En el idioma inglés,
tal como se lo pronuncia en la Argentina, falls (cataratas) y default
(cesación de pagos) suenan muy parecido. Con la misma cordialidad
de gentleman con que dio las felicitaciones por las bonitas falls del
Iguazú que lo deleitaban de fondo, el primer ministro británico
Tony Blair le dijo al presidente Fernando de la Rúa que lamentaba
la situación económica que hostiga al país y manifestó
su apoyo a las medidas de ajuste. A 19 años del conflicto por la
soberanía de las islas Malvinas, el tema apenas rozó esta
conversación histórica.
La frase tenemos una visión diferente en este asunto, pero
lo pasado, pasado está que articuló públicamente
Blair en relación a Malvinas, quedó prolija en el contexto.
Desde el vamos, y a pesar de la prevista brevedad del encuentro, De la
Rúa ya tenía con qué irse satisfecho al consagrarse
como el primer jefe de Estado argentino que recibe en su territorio a
un premier del Reino Unido.
Blair es el tercer mandatario europeo que se solidariza con la Argentina-en-pleno-desastre-económico.
Hay que impedir que la Argentina se caiga, dijo días
atrás en Génova el presidente de Francia, Jacques Chirac.
Un gesto similar tuvo el presidente italiano, Carlo Azeglio Ciampi, quien
con algo menos de efusividad mostró su interés en dar aliento.
Quiero repetir una vez más nuestras palabras de solidaridad
con Argentina en estos momentos de gran dificultad para el país
y nuestro apoyo hacia el programa de cambio del gobierno, dijo Blair.
Estas medidas (económicas) entiendo que son difíciles
para los argentinos, pero no existe una manera indolora de enfrentar estos
problemas, sostuvo.
Los brasileños, al parecer, ya son conscientes de eso. Sabemos
que todo lo que pasa en la Argentina nos afecta, dijo el canciller
de Brasil Celso Lafer, como preámbulo de la primera reunión
de la jornada, que juntaría a Blair, De la Rúa y al presidente
de Brasil, Fernando Henrique Cardoso en la ciudad de Foz de Iguazú.
Para aportar distensión, Cardoso dijo manifestó comprensión
y mucha confianza en que el gobierno argentino pueda
superar la crisis.
Blair y De la Rúa cruzaron a la tarde del lado argentino y se instalaron
pasadas las cuatro de la tarde en el Hotel Sheraton, desde donde el premier
británico pudo degustar una vista panorámica de las cataratas.
Mientras la platea local esperaba que hablaran sobre Malvinas dado que
el evento apuntaba en parte la normalización de las relaciones
argentinobritánicas, eso no ocurrió. Claro que De la Rúa
siempre que puede y por si alguien está tomando notas que
quedarán sentadas en los libros diplomáticos recuerda
con sobriedad a quien corresponda, como si hablara de un tema más,
que el tema de las islas es aún una asignatura pendiente.
En el Reino Unido las expectativas eran más bien otras. El Financial
Times decía que Blair pensaba usar su trascendente visita a la
Argentina para sumarla a su cruzada del libre comercio. Pretende, decía,
sumar a los gobiernos latinoamericanos progresistas en una Organización
Mundial de Comercio exitosa. The Guardian, por su parte, publicó
declaraciones del ex presidente Carlos Menem que decían que Blair
vino como un bombero (ver página 12).
La Federación de Veteranos de Guerra, no dejó de repudiar
que, después de tanto ruido, no se haya hablado de la soberanía
de las Islas. El canciller Adalberto Rodríguez Giavarini sostuvo,
sin embargo, que la no alusión al tema no era una cesión
de derechos. El Estado Argentino ha decidido privilegiar lo
urgente sobre lo importante, se insistieron los veteranos. ¿A
qué puerto hemos llegado para que la simple palabra del primer
ministro inglés haga subir o bajar el riesgo país?,
manifestaron.
Blair invitó a De la Rúa a visitar Londres en un futuro.
Finalmente ambos, sonrientes, hablaron para la prensa. Nuestras
reivindicaciones son absolutamente pacíficas, dijo De la
Rúa ante las insistentes preguntas sobre Malvinas. Hemos
hablado de cosas que tenemos en común, minimizó el
inglés. Y desvió otra vez: tenemos un interés
común en tratar de resolverla crisis Argentina. No adelantó
ninguna medida concreta pero dijo que su estudiará
con la comunidad internacional qué se puede hacer.
O piquete mais grande
Por si extrañaba los piquetes, el presidente Fernando de
la Rúa tuvo que lidiar con uno en Brasil. Durante la reunión
trilateral que mantuvo en Foz de Iguazú con Tony Blair y
el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, un piquete
del país vecino protestó con consignas antiglobalización.
Los manifestantes cortaron la ruta que une Puerto Iguazú
(Misiones) y el Hotel Das Cataratas, donde se celebraba el encuentro.
Fuera FHC (Fernando Henrique Cardoso) y el FMI, titulaban
los volantes que repartían entre los automovilistas. El piquete
estaba encabezado por el Partido Comunista de Brasil.
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