El ex presidente Raúl
Alfonsín volvió a la carga con su iniciativa de convertir
al gobierno de la Alianza en otro de unión nacional
y adelantó que la semana que viene le alcanzará al presidente
Fernando de la Rúa una agenda tentativa para consensuar con la
oposición. Sin embargo, la iniciativa generó ayer múltiples,
y no siempre favorables, respuestas. En el justicialismo fueron mayoría
quienes pusieron reparos, a excepción del gobernador bonaerense
Carlos Ruckauf, quien la consideró una gran idea. Incluso,
el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, pareció ponerle límites
a la propuesta al mencionar que el Gobierno no había evaluado hacer
incorporaciones al gabinete y que lo bueno sería que el espíritu
de unidad se viera en cosas concretas como la sanción
de leyes en el Congreso.
En Gobierno explicaban ayer que lo de Alfonsín no los tomó
de sorpresa porque lo había conversado largamente con Colombo la
semana pasada y sabían que el ex presidente también había
tenidos contactos con su rival para la compulsa de octubre, Eduardo Duhalde.
Ahora Alfonsín y Colombo tienen una relación fluida,
se avisan de todo lo que van a hacer para que no haya malos entendidos,
explicaban en la Rosada. Incluso, recordaban que, no hace mucho, el jefe
de Gabinete impulsó la posibilidad de negociar con la oposición
una serie de puntos que quedarían afuera de la campaña electoral.
En apariencia, la propuesta de Alfonsín tendría un sentido
similar, más programática que de nombres. Por ejemplo, la
semana pasada, Alfonsín le comentó al frepasista Darío
Alessandro que buscaría implementar un seguro de desempleo.
De lo que nadie quiere hablar todavía, es acerca de la posibilidad
de la incorporación de peronistas al gabinete, algo que todavía
genera muchas resistencias. Eso sería lo último, primero
está lo programático, respondían cerca de Alfonsín.
Pero en jefatura de Gabinete consideran esa alternativa poco viable de
acá a las elecciones, sobre todo teniendo en cuenta el escaso negocio
que podría significarle al peronismo. En cambio, consideraban que
más probable era que se abriera una instancia de diálogo
ahora que podría profundizarse luego de los comicios, sobre todo
si gana el justicialismo. Igual, hacen diferencias dentro del peronismo:
los gobernadores de las provincias chicas son los más proclives
al acuerdo, Ruckauf por la crisis que atraviesa la provincia
también. Mientras que José Manuel De la Sota y Carlos Reutemann
serían los más distantes. Paralelamente, los menemistas
siguen planteando como condición a cualquier negociación
la libertad de su jefe.
Ayer, en principio, las declaraciones que vinieron del lado del PJ coincidieron
con el análisis ya que se mostraron mayoritariamente en contra
de un acuerdo. En tanto, por el lado del oficialismo, en general se apoyó
la idea de Alfonsín.
Carlos Ruckauf: Me parece
una gran idea que haya un gobierno de unidad nacional, pero ahora hay
que darle contenido. Nadie tiene que ponerse a mirar desde afuera al gobierno.
José Manuel de la Sota:
Lo que hay que hacer es acordar soluciones antes que repartir cargos
en un gobierno en permanente crisis. Más importante que incorporar
ministros de partidos políticos opositores, que no tendrían
legitimidad democrática porque nadie los votó para ello,
sería acordar un programa para construir una Argentina industrial.
Carlos Reutemann: La
propuesta de Alfonsín está desgastando el término
porque el mismo presidente De la Rúa habla de un gran acuerdo nacional.
Lo tiene que concretar y no desgastar.
Rubén Marín:
En el PJ no hemos analizado esta convocatoria para integrar el gobierno,
pero creo que el justicialismo no debe hacerlo porque nosotros somos la
oposición y ellos el oficialismo.
Aníbal Ibarra: Es
importante tener un país con un gran consenso político y
social con una estrategia hacia dónde ir. Es indispensable que
nos pongamos de acuerdo en el para qué.
Armando Caro Figueroa: Si
se dieran las condiciones para que líderes peronistas se incorporaran
al gobierno, sería sin dudas una buena medida.
Horacio Jaunarena: Pienso
que habría que consensuar algunas medidas que tengan que ver con
la economía y la contención social en función de
la crisis. Lo que Alfonsín propone es hacer primero una agenda
de medidas y luego conseguir un apoyo político más amplio.
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