Por Sergio Moreno
Cuando el país
está al borde de la cesación de pagos, de la devaluación
o, aun peor, de la dolarización, no podemos sentarnos a debatir
sobre nuestra crisis de identidad. Tenemos que ofrecer propuestas para
frenar la crisis o, en su defecto, para ver cómo salimos si se
produce el crac. Por eso nos reunimos. Quien así habló
fue uno de los participantes de la reunión que se realizó
ayer en la Jefatura de Gobierno porteño. Allí, nueve de
los 16 intendentes del Frepaso volvieron a mostrar su pertenencia a una
Alianza que ha dejado de existir en el gobierno nacional con quien
remarcaron sus diferencias, a pesar de que no abandonaron el barco
que, creen, sería peor si ellos. No podemos abrir cada encuentro
con el orden del día ¿nos vamos o no? No nos
vamos a ningún lado. Somos el Frepaso. Los motivos, las causas,
las razones, la situación que dio lugar al nacimiento del Frente
están tan vigentes como en aquellos años, por lo tanto la
existencia del Frente sigue teniendo razón de ser. Acá estamos,
hay que reformular el partido y aportar soluciones ante el crack que se
viene, dijo a Página/12 otro de los contertulios.
Aníbal Ibarra fue el anfitrión. Los invitados, el rosarino
Hermes Binner, Martín Sabbatella de Morón, Oscar Laborde
de Avellaneda, Edgardo Di Dío de Lomas de Zamora, Francisco García
de La Banda, Santiago del Estero, Edgardo Percara de San Salvador, Entre
Ríos, Julio Arriaga de Cipolletti, Río Negro, y Aníbal
Ianni de Chovet, Santa Fe. El encuentro se cerró con un almuerzo,
al que asistieron también el jefe del bloque aliancista, Darío
Alessandro, y el vicepresidente del Frente porteño, Ariel Schifrin.
Junto con los intendentes pampeanos Raúl Azcárate de Bernasconi,
Mario Roth de General Campos, Luis Ordoñez de Castex y Néstor
Righetti de Quehué, los neuquinos Raúl Podestá de
Zapala y Rodolfo Canini de El Huecu y Miriam Pedroza de Caimancito, Jujuy,
conforman el grupo de jefes comunales y de Gobierno que, gustan decir,
gestionan para siete millones de habitantes. A iniciativa del porteño
y el rosarino, intentan configurar un núcleo político cuya
palabra pese en las decisiones del Frepaso y se haga oír a nivel
nacional.
Ayer, en el despacho de Ibarra, debatieron durante dos horas y media sobre
el más que probable escenario del estallido de la crisis económica,
llámese default, devaluación o ambas cosas. Las coincidencias
fueron generales. Debemos llamar a un gobierno de unidad nacional,
con todos los sectores que quieran estar acá, con las organizaciones
sociales, con la Iglesia, obtener los consensos necesarios para evitar
el crac o, en el peor de los casos, para salir de él una vez que
se produzca, relató el acuerdo uno de los alcaldes frepasistas
a Página/12.
Obviamente, el destino del Frepaso atravesó gran parte de la discusión.
En otra parte de la ciudad, en el club Armenio, un grupo de dirigentes
frentistas porteños, convocados por Liliana Chiernajowsky, debatía
sobre el futuro de la agrupación. La vicejefa de Gabinete y esposa
de Carlos Chacho Alvarez renunció hace poco más de una semana
a la Alianza, no así al gobierno porteño (ver aparte). Hubo
un mensaje para ella: Hoy sería un acto de inmadurez política
discutir la crisis de identidad del Frepaso cuando estamos al borde del
default, la caída del PBI y/o la devaluación, comentó
a este diario uno de los presentes en la vieja Municipalidad.
Tan categórica afirmación atesora un consenso de vieja data
entre los alcaldes frentistas. Ellos nunca han querido romper con sus
aliados que, si bien con diferencias, guardan buena relación y,
en mayor o menor medida, también mantienen sus cuitas con el gobierno
nacional. No nos vamos a ningún lado. ¿A quién
le importa? La gente quiere que le solucionemos los problemas, que no
los traicionemos, por eso nos votaron. Nosotros nos diferenciamos desde
nuestras gestiones y seguimos para adelante. ¿Acaso cuando en el
peronismo hay disidencias ellos se van? Nos quedamos, y vamos a hacer
lo que debemos hacer para atenuar la crisis y seguir con el Frepaso y
la Alianza, dijo a este diario un intendente del conurbano. Creemos
que la gente visualiza claramente las diferencias entre el gobierno nacional
y las gestiones de cada una de nuestras ciudades, dijo el rionegrino
Julio Arriaga. Nosotros atendemos prioritariamente el riesgo que
corren la niñez, los excluidos, los jubilados y los desocupados
frente la insistencia del llamado riesgo país, machacó
el rosarino Binner.
La otra coincidencia de la mañana fue la de refundar el partido,
articularlo, darle organicidad. No puede ser comentó
uno de los alcaldes a este diari que nosotros digamos una cosa y
los diputados otra. Tenemos que armar un partido en serio, con una estrategia
a mediano plazo. Octubre (la elección) ya no importa; importa sí
recuperar el tiempo que perdimos con la Chachodependencia
y seguir adelante. Otro de los contertulios de ayer dijo a Página/12:
Hay que fortalecer el partido, el Frente. Si no, no vamos a poder
articular nada con el radicalismo, ni con el ARI, ni con nadie. Eso es
prioritario.
Los intendentes fijaron fecha para repetir el encuentro, ampliado a los
que ayer no pudieron ir, para dentro de tres semanas, donde profundizarán
las cuestiones de la gestión y definirán aun más
las posiciones. Los bonaerenses, por su parte, realizarán un congreso
provincial el 4 de agosto. Gran parte de lo que ayer se habló en
el Palacio Municipal porteño se debatirá en ese encuentro.
De lo expuesto a este diario por tres importantes alcaldes que ayer se
sentaron en la Jefatura de Gobierno porteño pueden obtenerse los
siguientes puntos de acuerdo:
No nos vamos a ningún
lado, obviamente marcando una diferenciación con el perfil propio
del Frepaso. Vamos a articular el polo progresista dentro de la Alianza
que incluya a los sectores mayoritarios del radicalismo.
Desde ese lugar vamos
a pulsear dentro de la Alianza y pulsear con el gobierno nacional y dentro
del propio gobierno nacional.
Tenemos que ser una fuerza
que, con otras fuerzas, trate de mediar entre los intereses del mercado
y los intereses de la gente. La discusión en el Congreso para poner
límites al ajuste debería haber estado acompañada
de una posición fijada por la Alianza.
Si nosotros defendemos
a la gente frente al mercado es mejor tener a quien confronte en el Gobierno
y en la Alianza, si no le dejás todo a ellos, que siempre tercian
a favor del mercado.
Juampi sigue confrontando
El verdadero riesgo país es el riesgo social,
declaró ayer el ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo
Cafiero, en la localidad bonaerense de Ramallo, hacia donde se dirigió
desde Córdoba donde inauguró 11 plantas potabilizadoras
de agua. Cafiero, el único ministro frepasista, sigue marcando
diferencias con el resto del Gabinete del cual forma parte. Como
muestra, en Ramallo, sostuvo que el Estado no puede estar
enfrente de las demandas sociales legítimas, sino junto a
ellas. El ministro se dirigió allí para presenciar
la adhesión del municipio al Pacto por la Niñez, que
establece subsidios y alimentos. En el acto en que se entregó
mercadería por el valor de 50 mil pesos destinados a la población
careciente de la zona, Cafiero aprovechó para reclamar nuevamente
que se aplique todo el peso de la ley y aún la cárcel,
a quienes están en la especulación financiera contra
país. Además recordó que el martes próximo
presentará ante el Presidente el Plan de Subsidio Infantil,
destinado a familias carenciadas con hijos de 0 a 17 años,
en el marco del Pacto por la Niñez.
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Un plenario de debate
Al cierre de esta edición, un sector de dirigentes y militantes
del Frente Grande porteño se encontraba reunido para definir
en qué dirección continuaría el accionar del
Frepaso, y se aprestaba a emitir una declaración pública
con su opinión acerca del futuro de esa fuerza.
El encuentro, en el que participaron los diputados nacionales José
Vitar, Irma Parentella, Fernando Melillo y María América
González, fue convocado por la frepasista Liliana Chiernajowsky.
La vicejefa del Gabinete porteño, quien hace poco anunció
su alejamiento de la Alianza, convocó a esa reunión
para realizar una autocrítica acerca del papel que tuvo y
tiene el Frepaso en elGgobierno. En ese sentido, la esposa del ex
vicepresidente Carlos Chacho Alvarez propuso discutir
el sentido del voto de 1999, el fracaso de la Alianza y la
relación de la crisis económico social con la crisis
del sistema político. Tanto Vitar como Melillo forman
parte de la conducción nacional de la fuerza y mantienen
posiciones opuestas a la de Chiernajowsky.
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COMO
VE LA CRISIS EL DIARIO EL PAIS, DE MADRID
Más que un negro porvenir
Uno de los tres editoriales
que aparecieron ayer en el diario madrileño El País, llamado
Desajuste argentino, presenta un panorama desesperanzador.
Si bien los editoralistas no sabían que anoche mismo el Senado
trataría la ley de déficit cero, ponen su acento en el voluntarismo
político de un gobierno carente de apoyo y entrampado en la recesión,
la evasión y el desempleo. A continuación, cómo nos
ven en España.
Empeñarse en alcanzar el equilibrio del presupuesto en un país
como Argentina, tres años inmerso en una severa recesión,
en el que los ingresos públicos apenas representan el 18 por ciento
del PIB, con una tasa de paro (desempleo) del 16 por ciento y tipos de
interés que superan en 16 puntos los que fija la Reserva Federal
para el dólar, es un ejercicio de voluntarismo político.
En mayor medida si el gobierno que lo propone ha ensayado varios intentos
de recomposición de esa maltrecha situación económica
y además está integrado por una alianza de circunstancias,
sin el respaldo social y político suficiente y con un importante
grado de descentralización fiscal a favor de las provincias.
El ajuste fiscal propuesto con el fin de recuperar la mínima solvencia
financiera que impida la suspensión de pagos de la deuda pretende
una disminución del gasto público de 1500 millones de dólares
en este año y de 4300 millones el próximo. Con más
retórica que medidas verosímiles, el plan trata de reducir
la importante bolsa de fraude tributario por parte de todos los agentes
económicos. La principal partida a recortar son los salarios de
los funcionarios y las pensiones iguales o superiores a 500 dólares
al mes (unas 95.000 pesetas). Aunque el plan fue aprobado en el Congreso,
permanece bloqueado por la oposición peronista en el Senado. El
Partido Justicialista había dado su respaldo el pasado 16 de julio
al ajuste propuesto y comprometido su cumplimiento en las provincias gobernadas
por el mismo, pero decidió solicitar cambios que minimizaran el
impacto sobre las rentas de trabajadores y jubilados. Pero el Gobierno
rechaza la posibilidad de moderar el recorte. Las reacciones de las organizaciones
sindicales no se han hecho esperar.
En ausencia de apoyos financieros adicionales del exterior, en particular
de las agencias multilaterales, la viabilidad de ese plan no está
en modo alguno garantizada. La economía argentina necesita ante
todo crecer, y eso no es precisamente fácil con un ajuste como
el propuesto y un tipo de cambio manifiestamente apreciado frente a todas
las monedas de los principales socios comerciales de ese país.
Una situación que transmite una vulnerabilidad equivalente al resto
de las economías consideradas emergentes, en particular al principal
socio comercial, Brasil, e indirectamente, a aquellas otras como la española,
en la que sus principales empresas y entidades financieras mantienen una
parte significativa de sus activos en aquella región.
OPINION
Por Eduardo Aliverti
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Sentidos de lucha
No hay ningún análisis más o menos serio
que no plantee lo irremediable de la caída argentina en cesación
de pagos, aunque fuere por diferentes vías. El economista
norteamericano Paul Krugman un tipo de la Universidad de Princeton
que no es Trotsky, precisamente fue citado en abundancia durante
los últimos días, en su señalamiento de que
las naciones más débiles deberían hacer lo
que hace y no lo que dice Estados Unidos. Y hasta el vocero de los
piqueteros de derecha, Ambito Financiero, en punteo editorial de
portada, señaló que (...) tremendo ajuste en
marcha traerá más recesión a un país
ya recesivo (18-7-01). Claro que, a la hora de apuntar causas
específicas, los portavoces del establishment son un tanto
más berretas. Difícil encontrar que hablen de los
4500 millones de dólares anuales que van a las AFJP de modo
compulsivo, mientras tanto imbécil de turno habla del costo
de la política, de las jubilaciones de privilegio y de los
ingresos de los sindicalistas. Tampoco se entusiasman en recordar
que, para este año, las empresas extranjeras girarán
a sus casas matrices entre 2800 y 3000 millones de dólares
en concepto de remesas de utilidades (que no se tocan, según
el Pacto por la Independencia). O que por impuesto a
las ganancias se tributa en Argentina la quinta parte de lo estipulado
por el mismo rubro en Estados Unidos, o que la renta financiera
no está gravada. Datos elementales, todos ellos, que debieran
hacer recapacitar a tanto desprevenido que se detiene en lo que
gana Hugo Moyano o un diputado de Formosa.
El modelo puso la primera (Cavallo) y se le reveló tan inepta
como Machinea y López Murphy. En términos de los propios
intereses de la derecha, este país no da para más
hasta que el default se paralelice con la hiperinflación
y la ausencia de izquierda les permita pudrir todo para resurgir,
sin oposición, con el negociado de la salud y su ruta. Pero
tampoco les va a alcanzar para cobrar porque no crece el tamaño
de la economía. Quizá nunca haya estado tan claro
que lo que falta no son ideas alternativas, sino una fuerza político-social
convincente que las lleve a cabo. La resistencia social no tiene
vanguardia que la articule, y la capacidad de los argentinos para
seguir cayendo en la trampa de radicales, peronistas y pseudo-progres
parece interminable. Es ésa o pensar en Ezeiza, para preferir
ser bolivianos en España o Italia.
No es cierto que la única lucha que se pierde es la que se
abandona. Pero es seguro que si se abandona no se gana nunca.
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