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Final trágico para un triángulo
amoroso entre guardiacárceles

El cadáver de un
agente penitenciario bonaerense apareció en el baúl de un auto en La Plata. Tenía una bolsa de nylon en la cabeza. Está detenida la ex mujer. Y buscan al novio de ella.

El cuerpo apareció a las 9.30 en el baúl de un VW Polo, sobre la calle 86, entre 14 y 15.

Por Carlos Rodríguez

El cadáver apareció en el baúl de un auto, envuelto en una frazada roja, con la cabeza destrozada a golpes y cubierta con una bolsa de nylon, como si la víctima hubiese sido sometida al ya clásico “submarino seco”. Como también estaba atado de pies y manos, los investigadores creyeron leer un mensaje mafioso con reminiscencias de la dictadura, pero el homicidio del agente del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) Eduardo Alberto Manzo, de 43 años, parece encaminarse decididamente hacia la hipótesis de un crimen pasional, trágica derivación de un triángulo que estaría integrado por miembros de la misma fuerza de seguridad. Hasta ahora, la única detenida es la también agente del SPB Laura Gobernatori, ex esposa de Manzo, con quien el muerto se habría reunido en la noche del lunes, horas antes del crimen. La Justicia está sobre la pista de un hombre, que sería el novio de la mujer y que también integraría el plantel del SPB.
Manzo se desempeñaba como secretario administrativo en la Unidad número 22 de Lisandro Olmos, mientras que su ex esposa cumple funciones en la Unidad 9 de La Plata, ciudad en la que ambos vivían, en distintas casas. Manzo salió de su casa antes de la medianoche del lunes y le dijo a su madre que iba a “charlar con Laura”, su ex mujer. El cuerpo apareció a las 9.30 de ayer dentro del baúl de un Volkswagen Polo estacionado sobre la calle 86, entre 14 y 15, en el barrio Altos de San Lorenzo. “El cadáver presenta un hundimiento de cráneo provocado por golpes realizados con un objeto contundente”, dijo una fuente de la causa. “La mujer es menuda, el hombre corpulento”, precisó la fuente dando a entender que es difícil que ella, de confirmarse que participó en el crimen, haya actuado en soledad.
Los médicos constataron que Manzo “se había mordido la lengua, había hemorragias en los ojos y las uñas estaban cianóticas”. Eso concuerda con un proceso de asfixia similar a la aplicación del “submarino seco”, con una bolsa plástica que impide la respiración. En la cabeza se encontraron “dos heridas cortantes, una de cinco centímetros y otra de tres”. Las manos y piernas habían sido atadas con cables.
La muerte se produjo entre la medianoche del lunes y las tres de la mañana del martes. La policía intervino alertada por los vecinos del barrio Altos de San Lorenzo, que encontraron al Polo con la puerta abierta, las llaves puestas y documentación tirada sobre el asiento delantero. A poco de llegar, los efectivos de la comisaría octava de La Plata descubrieron el cuerpo en el baúl.
Luego se hicieron dos procedimientos, el segundo en la casa donde vive Gobernatori, en la calle 6 y 94. Fuentes policiales dijeron que allí se encontró un zapato que pertenecía a la víctima. También sorprendió que el piso hubiera sido baldeado en forma reciente, aunque cuando se hizo el operativo la casa estaba deshabitada. Los investigadores secuestraron un escobillón y otros elementos que guardarían huellas del crimen. También había manchas de sangre que ahora están siendo analizadas.
El penitenciario asesinado estaba separado de su mujer desde hacía tres años y el lunes había pedido licencia argumentando “problemas personales”. Cuando salió de su casa para entrevistarse, según sus dichos, con su ex mujer, Manzo habría insinuado que estaban en vías de una reconciliación. El matrimonio tiene dos hijos adolescentes, que vivían con el padre.
Gobernatori, horas después del procedimiento en su casa, se presentó en la comisaría octava y luego fue llevada a la comisaría de la mujer, donde quedó alojada hasta hoy, cuando será indagada por la fiscal de la causa, Virginia Bravo. Todo hace pensar que el homicidio fue cometido por más de una persona y por eso era buscado un suboficial penitenciario vinculado con la mujer que viviría en el partido de Quilmes.
De Manzo se dijo que tenía “un legajo laboral óptimo”. Era técnico superior en informática y daba cursos de la especialidad a los agentes del SPB. Además era docente en varias escuelas secundarias de La Plata. Losinvestigadores creen que se trataría de un crimen pasional y que habría por lo menos otra persona involucrada.

 


 

UN CHICO HIRIO A OTRO EN UNA ESCUELA CORDOBESA
Jugando con un revólver en el aula

Un chico de 16 años, alumno de un colegio secundario cordobés, fue herido de bala en un ojo por un compañero, en plena clase, mientras manipulaban una pistola calibre 22. El adolescente, pese a la herida recibida, llegó lúcido a la guardia del hospital donde lo atendieron. Los médicos aseguraron que el chico “está bien” y señalaron que, en principio, “no habría peligro de que pierda el ojo, ya que la herida es por debajo de la órbita ocular, por lo que no tiene daño neurológico aparente”.
El hecho ocurrió ayer a las diez de la mañana, en un aula del Instituto Provincial de Enseñanza Media “Juan Domingo Remonda”, ubicado en el barrio Panamericano de la capital cordobesa.
Los compañeros del chico herido comentaron que el accidente se produjo en medio de una clase, cuando la profesora a cargo del curso se había ausentado por unos momentos. No se trató de una agresión, sino de que dos alumnos “se habían sentado al final del aula y ahí parece que se pusieron a jugar con la pistola”, narró uno de los chicos. “Cuando sentimos el tiro, lo auxiliamos. Lo llevamos a la Dirección y ahí se desvaneció. Llegó la policía y lo llevaron al hospital”, agregó una compañera de los alumnos.
El chico herido, que recibió el balazo en el ojo izquierdo, fue trasladado al Hospital de Urgencias, donde se informó que su estado general “es bueno y está fuera de peligro”. El proyectil se alojó debajo de la órbita ocular, al parecer sin orificio de salida, describieron los médicos, que le practicaron al adolescente una serie de “estudios complementarios, tomografía y demás análisis”.
La directora del colegio, Silvia de Lázari, calificó al hecho como “un incidente muy lamentable”, a su criterio involuntario, por parte de un alumno que hace sólo dos días que ingresó a esa institución. “Obviamente fue un accidente ya que son chicos buenos que no tienen antecedentes de violencia”, opinó Lázari, y aseguró que “es la primera vez” que tiene conocimiento de la existencia de un arma dentro la institución.

 


 

Juicio por presos muertos

La justicia penal cordobesa comenzó ayer a juzgar a cuatro policías por el motín en el que murieron siete reclusos calcinados en un calabozo, en enero de 1999.
El episodio ocurrió cuando los detenidos –que tenían entre los 18 y 22 años– exigieron un mejor trato por parte de las autoridades del precinto policial 5 e incendiaron los colchones dentro de la celda.
Según consta en el expediente del caso, los policías Julio César Allende, Claudio Mendoza, Carlos Moyano y Julio César Roja, se habrían demorado intencionalmente en auxiliar a las víctimas, que fallecieron a los pocos minutos.
La autopsia reveló que seis de ellos murieron asfixiados y el restante -que tenía el 80 por ciento del cuerpo quemado– murió dos días después en un centro sanitario. En una primera instancia, los efectivos fueron acusados del delito de incendio agravado seguido de muerte, pero luego la carátula de la causa fue cambiada a homicidio culposo agravado.

 

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