Por Carolina Bilder
Desde
Madrid
No sólo el turismo internacional
llega en barco a la soleada isla de Ibiza. En el mismo medio de transporte,
una organización internacional de narcotraficantes importaba y
distribuía cargamentos de cocaína de gran pureza provenientes
de Colombia. La Policía les seguía el rastro desde octubre
pasado y ayer decidió actuar. En un operativo gigantesco, realizado
en varias ciudades y puertos españoles, detuvo a 17 personas y
secuestró 1600 kilos de droga ocultos detrás de cuadros
y en el doble fondo de dos embarcaciones. Al frente de una de ellas estaba
Jorge Alberto S.T., un argentino de 59 años residente en Ibiza
que trocó su profesión de médico pediatra por esta
actividad más rentable. Otro compatriota, Jorge H.H., aportaba
la infraestructura desde Barcelona. En el mismo grupo operaban, además,
dos colombianos, un libanés y doce españoles.
El botín de la denominada Operación Flecha acumula
desde ayer unos 45 millones, joyas, una decena de coches, dos embarcaciones,
computadoras portátiles, agendas electrónicas y documentación
utilizada para blanquear el dinero. Con estos elementos operaban los narcotraficantes.
A través del correo electrónico establecían los primeros
contactos con los grupos colombianos productores de coca, luego trasladaban
la droga en yates de gran eslora con compartimentos especiales para ocultarla
y finalmente la distribuían en coches con doble fondo por varias
ciudades españolas. La ruta marítima no incluía escalas.
Desde Colombia, las embarcaciones atravesaban el mar y echaban anclas
en puertos españoles.
En el de Ibiza, los policías de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado
(UDYCO) descubrieron el primer barco con el mayor cargamento de droga
detectado hasta el momento en esa isla: 950 kilogramos de cocaína.
Allí quedó detenido el capitán del barco de origen
argentino, de 59 años, quien hoy deberá declarar ante el
juez. Fuentes policiales consultadas por Página/12 afirmaron que
la embarcación es de su propiedad y lleva nombre de mujer Lorena
y bandera de Gibraltar. Junto a él quedó detenido Juan Vicente
H.G., un español de 46 años.
Mientras tanto, los procedimientos continuaron a lo largo del día
en otros puertos españoles. En el de Vizcaya, la policía
dio con la segunda embarcación que contenía los 650 kilogramos
de cocaína restantes. En ese lugar fueron detenidas otras 10 personas.
Entre ellas, el segundo argentino, que tiene 31 años y una residencia
en Barcelona. Según la policía, era uno de los encargados
de descargar la droga del barco y ocultarla en algún sitio seguro.
En Barcelona y Tarragona detuvieron al resto de los integrantes de la
organización: la mujer del cabecilla del grupo, dos de las personas
encargadas de las entregas de los paquetes con droga y una cuarta persona
a cargo de las operaciones de blanqueo de dinero a través de las
cuales se lo ingresaba de alguna forma en el circuito legal.
En la denominada Operación Flecha comenzaron trabajando
los policías del Cuerpo Nacional de la UDYCO de Cataluña,
pero al detectar que la organización se extendía en varias
provincias y traficaba en grandes dimensiones pidieron la colaboración
de los grupos de las comunidades de Vizcaya, Galicia, Tarragona e Ibiza,
con quienes actuaron durante la jornada de ayer.
Al parecer, los movimientos estaban perfectamente planificados y coordinados.
Según el relato policial, el máximo responsable de la organización
Emilio A.P. era quien llevaba adelante los contactos con otros
grupos que controlan la producción de cocaína en Sudamérica.
Algunas veces lo hacía personalmente, y otras utilizaba el correo
electrónico. De este modo se cerraban los acuerdos y se definían
los pormenores del inminente envío. La operación continuaba
ya en alta mar. Los barcos zarpaban desde países sudamericanos
y no se detenían hasta atracar en jurisdicción española.
Allí, otros miembros se encargaban de descargar los cientos de
paquetes de droga y ocultarla en lugares seguros, hacia donde llegaba
inmediatamente otro grupo de personas para transportar la mercadería
en coches preparados con dobles fondos. El destino era Cataluña,
Galicia, Baleares y otros puntos de España. Los clientes
de la organización, o destinatarios finales, eran aparentemente
narcotraficantes de un escalón inferior.
Cinco muertes por
la ola de frío
El frío aprieta, y también ahorca. Dos indigentes
que dormían en la calle, uno en la Capital Federal y otro
en Neuquén, murieron ayer a causa de las bajas temperaturas,
mientras que también, como consecuencia indirecta del frío,
otras tres personas fallecieron por inhalar monóxido de carbono.
Ayer a la mañana, en las escalinatas del Hospital Fernández,
fue encontrado el cuerpo sin vida de un hombre de aproximadamente
40 años, que pasaba las noches a la intemperie. Otro caso
similar se produjo en la capital neuquina, donde un grupo de trabajadores
de la municipalidad se topó con el cadáver de un hombre
de entre 30 y 40 años, a la vera de la ruta nacional 2. En
ambos casos se trataba de personas que no tenían techo y
que murieron por causa del intenso frío.
Como consecuencia indirecta de las bajas temperaturas, otras tres
personas fallecieron asfixiadas por la inhalación del monóxido
de carbono emanado de estufas y calentadores precarios, en dos episodios
similares: uno ocurrió en una vivienda de Burzaco, donde
falleció Julia Tejada Sandoval, una mujer peruana de 68 años,
mientras que el otro hecho sucedió en un departamento en
Mar del Plata, en el que murieron asfixiadas Beltramina Schenone,
de 93 años, y Lucila Valenzuela, de 60.
Ayer a las 7 de la mañana la sensación térmica
marcó el record anual de 3 grados bajo cero, y el tiempo
frío continuará hoy. En la castigada región
patagónica, en tanto, la situación climática
tiende a mejorar, ya no hay previstas nevadas ni lluvias.
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