Las
vacaciones de invierno del déficit cero dejaron una
melancólica imagen en la mayoría de los centros turísticos
de la Argentina: la cantidad de visitantes, que ya había bajado
el año pasado, cayó todavía más. Así
sucedió en destinos tradicionales como Mar del Plata y Bariloche.
La Ciudad de Buenos Aires, en cambio, continuó su crecimiento de
los últimos años. También Mendoza, donde las autoridades
se mostraron muy conformes por el crecimiento del turismo
en los centros de esquí y los caminos del vino. Pero
en ningún caso se quebró la regla de oro de estos tiempos:
lo que creció fue el turismo de mayor poder adquisitivo, mientras
que el de bolsillos flacos se quedó en casa.
Marcelo Fernández, representante del Ente Mixto de Promoción
Turística de Bariloche (Emprotur), trató de darse ánimo:
Dentro del contexto en que estamos, no resultó tan mal...,
pero se confesó el nivel de concurrencia que hemos
tenido no nos satisface. No están conformes porque estuvieron
5 por ciento por debajo del año pasado, que ya había
sido malo. Tanto la cantidad de visitantes como la duración
de las estadías cayó en los dos últimos años.
Los barilochenses estiman haber recibido unas 78.000 personas, contra
82.000 el año pasado. Pero, además, el promedio de
permanencia bajó de cinco noches y media a cuatro y media,
precisó Fernández. Los salvó el mercado brasileño:
Duplicamos la cantidad de esquiadores venidos de Brasil, de donde
llegaron unas 8000 personas durante el invierno, celebró
el funcionario.
En Mar del Plata, las inversiones en turismo fueron Plata quemada, podría
haber dicho Carlos Piglia vicepresidente del Ente Municipal de Turismo
citando a su hermano Ricardo, autor de aquella novela. Comparado
con un par de años atrás, el volumen de turismo fue menor,
dijo. El primer fin de semana fue el más flojo, pero desde
el segundo fin de semana, la ocupación hotelera mejoró hasta
niveles razonables, sobre todo para el segmento de más calidad,
agregó.
En la ciudad de Buenos Aires los funcionarios estaban más conformes.
Hubo un 10 por ciento más que los 800 mil que llegaron el
año pasado, afirmó Jorge Purciarello, subsecretario
de Turismo porteño. La mayor parte de los turistas vino de Córdoba,
Mendoza y Rosario, pero también subió la cantidad
de visitantes extranjeros, especialmente de Estados Unidos. Según
el funcionario, otro factor de atracción fue que bajaron
los precios de hoteles y gastronomía, y la posibilidad de
que los visitantes se alojen, no ya en hoteles, sino en departamentos
alquilados por día.
En Mendoza, la cantidad de turistas aumentó bastante, especialmente
en los tres centros de esquí: Las Leñas, Vallecitos y Penitentes
se alborozó Inés Rodríguez, representante de
la Subsecretaría de Turismo provincial. Estamos contentísimos
y agrandadísimos porque llegaron 89.000 visitantes, que representan
un 11 por ciento de aumento sobre los 78.000 del año pasado.
Además del esquí, hubo un alto incremento de visitas
a bodegas de distintos puntos de la provincia, en lo que se llama los
caminos del vino, agregó Rodríguez.
Bus
y barco para turistas
La
Ciudad de Buenos Aires tendrá su bus turístico
y también un barco de paseo, para que los turistas la observen
desde el Río de la Plata, anunció ayer a Página/12
el subsecretario de Turismo porteño. El bus funcionará
en el estilo de los que ya existen en ciudades como Londres, Nueva
York, Berlín o Barcelona. Es una línea que pasa por
los principales puntos de interés de la ciudad, donde tiene
paradas fijas (serán 40, en el caso de Buenos Aires): el turista
compra un boleto que le permite una cantidad ilimitada de viajes a
lo largo de uno o dos días.
Hicimos un llamado a licitación: queda en carrera un
solo oferente, una Unión Transitoria de Empresas (UTE) entre
ellas, la que administra los buses de Barcelona, otra firma de turismo
española y una argentina, contó el subsecretario
Jorge Purciariello. El oferente, que pagará un canon al gobierno
porteño, propuso dividir el recorrido en tres circuitos:
norte, sur y centro. Si la oferta es finalmente aceptada, el
bus empezará a funcionar a fin de año o, a más
tardar, en febrero o marzo.
El barco uniría la Dársena Norte con La Boca, con parada
en Puerto Madero. El viaje, de 45 minutos, permitirá ver la
ciudad desde el río en una embarcación para 80
pasajeros, toda vidriada y con aire acondicionado, muy similar a las
que recorren los canales de Amsterdam, comentó Purciariello.
La propuesta fue efectuada por una empresa naviera que tiene ya los
dos amarraderos terminales: Si la Corporación Puerto
Madero cede un amarre para la parada intermedia, le daremos el OK
al proponente, que también deberá pagar un canon,
anticipó el funcionario. |
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