Por Verónica
Abdala
Alba Lux tiene el pelo color
verde y la ropa haciendo juego. Alba (Yanina Carchak y Johana Sciarotta)
es nerviosa e hiperconsumista, al punto de que su léxico está
compuesto básicamente por frases de publicidades televisivas. Rebeca
(Lucía Ríos) cabellera y ropa naranja es una
especie de arquetipo de la madre judía tradicional: sobreprotectora
y siempre ahorrativa, no pierde oportunidad para recordar a sus amigas
que la comida jamás se tira, porque nunca se sabe...
Delfina (Gala Mesturini), cabeza amarilla, pollera y camisa del mismo
color, es la encarnación del bueno gusto, el refinamiento y la
elegancia, aunque parece no conocer otro adjetivo que chic.
Su imaginario parece, por momentos, tan reducido como el de las candidatas
a reinas del mar. Violeta (Camila Dasneves), entretanto (¿hace
falta aclarar de qué color va por el mundo?), lidia con las obsesiones
de sus tres compañeras, intentando contagiarles un poco de calma.
Aunque su muletilla (relájate-relájate) y sus
masajes en las sienes no siempre le deparan los resultados esperados.
Las manías de estas cuatro mujeres, amigas desde la
infancia, hacen morir de risa al público que convirtió a
la obra que protagonizan en una de las sensaciones, entre los numerosos
espectáculos para chicos de estas vacaciones de invierno. La obra,
que comenzó tanteando el terreno, seguirá en cartel, en
el auditorio Cendas (Bulnes 1350, reservas al 4862-3418), durante lo que
resta del año. De las personalidades de las cuatro señoras
se disparan varias historias, una más divertida que otra para el
público estrictamente familiar (con bebés incluidos) que
tapiza la sala. En la ficción, las protagonistas de La Canasta,
comedia musical infantil auspiciada por el Collegium Musicum, son muy
distintas entre sí, pero siguen juntas después de décadas
de amistad. La obra apunta así a dos públicos: a los niños
que sueñan con amistades eternas y a los grandes que saben conservar
a los amigos. O en todo caso, añoran los que tuvieron.
En la trama también son claves las cuatro hijas, Jesi, Meri, Barbi
y Maia (Julia Perelrozen, Luciana Morelli, Daiana Vera y Agustina Dapello),
que repiten los colores y las obsesiones de sus respectivas madres. Y
los personajes secundarios, que airean la acción. Entre ellos,
una abuela tanguera con fallas de memoria que repite interminablemente
que nació en San Telmo, en un cuartito azul (Manuela
Ortega), y un hada aggiornada decidida a ayudar a una de las chicas, Meri,
que atraviesa una típica crisis adolescente. Mientras Meri se despacha,
ya adolescente, con el tema musical Nadie me entiende con
ritmo de blues, la encantadora hada que compone la pequeña Tatiana
Resnik enfrenta las caras largas y las pálidas de la que se siente
incomprendida, con expresión desolada y un reiterado
¡Pero qué mala oooooonda! que la platea celebra
a carcajadas.
Los autores de la obra, Florencia Carchak (libro original y dirección)
y Marcelo Frajmowicz (música original y producción general)
logran convertir exitosamente algunas situaciones típicas de la
vida cotidiana en materia de un puñado de buenas canciones. En
conjunto, proponen un espectáculo básicamente divertido
sobre una temática poco fácil: los conflictos entre las
amigas, los conflictos entre madres e hijas, el duro oficio de crecer
entiendo a los otros. Uno de los milagros del espectáculo es el
rendimiento de las niñas del elenco: sólo al final, cuando
están en el hall saludando a su público, queda claro para
el espectador que el promedio de edad apenas supera los 10 años.
Sobre el escenario, la mayoría de ellas lucen una prestancia y
hasta una autoridad que impresionan.
Este auténtico semillero ha sido formado en gran parte en los talleres
de teatro y comedia musical de Nora Bender (a cargo del entrenamiento
actoral del elenco) y Florencia Carchak. La joven Carchak estudia, a su
vez, con el compositor Carlos Gianni, coequiper del gran actor y autor
teatral Hugo Midón. Para un espectador promedio de los espectáculos
infantiles queda bastante claro que esa escuela, la de Gianni y Midón,
hasido clave para el sistema de ideas que circula en los textos y en la
puesta de un espectáculo sorprendente y lleno de las mejores intenciones.
|