Por
Nora Veiras
El
jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni, le elevó el martes
al ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, el resultado de la investigación
que éste le había ordenado para determinar si el espíritu
del abogado neonazi Juan Torres Bande sigue corporizado como apoderado
de los hombres de esa fuerza. Para nosotros, el sumario es secreto,
es el ministerio el que debe informar, explicaron los subordinados
de Brinzoni. El vocero de Jaunarena explicó a Página/12
el resultado de la pesquisa: Los pedidos de hábeas data que
llegaron a los organismos de derechos humanos con el remitente del estudio
de Torres Bande fueron producto de un error administrativo. La conclusión
después de quince días de rastreo reprodujo la misma coartada
que habían usado los uniformados cuando este diario denunció
el tema: la culpa es de la burocracia.
Lo importante es que Torres Bande está desvinculado del Ejército
desde el 25 de abril, repitió el vocero de Jaunarena, Ramiro
Costa. Esa fue la fecha en que este diario publicó que el abogado
que patrocinó ante el Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels)
a los más de 600 oficiales del Ejército que presentaron
los habeas data era, casualmente, el apoderado del partido neonazi que
encabeza Alejandro Biondini. La foto del macizo Torres Bande compartiendo
el estrado con Biondini durante un acto en setiembre del año pasado
fue una prueba irrefutable del estrecho vínculo que el Ejército
dijo desconocer.
En ese momento, por orden de Jaunarena el jefe del Ejército se
tuvo que disculpar ante la Delegación de Asociaciones Israelitas
Argentinas (Daia) y, obviamente, desvincularse de los servicios profesionales
del admirador de Adolf Hitler. Además del horror de haberse vinculado
con un neonazi para que patrocine los recursos de habeas data que apuntaban
a demostrar que los oficiales de la fuerza no tenían antecedentes
en violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura,
el vínculo puso en evidencia la decisión de la cúpula
del Ejército de embarcar a los oficiales en ese trámite.
Dos meses y medio después, el jueves 5 de julio, este diario publicó
una nueva denuncia sobre la reaparición de Torres Bande. Había
llegado al Cels un pedido de habeas data, firmado por el capitán
Guillermo Oscar Voget en un sobre con membrete de la Secretaría
General del Ejército en su frente. Al dorso llevaba un sello del
Estado Mayor General del Ejército y su dirección, Azopardo
250. La única diferencia con las presentaciones anteriores era
que no aparecía la firma de Torres Bande pero el domiclio constituido
era Marcelo T. de Alvear 777, piso 2, departamento D. La misma dirección
de los habeas data presentados anteriormente. Allí atiende el abogado
neonazi.
Ese día fue la cena de camaradería de las tres Fuerzas Armadas,
donde asistió el presidente Fernando de la Rúa, quien como
comandante en jefe de las mismas confesó su orgullo por los uniformados.
Los oficiales del Ejército no podían ocultar su malestar
por la inoportuna reaparición pública de Torres Bande. Jaunarena
le ordenó nuevamente a Brinzoni que investigara qué había
pasado y le dio quince días para obtener tan compleja información.
Lo importante es que no se desobedeció la orden que había
dado el ministro en abril, Torres Bande no está vinculado al Ejército.
Lo que sucedió es que esos pedidos que llegaron tarde no formaron
parte del lote inicial de 600 sino que llegaron a posteriori al estudio
y como un trámite burocrático lo reenviaron a los organismos.
Una prueba de que no participó Torres Bande es que él no
los firmó. Esto ha sido un error producto de un traspapelamiento,
entendió Costa.
Para proteger semejante conclusión, el Ejército mantiene
en secreto el nombre del juez de instrucción que realizó
el seguimiento del caso. Como todo formó parte de un error
y no de una desobediencia o ignorancia de la orden del ministro,
en Defensa se dieron por satisfechos con elresultado y no habrá
sanciones ni llamados de atención para ningún responsable.
Sólo ruegan que no aparezca otra patrulla perdida de oficiales
que quieran conocer los antecedentes con que cuentan los organismos de
derechos humanos. Se sabe que el estudio del neonazi ya hizo carrera en
la tramitación de recursos de habeas data. Otro traspapelamiento
burocrático será difícil de justificar.
|