Por Ewen MacAskill
*
Desde
Londres
Estados Unidos está
trazando en secreto planes detallados para el emplazamiento de una fuerza
de observadores para monitorear los lugares de crisis del conflicto palestino-israelí,
resucitando un plan que parecía haber sido eliminado por objeciones
israelíes dos semanas atrás. De acuerdo con fuentes diplomáticas,
Estados Unidos está presionando en pos de una fuerza de observadores
y ha elaborado una serie de opciones incluyendo sus cifras, sus reglas
de referencia y los lugares donde estará situada en Cisjordania
y Gaza. Gran Bretaña y otros países europeos están
involucrados en los planes.
Este es el primer signo de avance diplomático activo en una confrontación
mediooriental que alcanzó nuevos niveles de violencia con una operación
aérea el martes que mató a ocho palestinos, incluyendo a
dos líderes de Hamas. El líder palestino Yasser Arafat,
que advirtió ayer que la región estaba al borde de la catástrofe,
ha presionado por mucho tiempo en favor de una fuerza de observadores,
pero Israel siempre se opuso resueltamente. El primer ministro israelí
Ariel Sharon y el canciller Shimon Peres seguirán diciendo en público
por un tiempo que no ven ningún futuro para esa fuerza, pero Israel
no está en posición para ignorar a Estados Unidos, su principal
aliado y protector. Dos fuentes del gobierno israelí, que normalmente
se limitarían a enumerar una lista de objeciones para una fuerza
de este tipo, confirmaron separadamente ayer que estaban más cerca
de aceptarla. Puede que Israel tenga que acceder a algo, dijo
una de las fuentes. Una fuente diplomática occidental sostuvo que
hay señales pequeñas de que Israel puede estar más
dispuesta.
Esta fuerza de monitoreo podría ser el primer paso para reconstruir
el difunto proceso de paz. Su composición es uno de los temas que
se están debatiendo. Aunque todavía no se decidieron los
detalles finales, el balance de opinión en Estados Unidos se está
volcando en favor de disponer de una fuerza internacional que casi seguramente
incluirá a Gran Bretaña, y volviéndose en contra
de una fuerza norteamericana integrada exclusivamente por la CIA. Una
fuente diplomática occidental dijo que Estados Unidos está
haciendo un trabajo detallado con distintas opciones para un equipo de
observadores y eso incluye opciones sobre su composición, su misión
informativa y cuáles van a ser sus reglas de referencia.
Estas ideas norteamericanas han sido hechas circular ante audiencias restringidas
en varias capitales europeas. Una fuente dijo que Estados Unidos planea
hacer un anuncio pronto.
Una de las razones citadas por Israel para oponerse a la fuerza es que
no piensa que los palestinas deban ser premiados por su violencia. Israel
también pregunta cómo funcionaría una fuerza así
en el terreno, diciendo que es improbable que pueda ver más cosas
que los periodistas internacionales. El gobierno dice que los observadores
van a ver los bombardeos y misilazos israelíes mientras las actividades
de los terroristas palestinos permanecerán invisibles.
Todo esto equivale a un vuelco extraordinario para Estados Unidos, que
a comienzos de este año vetó una fuerza de este tipo cuando
primero fue propuesta en las Naciones Unidas. El primer signo de un cambio
vino en junio, cuando el secretario de Estado norteamericano Colin Powell,
durante una visita a Ramalá en Cisjordania, dio indicios de su
apoyo a un pedido de Arafat en pos de una fuerza internacional. Pero en
cuestión de horas, después de reunirse con Sharon en Jerusalén,
Powell se desdijo, afirmando que sus palabras habían sido malinterpretadas.
Dos semanas después, en la cumbre del G8 en Génova, Estados
Unidos fue convencido de dar su apoyo a una declaración pidiendo
el monitoreo por una tercera parte. Pero Israel rechazó
la declaración del G-8.
Israel intentará diluir la fuerza tanto como sea posible. En un
momento, Peres acordó, durante conversaciones con Egipto, a favor
de una fuerza,siempre que estuviera integrada exclusivamente por representantes
de Estados Unidos, principalmente de la CIA. Pero Sharon canceló
la idea apenas Peres volvió a Jerusalén. La CIA ya tiene
una presencia en la zona, con su director, George Tenet, intentando coordinar
las fuerzas de seguridad israelíes y palestinas.
Los palestinos han hecho campaña en favor de una fuerza de observación
en parte porque sostienen que los ayudará a dotarlos de protección
contra los excesos israelíes y en parte porque quieren internacionalizar
el conflicto israelo-palestino. Los israelíes dicen que el objetivo
de los palestinos es tener una solución internacionalmente acordada
impuesta sobre ambas partes, pero que eso no funcionaría. En definitiva,
dicen los israelíes, un acuerdo solamente podrá surgir de
conversaciones entre ambas partes.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Arafat insiste con
la idea
Desde aquí, en Roma, pido que se detenga toda forma
de violencia y se despachen inmediatamente observadores internacionales
para que podamos implementar el plan Mitchell. Con estas palabras,
Yasser Arafat se despidió en el aeropuerto de la capital
italiana. Resumían todos los esfuerzos de la diplomacia palestina
en su visita a los gobiernos italiano y vaticano: procurar convencer
del compromiso israelí con el alto el fuego y reclamar una
presencia internacional que incluya a la Unión Europea. Israel
quiere limitar la observación a agentes de la CIA. También
respondían al pedido del jefe de Estado italiano, Carlo Azeglio
Ciampi, quien exigió de Arafat un fuerte y claro llamado
contra la violencia.
El apoyo de Silvio Berlusconi y Juan Pablo II fue decidido a favor
de la paz en Medio Oriente en general, pero no hubo ningún
pronunciamiento que favoreciera en especial las demandas palestinas.
En cuanto a Israel, la convicción producida por Arafat fue
ninguna. Raanan Gissin, asesor de alto rango del primer ministro
israelí Ariel Sharon, descartó los comentarios y lo
instó a cumplir con una tregua que fue acordada en junio,
pero que nunca entró en vigor. El problema no es de
observadores, es de observancia (...). El (Arafat) simplemente necesita
cumplir con la tregua y entonces no habrá problema alguno,
dijo.
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