Se veía venir. Y se vino,
nomás. Ayer, todos los gremios docentes bonaerenses resolvieron
realizar un paro de 24 horas el próximo lunes, en rechazo al ajuste
dispuesto por el gobierno provincial, que incluye rebajas salariales para
los profesores que ganan más de 1000 pesos, pagos con bonos para
los que cobran más de 740, y congelamiento de distintos beneficios.
Hay que lograr que se termine con esta política de destruir
la escuela pública y de tomar a los salarios de los docentes y
del resto de los empleados públicos como una especie de banco de
fomento para paliar la crisis, disparó Hugo Yasky, secretario
general del Sindicato Unico de Trabajadores de la Educación de
Buenos Aires (Suteba).
Por lo pronto, ayer se produjo un hecho infrecuente: todos los gremios
docentes de la provincia coincidieron en llevar adelante la medida de
fuerza. Tanto el Suteba, como el Sindicato Argentino de Docentes Particulares
(Sadop) y la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), que pocas
veces coinciden en un mismo plan de acción, decidieron en sendos
plenarios ir al paro el lunes. Además, se sumó a esta decisión
la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica
(AMET).
Las clases sólo se suspenderán el lunes, porque los docentes
evaluaron que era la mejor medida para reclamar sin perjudicar a los chicos
con la suspensión del ciclo lectivo. Por otro lado, también
habrá un paro administrativo que sí será
por tiempo indefinido, y que, aunque no afectará a las clases,
implicará que no se llenarán planillas, constancias y boletines.
Hay un compromiso de mantener congelado el presupuesto educativo
de la provincia durante cinco años. Esto, para Buenos Aires, que
recibe alumnos del resto del país, es un suicidio en términos
de sistema educativo, dijo Yasky, explicando los motivos del paro.
Y hay decenas de miles de comedores escolares donde los proveedores
no reciben el dinero, y ya amenazan con suspender el servicio, advirtió
el gremialista (ver recuadro).
Pero los problemas no terminan ahí. Además del pago con
patacones a quienes cobren más de 740 pesos, está la eliminación,
en algunos casos, del plus por zona desfavorable. Y Yasky agrega más
inconvenientes: Hay un recorte salarial para los docentes que cobran
más de 1000 pesos, está el congelamiento de la antigüedad,
y hay una especie de secreto a voces respecto de avances contra el estatuto
del docente.
Otro tema que preocupa a los maestros bonaerenses es el cobro del Incentivo
Docente, que ya el mes pasado sufrió demoras porque el gobierno
de Carlos Ruckauf usó el dinero para otros fines. Sin embargo,
el ministro de Educación nacional, Andrés Delich, informó
que la administración central girará el próximo miércoles
el dinero del incentivo a todas las jurisdicciones. Y desde ese ministerio
recordaron que esas partidas no sufrirán ninguna rebaja, pese al
ajuste dispuesto por la Nación.
Como el ajuste de Ruckauf afecta tanto a docentes públicos como
privados, esto desembocó en la alianza táctica entre todos
los gremios educativos provinciales. Horacio Buss, secretario general
de Sadop, explicó por qué los docentes privados adhirieron
a la medida. El gobierno provincial nos incluyó en este ajuste
como si fuéramos empleados públicos, y es inconstitucional
que el Estado bonaerense regule un régimen laboral privado,
indicó. En ese sentido, informó que el juez Claudio Andino
intimó al gobierno provincial a que se abstenga de aplicar
la rebaja a los profesores agrupados en Sadop.
Por su parte, el director de Cultura y Educación bonaerense, José
Octavio Bordón, se mostró contemporizador con los docentes.
Están pasando un momento difícil y están razonablemente
preocupados, dijo después de anunciar que la caída
de la recaudación impositiva en la provincia trepó al 15
por ciento. Aunque también pidió llegar a un camino
de entendimiento, porque los chicos tienen que ir a la escuela, especialmente
los más pobres.
Informe: Alejandro Cánepa.
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