A esas iniciativas se sumó ahora la del titular del bloque de la Alianza, Ariel Schifrin.
La propuesta forma parte de un paquete de proyectos que desemboca en la división de la ciudad en comunas, y se inspira en el principio de que no es necesario esperar esa reforma para implementar la participación de los vecinos en la elaboración del presupuesto para su barrio. La idea apunta a que sea discutido por los vecinos el 25 por ciento del presupuesto que no forma parte de los gastos fijos (sueldos y contratos). En ese marco se inscribe la experiencia del CGP 13, en Belgrano y Núñez.
En las seis reuniones vecinales que comienzan esta noche, participarán representantes de asociaciones vecinales y habitantes de cada barrio, además de los miembros del Consejo Consultivo Honorario del CGP. La información de cada asamblea se cruzará luego con la de las restantes, en un plenario, donde se confeccionará el “catálogo de prioridades” de la zona, que será enviado en setiembre al Ejecutivo y a la Legislatura.
El plan piloto del CGP 13 se inició el 12 de julio con una conferencia del ex intendente de Porto Alegre, Raúl Pont, ejecutor de la iniciativa en la ciudad brasileña. “En ese encuentro, relató cómo el presupuesto participativo fue una herramienta del Partido de los Trabajadores (PT) para gobernar con una legislatura adversa: los legisladores opositores estaban presionados para aceptar las propuestas de la gente”, recordó a este diario el titular del CGP.
En el caso de Belgrano y Núñez, podrían surgir propuestas como la recuperación del centro comercial Manuela Pedraza (estación Núñez), la creación de un centro de atención primaria de salud en la zona que vadesde las vías del ferrocarril hasta el río, la mejora de la Plaza General Belgrano, en Juramento, o la apertura de calles en la zona de Estación Rivadavia para mejorar la vinculación este-oeste. “De ser aprobadas, las obras serán ejecutadas por el Gobierno de la Ciudad, porque los CGP no manejan presupuesto”, aclaró Querido.
“Esperamos que estas jornadas sean un estímulo para el tratamiento de la ley en la Legislatura”, dijo el funcionario. No va a ser fácil: la comisión de Presupuesto estaba a punto de tratarla cuando se desató la crisis económica que sacude al país –y a la ciudad–, que dejó a un costado aquellos proyectos estratégicos que requieren de debate y consenso entre las distintas fuerzas.

 

Las comunas en demora

“El plan piloto de Belgrano y Núñez es una manera de posponer la creación de comunas y la descentralización en la ciudad. El próximo presupuesto de la ciudad ya debería ser participativo”, dijo a Página/12 Claudio Lozano, titular del Instituto del Estudios de la CTA y pionero del movimiento para implementar el presupuesto participativo en la ciudad. Según el economista, al no haber sancionado la ley que reglamenta esa modalidad, “la Legislatura porteña está violando la Constitución de la Ciudad y la Ley de Administración Financiera, que obligaba a poner en marcha el sistema antes de 1998”. “Con esto se posterga en el tiempo el proceso de descentralización, que debía cumplirse este año”, se quejó.

 

POSTERGAN LA EXTENSION HORARIA
Subte hasta las 22

La empresa Metrovías prolongará hasta las 23 el servicio de subtes de las líneas A, B, C y D, pero lo hará recién dentro de tres semanas y no desde ayer, como lo había dispuesto la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). La empresa argumenta que no tiene tiempo para armar un nuevo cronograma en el plazo que estipuló la CNRT. Las autoridades del órgano de control aseguraron ayer que si Metrovías no cumple con lo establecido, “se le aplicarán las multas que marca la ley”.
El lunes último, la CNRT intimó a Metrovías a cumplir, a partir de ayer, con el horario que establece el contrato de concesión del servicio, que es de 5 a 23 para los días hábiles y sábados no feriados, en las cuatro líneas mencionadas. La empresa respondió con una carta dirigida al interventor del CNRT, José Recio, en la que rechaza los términos de la intimación, con el argumento de que el horario en vigencia fue presentado a la CNRT el 2 de febrero de este año y aprobado por ese organismo el 27 de ese mes.
“En ningún momento la empresa desconoce su compromiso de operar hasta las 23, pero no se puede hacer un cambio de horario en 48 horas; necesitamos por lo menos tres semanas porque es necesario reprogramar los servicios, los horarios del personal y los trabajos de las empresas contratistas”, dijo a Página/12 el director de Relaciones Institucionales de Metrovías, Juan Bautista Ordóñez. “Tampoco queremos que nos traten como a delincuentes”, agregó.
Fuentes del organismo de control, en cambio, aseguraron que no existe ninguna autorización para funcionar hasta las 22 y ratificaron que el permiso otorgado a Metrovías para no cumplir con el horario del contrato venció en noviembre. También informaron que los usuarios pueden denunciar la falta de cumplimiento en el servicio al 0800-333-0300.

 

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