Por Emanuel Respighi
Las caricias, manoseos y arrumacos
que se prodigaron los participantes de Gran Hermano tendrán
un marco institucional en la segunda edición, que comienza mañana:
la producción sumó a la casa una sala de masajes. No es
secreto para nadie que las escenas de cariño entre los personajes,
así como las de los baños matutinos y el momento en que
deben desnudarse para cambiarse de ropas fueron claves en el fenómeno
de voyeurismo que desataron los 112 días del primer encierro. La
producción, atenta al fenómeno, resolvió la cuestión
oficializando un ámbito donde los participantes podrán tocarse
unos a otros con una excusa, o en todo caso, con un método y un
ámbito más o menos privado. La introducción
de la sala de masajes se debe simplemente a probar una idea, que puede
llegar a tener varias derivaciones interesantes, explica en una
entrevista con Página/12 Marcos Gorbán, productor ejecutivo
del ciclo.
El programa vuelve a las pantallas de Telefé y DirecTV, luego de
35 días de terminada su primera emisión mañana sábado
a las 21. La segunda saga de Gran Hermano. Otra vez un grupo
de 12 personas/personajes tendrán que convivir a ojos de los televidentes
en la casa en la que el omnipotente Gran Hermano todo lo ve. Como en el
ciclo ganado por Marcelo Corazza, algunos decidirán entregarse
fielmente al juego y desnudarán una parte significativa de su intimidad.
Otros, en cambio, intentarán estrategias con el objetivo de alzarse
con los 200 mil pesos de premio. Hay un dato clave, para esta segunda
parte: los elegidos tras un casting de 160 mil personas vieron el envío
anterior, por lo cual todos jugarán con notoria ventaja respecto
a los pioneros.
Fuera de los masajes, el ciclo no tendrá grandes modificaciones
respecto a su predecesor finalmente, y a pesar de la ola de rumores,
Soledad Silveyra seguirá conduciendo el envío de los sábados
pese a que la producción decidió renovar la arquitectura
y la decoración de la casa, que incluirá nuevos colores
en sus paredes, dos sorpresas-animales y la sala de relax en lugar del
gallinero, que cumplió una misión decorativa. El productor
Gorbán están convencido de que la segunda parte repetirá
el éxito de rating y repercusión de la primera.
Después de las polémicas, críticas y fantasías
que circularon alrededor del reality show, ¿cómo evalúa
el primer ciclo de Gran Hermano?
Las expectativas iniciales fueron satisfechas e inclusive superadas,
a pesar del riesgo que la inversión suponía para el canal.
El programa tuvo un éxito, una adhesión y una repercusión
fantástica, que nadie puede poner en duda. La semana pasada estuve
en Uruguay dando una conferencia y me enteré que la final fue el
programa más visto de la historia de la TV uruguaya. En Argentina
marcamos un rating impresionante en las cuatro emisiones diarias. A medida
que avanzaban los días, la historia se tornó completamente
interesante, ya que todos los días pasaba algo nuevo. De la misma
manera que el público no se esperaba determinadas situaciones,
nosotros tampoco: los nuevos conflictos, romances y complots sorprendían
de la misma manera a la gente y a nosotros.
¿Cree que la incertidumbre de lo que pasaba y el efecto sorpresa
de las situaciones fueron las principales causa del fenómeno televisivo?
Absolutamente. Lo impredecible del final y el camino que puede llegar
a tomar una determinada historia es una de las cosas mas atractivas que
tiene el formato y que lo diferencia de una novela. El equipo de producción
de un programa de ficción está por delante de la acción:
se preparan para trabajar lo que ya se sabe que va a pasar. En cambio,
en Gran Hermano es al revés: trabajamos por detrás
de los hechos y situaciones. No formamos historias estereotipadas como
en las telenovelas. Somos una especie de periodistas sobre el mundo acotado
de la casa: contamos lo que pasa día a día allí.
Y como todos los periodistas, no sabemos lo que va a pasar. Sólo
registramos esa realidad. Es maravilloso.
¿Por qué considera que el éxito televisivo
se convirtió en un fenómeno social?
Creo que, por un lado, tiene que ver con algunas coacciones de identificación
del público con ciertas personas que estaban dentro de la casa.
Y por otro, debe haber ayudado también la identificación
de los espectadores con algunas situaciones que se daban. Quizá
la gente no se identificaba completamente con Tamara, Gastón o
Marcelo, pero sí con las cosas que les pasaban, con las realidades
que ellos contaban. Porque en el fondo, queramos verlo o no, cada uno
de los participantes fue, es y será en Gran Hermano II
una historia de vida a contar, que se plasma en el programa. Realidades
que tienen cosas en común con la realidad del país. No quiero
decir que ellos sean el reflejo de la sociedad argentina o de la juventud,
pero constituyen una muestra pequeña de Argentina. Ese es el secreto
del éxito.
¿Pero es posible que la gente se identifique con personas
que funcionan y actúan como personajes?
Más allá de que haya cámaras de por medio,
ellos no son personajes. La experiencia demuestra que los participantes
se olvidan completamente de que las cámaras existen, sino no se
explicaría que hayan contado o hecho las cosas que hicieron. Por
momentos se acuerdan de las cámaras y por otros no: es una relación
que va y viene todo el tiempo. Además, más que personajes
son personas, ya que no inventaban cosas, sino que les pasaban cosas.
Lo que contaban formaba parte de la cotidianidad del país. Marcelo
no era la historia de un héroe, sino que era la historia de un
profesor de Educación Física que se recibió de abanderado
y tenía poco laburo.
Es decir que para usted Gran Hermano es como la
vida misma.
Gran Hermano es una realidad ficcionada, ya que los
doce participantes son personas y no personajes, porque las cosas que
ellos cuentan, los conflictos o los brotes solidarios son reales. Todo
eso es absolutamente real. Nosotros lo contamos de manera novelada, por
eso digo que es una realidad contada de manera ficcional. El relato de
media hora diaria es como si fuera una novela. De la misma manera que
los diarios cuentan lo que pasó el día anterior en el mundo.
La única diferencia es que la realidad que cuenta Gran Hermano
está acotada al ámbito de la casa.
El reglamento del formato no permite grandes cambios. ¿No
tienen temor de que Gran Hermano II no alcance el éxito
del primero?
No, porque hay un cambio que es fundamental para el funcionamiento
del programa: los protagonistas serán otros. Al cambiar los participantes,
cambia también la historia. Haciendo un paralelo: al terminar una
telenovela comienza otra nueva con diferentes actores y diferente guión.
Pero mientras que las telenovelas cuentan historias estereotipadas y con
final predecible, en Gran Hermano nada se sabe: todo está
por verse.
Cómo aprovechar la
fama repentina
El proceso es la mejor explicación de la multitud que se
presentó al casting de Gran Hermano II: aunque
buena parte de los participantes de reality shows sólo alcanzó
a disfrutar la fama durante el tiempo que duró el programa,
no son pocos los que pudieron encontrar una salida laboral en la
TV. Expedición Robinson le permitió a
Daniel Garibotti convertirse en notero de Venite con Georgina,
pero su ex participante más bizarro es Chopper,
quien en la actualidad conduce o más bien choca
un programa sobre videojuegos en la señal infantil Magic.
El bar le permitió a Celeste alcanzar la categoría
de panelista de Indomables, mientras que Mónica
hoy se desempeña como movilera de Rumores.
Los primeros habitantes de la casa del Gran Hermano, en tanto, tienen
por delante una relación contractual de tres años
con Telefé, aunque algunos declinaron la oferta y prefirieron
volver al anonimato. No será el caso del ganador, Marcelo
Corazza: la idea de los directivos del canal es aprovechar, de un
modo aún no definido, la buena imagen que le proporcionó
el hecho de ser el único que se enfrentó abiertamente
a Gastón Trezeguet. Pero al Anticristo también
le rindió su estrategia de juego, ya que a partir del lunes
a las 23 podrá explotar su perfil maldito como
columnista de El debate centrado en el juego, que será
conducido otra vez por Juan Alberto Badía. Fernando Navarro,
tipificado en su momento como el vago de la casa, estrenará
su nuevo rol de movilero para Maru a la tarde (lunes
a viernes a las 14), presentando imágenes en directo de los
nuevos participantes. Que, a esta altura, ya saben que podrán
no alzarse con los doscientos mil pesos, pero aun así quedarán
varios premios consuelo para quien sepa aprovecharlos.
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