Tal como se esperaba, la recaudación
tributaria de julio cayó 8,7 por ciento frente a igual mes del
año pasado y, de no mejorar durante este mes, el Gobierno debería
anunciar en los próximos meses un recorte de salarios y jubilaciones
superior al 13 por ciento anunciado para cumplir con la regla del déficit
cero. La baja de la recaudación es producto de las altas
tasas de interés y la retracción del crédito en el
sector privado, explicó el subsecretario de Ingresos Públicos,
José María Farré. Ciertamente, con las actuales tasas
de interés, incluso a las empresas de primera línea les
conviene postergar los pagos a la DGI y financiarse a la tasa que devenga
el organismo en concepto de punitorios por mora.
Los 3858 millones de pesos recaudados por la AFIP el mes pasado son 8,7
por ciento menos que igual mes del año pasado, cuando la recesión
también era fuerte y no había entrado en juego el impuesto
a las cuentas corrientes, que aportó casi 300 millones extra.
El IVA, el tributo más dependiente del nivel de actividad, se desplomó
un 22,4 por ciento, aunque si descuenta el incremento de devoluciones
del impuesto a los exportadores (en 50 por ciento) y lo que recauda Aduana
en concepto de IVA a las importaciones, se tiene que la baja de IVA sobre
las ventas internas fue de sólo el 16 por ciento. En
tanto, que la merma en Ganancias fue de casi el 7 por ciento. Otros impuestos
muy dependientes de la actividad económica, como internos, cayeron
casi un 30 por ciento.
Mientras que se agravó el desfinanciamiento de la seguridad social:
los ingresos por aportes patronales cayeron un 16 por ciento.
Más que la recesión, los funcionarios destacaron como la
principal causa del derrumbe de la recaudación la crisis financiera.
El propio titular de la AFIP, Héctor Rodríguez, fue quien
pintó el cuadro de situación más preciso. Hay
un financiamiento contra el fisco, admitió. Muchas
empresas prefieren financiarse contra la AFIP donde los intereses por
punitorios son sólo del 3 por ciento mensual, en momentos en que
la tasas para empresas de primera línea tuvo picos de 66 por ciento.
La liquidez está siendo totalmente afectada por este fenómeno
que estamos viviendo, afirmó. Y por desgracia, nadie
saca el dinero del banco para cumplir con sus obligaciones, agregó.
En cuanto a cómo vendrá la recaudación en agosto,
Farré optó por el optimismo. Seguimos trabajando sobre
la hipótesis de que la recaudación crecerá,
sostuvo. En tanto, se negó a opinar si, de continuar la baja de
la recaudación, sería necesario podas adicionales de salarios
y jubilaciones al 13 por ciento anunciado para cumplir con la regla de
déficit cero.
Rodríguez, en cambio, fue más cauto a la ahora de hacer
pronósticos. Y reconoció que, de continuar estas tasas de
interés, no hay motivos para alentar expectativas de mejoras en
la recaudación, por más lucha contra la evasión que
se libre.
Según los cálculos que manejan todos los consultores privados,
si la fuga de depósitos no se detiene, entonces las tasas de interés
seguirán por las nubes, se agravaría la recesión
y no habría forma de que la recaudación repunte. En ese
escenario, a más tardar en octubre, si Cavallo se aferrara a la
regla de déficit cero, para cumplirla debería subir la apuesta
en la poda del gasto público (salarios, jubilaciones y pagos a
proveedores) del 13 por ciento a actual a un número que oscila
entre el 20 y el 35 por ciento. Pero, según admiten los mismos
analistas, bajo esas circunstancias ese ajuste sería totalmente
inviable tanto política como socialmente. Y entonces, el ministro
se encontraría frente a una nueva encrucijada.
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