Por
Suzanne Goldenberg *
Desde Jerusalén
Una
poderosa explosión mató a seis activistas palestinos en
Cisjordania y helicópteros artillados israelíes atacaron
los cuarteles de la policía en la ciudad de Gaza ayer, marcando
un día de una aguda escalada de tensiones. Los seis palestinos,
que figuraban en la lista de los más buscados por Israel, murieron
poco después de medianoche cuando una explosión destrozó
una choza en un basural en Nablus, al norte de Cisjordania. En una reunión
de gabinete ayer, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, hizo
a un lado un trabajo de investigación del Ministerio de Relaciones
Exteriores, que proponía que Israel llevara a cabo las demoradas
transferencias de tierra a los palestinos, establecidas en los acuerdos
de paz de Oslo. El plan se filtró a la radio, y fue el tema del
día en Israel. Cada mañana debemos aprender de memoria
esta frase: no hay negociación bajo fuego, habría
sido el comentario de Sharon.
En Nablus, los líderes de Fatah dijeron que creían que los
hombres murieron por una bomba puesta por colaboradores israelíes
infiltrados en las organizaciones palestinas políticas y de seguridad.
Sin embargo, el viceministro de Defensa de Israel, Dalia Rabin Filossof,
dijo que los hombres habían muerto en un accidente de trabajo,
el eufemismo de uso para designar a los terroristas suicidas que mueren
armando las propias bombas. Los testigos dijeron que no había señal
alguna de fragmentos de metralla entre los escombros. Los atacantes
que tratan de activar artefactos explosivos últimamente han estado
cometiendo muchos errores y los pagan con su vida, le dijo a Radio
Ejército.
La explosión voló el techo de la choza en un baldío
de automóviles abandonados cerca del campo de refugiados de Farah,
arrojando fragmentos de cuerpos a tres metros de la mesa donde los hombres
aparentemente habían estado sentados. Se recuperaron varias cartas
de juego ensangrentadas. Las seis víctimas eran activistas en el
movimiento Fatah de Yasser Arafat; tres de ellos habían servido
en las fuerzas de seguridad palestinas. Se cree que algunas de las víctimas
pertenecen a una célula secreta dentro de Fatah, los Mártires
de alAqsa. El grupo, que surgió en los primeros meses de
la última Intifada, rompió con la organización principal
al atacar objetivos dentro de las fronteras del Estado judío. Dentro
de Cisjordania y Gaza también planearon castigar a los sospechados
de colaborar o de corrupción. El grupo alAqsa se responsabilizó
por el asesinato al mejor estilo mafioso del jefe de la televisión
palestina cometido en enero pasado en un restaurante a orillas del mar
de la ciudad de Gaza. Los funcionarios palestinos dijeron que los seis
hombres solían dormir en la choza porque temían ataques
en sus hogares, en un momento en que Israel acelera su política
de perseguir militantes palestinos acusados de planear ataques dentro
de Israel.
Mientras tanto, Israel estaba en estado de alerta por un ataque de un
coche bomba que la Inteligencia israelí cree que estaba en proceso
de preparación por militantes basados en Nablus. En los últimos
días, las fuerzas de seguridad de Israel han impedido una serie
de intentos de bombas dentro de Israel. Varios estaban concentrados en
el área de Jerusalén. Una pequeña explosión
de una trampa caza bobos en una lata de cerveza en un supermercado
en el centro de Jerusalén aumentó la tensa situación
de seguridad, como también lo hizo el apuñalamiento de un
judío ortodoxo en las puertas de la ciudad vieja de Jerusalén.
Los funcionarios del hospital dijeron que su condición era seria.
Mientras unas 2 mil personas enfurecidas llevaban a los seis hombres a
sus tumbas en Cisjordania ayer a la tarde, los helicópteros israelíes
dispararon por lo menos tres misiles sobre el complejo principal de policía
de la ciudad de Gaza, lanzando grandes nubarrones de humo blanco e hiriendo
a por lo menos tres personas. El ejército israelí dijo que
habíaatacado a una fábrica de morteros. La aguda escalada
de violencia llega cuando los esfuerzos diplomáticos internacionales
por lograr una solución pacífica a los 10 meses de la Intifada
palestina parecen estancados.
*
De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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