La llegada de uno de las máximas
autoridades de los Estados Unidos dando su respaldo a la Argentina en
medio de la crisis implicó un alza de los títulos públicos,
de entre 1 y 2 por ciento, y su correlativa mejora en el nivel de riesgo
país, que cayó 44 puntos, hasta los 1557. Sin embargo, el
indicador que más preocupa al Gobierno y a los financistas los
depósitos bancarios sigue desmejorando. El último
miércoles, el día que el riesgo país superó
los 1700 puntos a media tarde, los depósitos cayeron 136 millones.
Más profunda resultó la sangría de plazos fijos:
328 millones en un solo día. Desde que se inició la crisis,
el miércoles 4 de julio, los depósitos totales cayeron 5993
millones, el 7 por ciento del total.
Por la proximidad del fin de semana, en donde muchas empresas salen a
abastecerse de efectivo ante cualquier eventualidad, ayer la tasa interbancaria
saltó al 35 por ciento anual en pesos, y al 15 por ciento en dólares.
Lo mismo sucedió con las tasas pasivas: con tal de retener a los
clientes, los bancos ofrecieron hasta el 40 por ciento anual para los
depósitos en pesos y hasta 15 por ciento en dólares.
Otro hecho destacable es que, históricamente, en los comienzos
de mes existe una suba estacional de los depósitos ya que es el
momento en el cual las empresas pagan salarios. Ese incremento es de unos
300 millones. No es lo que está ocurriendo en los últimos
días, en los cuales hubo retracción o, en el mejor de los
casos, estabilidad de las colocaciones.
En medio de la crisis y la expectativa generada por la visita de John
Taylor, los financistas prefirieron moverse con cautela. Por tal motivo,
hubo pocos negocios con títulos públicos. Antes de
volver a apostar, los inversores quieren ver cuál será el
apoyo real de los países centrales a la Argentina, señaló
el broker Guido Tavelli.
La crisis no sólo deja a inversores mal parados. También
hay víctimas entre las consultoras y calificadoras de riesgo. Este
fue el caso de la estadounidense Moodys, una de las más importantes
del mundo junto a su colega Standard & Poors, que ayer debió
corregir sus apreciaciones después de las fuertes críticas
que había despertado su último informe. En él, Moodys
puso en duda la solvencia del sistema financiero, en un escenario de agravamiento
de la crisis, con default y devaluación incluidos.
Pero ahora salió a desdecirse. Estimó que existe poco
margen para que la Argentina abandone la Convertibilidad y dijo
que es preferible la dolarización a la devaluación.
La retracción de la calificadora es el escenario que Cavallo quisiera
ver para los especuladores, que apuestan en contra de la Argentina. Por
el momento, trascendió que Cavallo auspiciaría que los bancos
con sucursales en el país depositen en la Caja de Valores los bonos
que tienen depositados en Luxemburgo. De esta manera, estiman, existiría
un control superior para que los especuladores no alquilen
los bonos en el exterior vendiéndolos a precios más bajos
a la espera de un desbarrancamiento de la economía.
Marcha
atrás en autos
El mercado automotor local continuó
en retroceso durante el mes pasado, con caídas del 18,4 por ciento
en la producción y del 39,8 por ciento en las ventas respecto de
julio del año pasado.
La información fue dada a conocer ayer por la Asociación
de Fábricas de Automotores (ADEFA), que indica que en el séptimo
mes del año se produjeron 23.321 vehículos, de los que se
exportaron 10.314.
A diferencia de los últimos meses, en los que las ventas al exterior
constituían la única variable positiva, las exportaciones
también cayeron: 25 por ciento en doce meses y 48,4 por ciento
en relación a junio de este año. No obstante, en el primer
semestre se exhibe una mejora del 51,5 por ciento.
Las ventas a concesionarios tuvieron un aumento del 0,9 por ciento respecto
de junio y una caída del 39,8 por ciento con relación a
igual mes del año pasado. Comparando los primeros seis meses de
2001 con igual período de 2000 la caída fue del 41,2 por
ciento.
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