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DESOCUPADOS TOMARON EL MINISTERIO DE TRABAJO DE BUENOS AIRES
Muchos palos a cambio de pedir muy poco

Se identificaron como pertenecientes
al Movimiento Teresa Rodríguez. Eran 200. Pedían planes de empleo. Fueron desalojados del ministerio en forma violenta. La represión siguió en la calle. Hay 60 detenidos. Y se desató
un debate interno entre los piqueteros.

Los desocupados cubrían sus caras
con pasamontañas y pañuelos y muchos llevaban palos.

Por Martín Piqué

Más de doscientos desocupados de Florencio Varela tomaron ayer la sede del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, en La Plata. Reclamaban el pago de 180 planes Barrios Bonaerenses. Portaban palos y cubrían sus rostros con pasamontañas y pañuelos, en los que figuraban las iniciales del Movimiento Teresa Rodríguez. La protesta terminó con una fuerte represión, con más de 60 detenidos, y volvió a demostrar que la irrupción de los piqueteros en la vida política ya es un hecho. Pero también generó un fuerte debate en las organizaciones de desocupados.
“Esto es funcional a los intereses del Gobierno”, cuestionó Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y Combativa, en diálogo con Página/12. “Estos compañeros se equivocan. Ellos creen que la fuerza se demuestra al cortar un puente con 100 compañeros y que te puteen 200 mil personas. Nosotros, en cambio, creemos que la dureza la da la masividad de las protestas”, agregó.
Luego de cinco horas de negociaciones con el ministro Aníbal Fernández, los manifestantes decidieron retirarse de las instalaciones oficiales, pero no pudieron ir muy lejos: a doscientos metros del edificio fueron reprimidos con balas de goma y bastonazos. La Policía arremetió contra los desocupados, cuando éstos caminaban hacia la estación de tren. La escena era seguida de cerca por el ministro de seguridad Ramón Verón. Ante el avance policial, una veintena de jóvenes rodeó a Martino y comenzó a arrojar piedras para tratar de impedir su arresto. Los policías respondieron con tiros al aire, y detuvieron a casi cincuenta personas. Luego persiguieron a los piqueteros que habían logrado huir, por lo que al final de la jornada los detenidos eran 69. Entre ellos se encontraba uno de los dirigentes, Roberto Martino.
Por orden del fiscal Leandro Heredia, los manifestantes fueron recluidos en la comisaría segunda de La Plata, donde declararon ante la policía en el marco de la causa por “privación ilegítima de la libertad, daño y amenazas calificadas”. Al cierre de esta edición seguían detenidos en esa dependencia policial, y el comisario inspector Bovet confirmaba a Página/12 que se les había iniciado una “investigación penal preparatoria” que luego quedó en manos del fiscal.
La protesta de los piqueteros modificó el paisaje habitual del centro de La Plata. Los desocupados del Movimiento Teresa Rodríguez habían llegado a la madrugada, en el tren que pasa por Quilmes, y a las 7.30 ya se encontraban en las puertas del edificio de la calle 7 y 39. Un rato después comenzó a llegar la policía, que paulatinamente fue sumando cada vez más agentes: al mediodía el Ministerio de Trabajo estaba rodeado por más de 200 agentes de la policía montada, de la guardia de infantería y del Grupo Halcón, el mismo que actuó en la masacre de Ramallo.
La represión parecía inminente porque el titular de la cartera laboral, Aníbal Fernández, no quería negociar mientras los manifestantes permanecieran dentro del ministerio. Fernández había llegado a las 7.20, y con él habían entrado los desocupados, que intentaron forzar la puerta de entrada con una barreta. Al final ingresaron por la fuerza y ocuparon varios pisos del edificio, algunos subieron hasta el tercero, donde está el despacho del ministro, para negociar con Fernández.
Después de la represión, el ministro Fernández defendió la acción de la policía y criticó a los miembros del Movimiento Teresa Rodríguez. “No puede haber nadie que alegremente se meta a un banco o a un ministerio y lo tome. Esto no puede pasar y por eso actuó la Justicia”, dijo. Mientras el funcionario hacía declaraciones, un grupo de 40 piqueteros que había logrado escapar, se encontraba rodeado por policías en la Facultad de Periodismo. Los salvó la intervención del diputado frepasista Alejandro Mosquera, quien le pidió a Verón que no hubiera más violencia.
Consultados por este diario, varios dirigentes de desocupados criticaron las acciones del “Teresa Rodríguez”: “Cada vez que anunciamos una protesta importante, ellos se salen con algo así”, reconoció ayer a Página/12 un referente de los piqueteros de La Matanza que no quiso dar su nombre.

 

Cacerolazo en puerta

Tal como anunció Página/12 en su edición del jueves, el martes próximo los cortes de ruta organizados por la Mesa Nacional de Organizaciones de Desocupados se realizarán en forma coordinada con otros sectores sociales. Así, los piquetes estarán acompañados de “un cacerolazo y un apagón”. El miércoles, además, se hará una marcha a Plaza de Mayo. La Mesa que agrupa a la CTA, la CCC y el Polo Obrero consideró que la jornada del martes será “muy importante” por la “masividad” y la “enorme organización” de la protesta. Luego, anunció que el “cacerolazo y apagón” se hará el martes de las 20 a las 20.15 y que la marcha a Plaza de Mayo partirá “todos los piquetes de Capital Federal y Gran Buenos Aires”.

 

“NO JUDICIALIZAR EL CONFLICTO”
Juampi, conciliador

“No debemos judicializar el conflicto social”, sostuvo ayer en Salta el ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo Cafiero, quien volvió a General Mosconi tras la imprevista visita que realizó a fines de junio para dialogar con los piqueteros tras el enfrentamiento con Gendarmería. “Volví para cumplir con la promesa que hicimos en el viaje anterior de ayudar a desarrollar respuestas genuinas.”
Cafiero, que entonces fue el primer funcionario nacional en ir a Mosconi para interiorizarse de los reclamos de los vecinos, participó de una asamblea en la Iglesia del pueblo, donde comentó a la comisión vecinal, a desocupados, y a miembros de la comunidad wichi, el proyecto que el Ministerio pretende implementar en la zona.
Les explicó que se trata de un plan de inversión que, de acuerdo con el frepasista, creará 100 nuevos empleos a corto plazo, y 1500 en un futuro más lejano. “A través de un convenio que firmamos con la provincia, Salta se compromete a poner 3000 hectáreas de bosque y el Ministerio hace un aporte de 450 mil pesos para el manejo del mismo”, sostuvo.
Según el ministro, con esto se generará “un horizonte productivo” ya que va permitir “el desarrollo de pequeños aserraderos y la extracción de productos forestales bajo un manejo sustentable”.
A su vez, Cafiero inauguró obras de infraestructura en la capital salteña y obras de agua potable en las localidades norteñas de Aguaray, Pichanal y Urundel. Además, aseguró que el total de la inversión del Ministerio en la ciudad de Salta ascendería a 20 millones de pesos.
En referencia a la intensidad del conflicto social, el ministro sostuvo que “lo último que
debe intervenir es la fuerza de la justicia y la policial” porque “esa es la derrota de las políticas sociales”. Y agregó: “en todas las protestas subyace un elemento de justicia” por lo que “el Estado tiene que dar respuesta a tono con los reclamos, tratando de solucionar los problemas”. El ministro concluiría la gira hoy tras visitar Tartagal.

 

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