Por Pablo Plotkin
Desde
Córdoba
La ciudad de la Mona Jiménez,
Talleres y Belgrano ya está definitivamente ricotizada. Entre las
últimas horas de ayer y las primeras de hoy, llegaron las bandas
y se multiplicaron los fogones con ollas de arroz y cartones de vino como
lubricante, sobre todo en el Camping Municipal. Aún en medio de
un estado latente de convulsión social, la visita de una banda
de rock por más que se trate de la más popular del
país, por más que sus fans carguen con la peor de las reputaciones
genera natural expectativa, mas no temor. Por caso, el revuelo del día
no fue provocado por fans ricoteros, sino por estudiantes de Derecho que
manifestaron contra el recorte al presupuesto universitario: la marcha
provocó un pequeño caos de tránsito en el tranquilo
(y caluroso) atardecer de viernes. Pero por supuesto que Los Redondos
están en boca de todos, por la dimensión del show y la movilización
que provoca. Mientras los micros siguen trayendo a cientos de pibes iconografiados
hasta los dientes (son mayoría las clásicas remeras de Oktubre,
tal vez el álbum más trascendente en la discografía
del grupo), los vecinos del barrio Chateau Carreras optaron por tomarse
las cosas con calma. El poderoso dispositivo policial (2 mil agentes involucrados)
y una cierta garantía tácita del gobierno de
la ciudad parecen haber dejado tranquilos a todos.
Según estimaciones de la organización, unas 35 mil personas
concurrirán esta noche al Estadio Olímpico (más conocido
en el resto del país como Chateau Carreras), lo que convertiría
definitivamente a este show en un hito: será el recital más
grande en la historia de los espectáculos musicales de la provincia.
Quedan casi 5.000 entradas por venderse y eso sucederá hoy en locales
céntricos de Córdoba y en las boleterías del Complejo
Ferial ubicado frente al estadio. El show comenzará a las 19, las
puertas del estadio se abrirán a las 14 y las entradas serán
requeridas en las rotondas en donde será cortado el tránsito:
las calles que rodean al Olímpico serán de exclusivo tránsito
peatonal. El operativo comenzará a las 10 de la mañana y
se extenderá hasta varias horas después de la finalización
del show. Habrá servicios especiales de colectivos desde la esquina
de Boulevard Perón y San Jerónimo, y desde la Plaza San
Martín.
La puntillosidad del operativo tiene que ver con dos factores. En primer
lugar, el gobernador José Manuel de la Sota intenta exhibir una
imagen de provincia pacífica y segura. Además, a los Redondos
les interesa la ciudad como plaza estable para futuras presentaciones.
Aparentemente, la idea es tocar aquí una vez por año. Todo
depende de los resultados de esta noche. Las cosas están
muy bravas, le dijo el Indio Solari al diario local La Voz del Interior.
Está todo el mundo con la mecha seca. Hoy hay quilombo en
cualquier lado. Para uno, tener plazas para tocar es lo ideal. Querríamos
tocar en un montón de lugares. No depende de uno. No sé
si hay muchos otros proyectos que puedan manejar el circuito de estadios.
Cada vez que tocamos es como empezar de vuelta.
El escenario montado mide aproximadamente cuarenta metros de ancho por
doce de largo. El sonido 200 mil watts de potencia estará
sostenido a más de veinte metros del piso. Un tipo de estructura
de show internacional, que ya es habitual para la banda y sus fans. No
es una demostración de poderío tecnológico, ni de
entretenimiento sino de lograr que el drama se concentre sobre el escenario
y que la música luzca lo más posible, aclaró
la manager Poli a la prensa local. Se trata de la primera presentación
en vivo en Argentina del disco que marca la vuelta al oscurantismo. Momo
Sampler, el álbum en cuestión, es una obra sombría
trabajada al detalle en el estudio de grabación. La banda quiere
trasladar los climas opresivos del disco al escenario y ya lo demostró
en Montevideo, el antecedente inmediato: el sonido distorsionado de la
guitarra de Skay adquiere dimensiones gigantescas y volumen brutal, guiando
al resto de la banda a través de canciones cada vez más
oscuras.Una banda de sonido adecuada para el estado de las cosas en Argentina
2001.
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