Un día después
de ser justificada por el vicepresidente norteamericano Dick Cheney, en
un brusco cambio de posición, la política israelí
de asesinatos selectivos tuvo un nuevo blanco dentro de una estrategia
que, desde el martes, apunta contra líderes políticos de
gran apoyo popular y cada vez más cercanos al círculo íntimo
de Yasser Arafat. Esta vez, Israel lanzó cohetes contra un convoy
de autos en el que viajaba Marwan Barghuti, uno de los máximos
dirigentes del movimiento Al-Fatah en Cisjordania, que resultó
ileso. Israel reconoció indirectamente el ataque al señalar
que estaba dirigido contra Mohamad Abú Halawa, guardaespaldas de
Barghuti y oficial de la Fuerza 17 (guardia pretoriana de Yasser Arafat)
que estaba en uno de los coches y fue herido. Tras el atentado, Arafat
advirtió sobre la amenaza de una guerra regional y volvió
a exigir el envío urgente de observadores rusos y europeos a Cisjordania
y Gaza, mientras que Israel sólo acepta una pequeña fuerza
de monitores de la CIA.
La política de asesinatos selectivos de Israel ya lleva 56 muertos
desde el comienzo de la Intifada palestina en setiembre de 2000. Pero
fue el martes pasado, en el ataque en Nablus, la primera vez que Israel
atacó a políticos de primera línea al asesinar a
Jamal Mansour, máximo dirigente de Hamas en Cisjordania y Jamal
Salim, su teniente en Nablus. Esta vez el objetivo parece ser más
próximo a la cúpula oficial palestina ya que el ataque con
misiles contra los dos vehículos en la localidad cisjordana de
El Bire, cercana a Ramalá, pertenecían al dirigente palestino
Marwan Barghuti, líder de las milicias Tanzim y representante de
la línea dura del levantamiento palestino contra la ocupación
militar israelí. Pero fue a Abú Halawa guardaespaldas
de Barghuti a quien las fuentes israelíes señalaron
como el blanco del ataque. Halawa se salvó ya que el primero de
los cohetes no dio contra su auto, dándole tiempo a saltar antes
de que un segundo misil destruyera su automóvil por completo y
lo hiriera. Halawa es buscado por Israel por la muerte de ocho israelíes;
entre ellos, Benjamín Zeev Kahane, ex dirigente del movimiento
ultraderechista ilegalizado Kahane Jai (Kahane Vive) y su
mujer. Además, Halawa aparece en una lista de 70 militantes palestinos
que Israel entregó el mes pasado a la ANP para que los arreste
por participar en ataques anti-israelíes. Poco después del
atentado, milicianos armados palestinos dispararon contra el barrioasentamiento
de Gilo, en el sur de Jerusalén. La ANP condenó el ataque
en un comunicado oficial y acusó a Israel de atentar contra la
vida de Barghuti. Por su parte, el ministro de Información palestino,
Yasser Abed Rabbo, afirmó que el atentado es una continuación
de la política de Sharon de asesinar líderes palestinos
y calificó el hecho de declaración de guerra.
Hace apenas cuatro días, tras el ataque de Nablus, la comunidad
internacional y el gobierno estadounidense en particular calificaron el
atentado de provocador y excesivo y el secretario
de Estado norteamericano, Colin Powell, transmitió al premier israelí
Ariel Sharon su preocupación por la metodología
empleada por Israel. Sin embargo, el vicepresidente de Estados Unidos
Dick Cheney influyente figura del ala dura de la administración
Bush anteayer tomó distancia de esa posición y dijo
que la eliminación selectiva de palestinos en cierto sentido
está justificada. Ante estas declaraciones, los medios oficiales
de Siria reclamaron a la comunidad internacional que presione a Israel
antes de que sea demasiado tarde, ya que Sharon podría
realizar una agresión a gran escala con el pretexto de que ha
recibido luz verde de Washington.
Ayer, mientras tanto, se registraron incidentes esporádicos de
violencia, en los que resultaron heridos cinco palestinos, entre ellos
un niño de cinco años. Además, otros tres palestinos
fueron heridos en una ruta de Cisjordania por los disparos que les efectuaron
los soldados de una patrulla militar. Y el Ejército israelí
incursionó anoche en territorio palestino en la franja de Gaza
para destruir una comisaría, en represalia por el lanzamiento de
anteayer de variosproyectiles de mortero contra el asentamiento judío
de Kfar Darom.
HABLA
BENJAMIN ORON, EMBAJADOR ISRAELI EN BUENOS AIRES
Es para detener a los kamikazes
Por Mercedes
López San Miguel
No queremos que el proceso
tenga observadores internacionales, la decisión política
les concierne a las partes en conflicto, dice el embajador de Israel
en Argentina, Benjamín Orón, con motivo del incremento de
violencia en la región y respondiendo al interrogante de una mediación
internacional adicional a la norteamericana como garante de los acuerdos.
El reciente ataque de Israel a los miembros del Hamas, ¿se
debió en parte a mantener la coalición? Y, ¿no podría
fomentar mayor odio de los palestinos y mayores críticas de la
comunidad internacional?
No tiene nada que ver con mantener la coalición, sino que
se trata de enfrentar a un terrorismo que es muy específico, el
de los atacantes suicidas, y a éstos no hay manera de detenerlos
si no es en su punto de partida: cuando llegan ya no hay nada que hacer.
Obviamente que no contribuimos a generar un mejor ambiente, pero acá
la obligación del gobierno israelí es bregar por la seguridad
de sus ciudadanos y evitar las consecuencias del terrorismo suicida.
Yasser Arafat pidió esta semana en Roma un cese total del
fuego. ¿Cómo lo evalúa?
Se sabe que Ariel Sharon el 22 de mayo ha declarado un cese de fuego
unilateral y desde entonces los atentados continuaron. Y a pesar de que
Arafat diera su acuerdo al programa de George Tenet (el director de la
CIA, presente en la región para tratar de coordinar los esfuerzos
de seguridad de las dos partes), se magnificaron los ataques palestinos.
No somos nosotros los que no queremos que la situación se normalice:
que esto quede claro.
¿Tienen algún porvenir las recomendaciones del informe
Mitchell?
El informe Mitchell es lo único que por el momento está
sobre la mesa. Tiene varias etapas: la primera es cesar todas las actividades
bélicas durante una semana lo que todavía no se logró;
después viene un período de transición para recrear
la confianza; pero con la situación como está no se puede
avanzar ni bajar la tensión. Decir en Roma que se está interesado
en un cese de fuego es algo positivo, siempre que se base en hechos concretos
en el terreno que no han ocurrido.
¿No hay más posibilidades para el cese de fuego?
Israel trata de discriminar entre los responsables del terrorismo,
y la población palestina, y a la población palestina no
le declaramos la guerra. Pero toda vez que sigan los atentados, tomaremos
medidas para evitarlos.
¿Aceptarían una mediación no sólo de
Estados Unidos?
No queremos que el programa tenga observadores internacionales,
pueden ser eficaces después de una decisión política
de detener la violencia. Esta decisión es totalmente independiente
de la mediación de otros, concierne a las partes en conflicto.
Hay una resolución del G8 que habla de una observación de
una tercera parte y luego con el acuerdo de todos.
El Departamento de Estado norteamericano ha condenado las acciones
israelíes contra los palestinos. ¿Se estaría debilitando
su alianza con Israel?
La fortaleza de los vínculos entre Estados Unidos e Israel
es mucho mayor a un acontecimiento aislado.
Muchas de las críticas a Israel es por su política
de asesinatos selectivos. ¿Cómo explican ustedes esta política
ante la comunidad internacional?
Empezando por la definición: acá buscamos los elementos
que están programando o ejecutando los ataques terroristas, y tratamos
de evitarlos. De nuevo, este tipo de terrorismo no se puede evitar con
medidas policiales normales: la acción quiere adelantarse a los
ataques suicidas y se ha hecho todo lo posible para no involucrar a víctimas
civiles.
Un juez belga admitió un caso contra Sharon por las masacres
de Sabra y Chatila en el Líbano, en 1982; asimismo, hay otras iniciativas
contra funcionarios israelíes por la práctica de la tortura
por el servicio de seguridad interior. ¿Israel se está quedando
más aislada?
No soy experto en el sistema jurídico belga, pero igualmente
sé que nosotros le presentamos una demanda. En principio, nosotros
confiamos en nuestro sistema jurídico. Hace poco se nombró
como embajador en Dinamarca a un funcionario que antiguamente fue director
del servicio de seguridad interior de Israel, y que actuó dentro
de los límites jurídicos del país, naturalmente:
es un hombre que ha trabajado mucho por el establecimiento de la paz de
la región.
¿Qué pasa con el nuevo terrorismo de los colonos judíos
radicalizados, conocido como Comité de Seguridad de las Carreteras?
El gobierno no avala ningún terrorismo, o sea que los que
cometieron atentados contra civiles palestinos en Cisjordania están
buscados por la policía. En Israel son las fuerzas del gobierno
las que tienen el monopolio del uso de armas y no va a permitir que grupos
como estos actúen por su cuenta.
¿Cree usted que Arafat también puede controlar a los
grupos radicales?
Creo que tiene un control sobre la población palestina, tiene
fuerzas de seguridad suficiente para imponer su voluntad.
No habiendo un verdadero alto al fuego, ¿cuál es su
balance?
Al fin del proceso va a haber una solución: sentarse a la
mesa de la negociación, la cuestión es cuánto tiempo
va a llevar y el costo que requerirá de vidas humanas.
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