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PANORAMA ECONOMICO
Por Julio Nudler

LA OMINOSA CARPA CORDOBESA

Sigilosa, casi subrepticiamente, la carpa cordobesa volvió estos meses a instalarse en Economía desde el retorno de Domingo Cavallo, favorecida por la concentración de todas las miradas en la macro, el riesgo país y la temida cesación de pagos. Embozado en el fragor de la crisis, pasó casi inadvertido el regreso de personajes como Daniel Tillard, cuyo nombramiento como subsecretario de Normalización Patrimonial, y encargado por tanto de cuantiosos activos residuales del Estado, provocó escalofríos en provincias como San Juan, donde se lo recuerda demasiado bien. Su mujer, la economista Julia Couzo Peñaloza de Tillard, y un hermano de ella, el abogado Enrique C., se mantuvieron prófugos de la Justicia, con pedido de captura nacional e internacional, formulada por el juez federal Leopoldo Rago Gallo, hasta que la Corte Suprema pidió la causa y les concedió la eximición de prisión. El proceso atañe a Pánasis, una gerenciadora de salud acusada de haber malversado millonarios fondos de la Anssal (Administración Nacional del Seguro de Salud), el PAMI y la DGI, que eran aparentemente desviados a ciertas cuentas bancarias y nunca llegaban a su destino, la ADOS (Asociación de Obras Sociales) de San Juan, que maneja los dos sanatorios más importantes de la provincia. ADOS entró en convocatoria de acreedores en junio de 1999 con una deuda de más de $ 20 millones con prestadores, proveedores, médicos, etcétera. Anteanoche sus actuales responsables salieron de una reunión con el superintendente de Salud, Rubén Cano, con la sensación de que no habrá un peso, lo cual volverá muy difícil cumplir el acuerdo alcanzado con los acreedores.
Mientras tanto, la causa judicial, con sus diez cuerpos, sigue sin volver a la provincia cuyana, donde debería ir a juicio oral, y ya nadie permanece en prisión: los tres funcionarios detenidos en 1999 –Edmond Kadi, interventor de ADOS, y dos gerentes de Pánasis, Alberto Aldo Augier y Fernando Tenllado– quedaron libres bajo fianza después de nueve meses entre rejas. Tillard en persona viajó a San Juan en 1997, cuando ya crecía el escándalo por la falta de asistencia a los enfermos, presentándose como miembro del staff de Pánasis. Participó entonces de una tensa reunión celebrada en la oficina particular del senador José Luis Gioja, actual jefe de la bancada justicialista.
Tillard y sus familiares habían establecido una efectiva división de tareas. El hoy alto cargo cavallista alumbró la idea original: ejerciendo el puesto de liquidador de Obras Sanitarias tras su privatización, que incluía la intervención de la correspondiente obra social, y nombrado luego interventor del ISSB, descubrió que crear gerenciadoras para administrar esta clase de entidades podía resultar un excelente negocio, en un esquema del que luego se mostraría entusiasta partidario Víctor Alderete. Que un cuñado de Tillard, el ingeniero agrónomo Romualdo Couzo, fuera el encargado de las fincas de Carlos Menem en Anillaco, ayudó a lograr los contactos necesarios.
Julia cumplía una tarea clave: conseguir los millonarios subsidios de la Anssal, a la sazón conducida por el ultramenemista José Luis Lingeri, jefe del sindicato de la Sanidad, casualmente el terreno donde se había movido Tillard. Mientras tanto, Pánasis, con ínfimo capital y ningún antecedente, había logrado que Kadi, como normalizador de la ADOS, designado en septiembre de 1995, se la entregase menos de un mes más tarde en adjudicación directa por quince años, automáticamente renovables, con expreso aval de Lingeri y obviando la naturaleza jurídica pública de la entidad tercerizada. Kadi fue procesado en febrero de 1999 por el fraude contra la ADOS.
Augier, máximo ejecutivo formal de Pánasis, también procesado y cordobés, fue detenido por la Federal el 29 de marzo de ese mismo año. Hacia fines de abril recibió en el penal a un periodista del Diario de Cuyo, refiriéndose directamente al actual integrante del equipo económico: “... Tenllado era el gerente, aunque por encima de él estuvo DanielTillard... en una gerencia general que nunca estuvo en los papeles pero sí en los hechos... El manejo de fondos se hacía desde Buenos Aires, desde la Gerencia Administrativa Financiera. Tillard, en esta época, atendía las relaciones con los gremios, la parte de comercialización, las relaciones con las obras sociales, además de resolver el conflicto jurídico que tenía la obra social (alusión a la ADOS) por las demandas siderales...”
El licenciado Tillard es igualmente señalado por Augier en la declaración indagatoria que le tomó el juez Rago Gallo. Otro papel crucial fue desempeñado por Enrique Couzo, que había sido alejado por presuntas irregularidades de la administración de la obra social bancaria de Córdoba. En cuanto a Romualdo, también había tenido problemas en esta provincia, pero como concesionario del zoológico, por la mortandad de animales, episodio que dio pábulo a bastante humor negro entre los sanjuaninos, donde fueron humanos los que sufrieron las consecuencias.
Según la Asociación Médica Sarmiento, desde que Pánasis entró en la ADOS comenzaron a retrasarse los pagos a los proveedores, las prestadoras y el personal, a escasear los elementos y las medicinas, a empeorar la calidad de los insumos (provistos por Didata, una empresa de los mismos Couzo) y a incumplir con las cargas sociales, los retiros voluntarios y otras obligaciones. Más de 30 médicos fueron despedidos por protestar, desprotegiendo áreas críticas, lo que fue constatado por una comisión investigadora especial de la Cámara de Diputados provincial. Mientras tanto, la secretaría de Salud Pública sanjuanina (Jorge Alberto Escobar era el gobernador) firmaba un convenio para que Pánasis gerenciase los hospitales y atendiese los afiliados Profe (pensiones graciables no contributivas).
Al investigar la contabilidad de Pánasis en Buenos Aires se logró esbozar un croquis de la presunta defraudación, que desviaba fondos hacia otras cuentas de la firma. De este modo, solo en los primeros ocho meses de 1998 los dueños de la gerenciadora se habrían apropiado de $ 10,1 millones. Pero, a juzgar por la designación, Cavallo también pone las manos en el fuego por Daniel Tillard, como años atrás lo hiciera por otro célebre miembro de la carpa mediterránea.


 

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