Por
Raúl Dellatorre
Los
pequeños contribuyentes y monotributistas han pasado a ser el objetivo
de la AFIP, respondiendo a las instrucciones que el ministro Domingo Cavallo
le impartió a los responsables del organismo hace poco más
de un mes. Como resultado de esta política, el organismo que conduce
Héctor Rodríguez ha reducido la cantidad de inspecciones
físicas pero, en cambio, multiplicó el número de
embargos en cuentas bancarias incluso por cifras poco significativas,
como 200 o 300 pesos, sobre pequeños contribuyentes en mora. Tanto
el gremio que agrupa al personal de la DGI como especialistas y ex funcionarios
de esa repartición cuestionaron la directiva de Cavallo de hacer
recaer el control fiscal sobre el eslabón más débil.
Según manifestó Cavallo en aquella reunión a los
funcionarios de primera y segunda línea de la AFIP, los grandes
contribuyentes ya están bien controlados y no requieren más
fiscalización. Actuar sobre ellos (...) sería similar
a cazar en un zoológico, señaló el ministro
en dicha oportunidad.
De acuerdo a un informe interno del organismo al que accedió Página/12,
Cavallo, acompañado por el secretario de Ingresos Públicos,
José María Farré, mantuvo a fines de junio una prolongada
reunión en la sede de la AFIP con la plana mayor (directores generales,
directores y subdirectores de área) en la que impartió instrucciones
en relación a la política de fiscalización y control
de contribuyentes. La reunión fue abierta por el doctor Héctor
Rodríguez, quien hizo una reseña de los cambios operados
en la AFIP en los últimos tiempos, relata el memo elaborado
por un funcionario de línea de la AFIP al describir dicho encuentro.
La presentación de Rodríguez fue complementada, ante
consultas del señor ministro y por pedido del señor administrador,
por la directora de Planificación de la DGI, Amelia Aguirre, y
por varios subdirectores de la AFIP.
Luego de escuchar cifras y el detalle de las acciones emprendidas, Cavallo
expuso sus recomendaciones para orientar la acción del organismo
recaudador. Según el memo referido, éstos son algunos de
los conceptos que planteó:
u Ampliar el costado informático de la tarea de fiscalización.
Reducir los contactos personales y las visitas de los inspectores.
u Hacer sentir la presencia de la AFIP en los sectores de resto,
considerando que los Contribuyentes del Sistema 2000 ya tienen control
(dicho sistema es el que registra las presentaciones de los grandes contribuyentes,
mientras que por resto se entiende los medianos y pequeños).
u Accionar con apoyo mediático en los operativos conjuntos
de persecución de la evasión impositiva, previsional y contrabando
sobre resto. El actuar sobre los contribuyentes del Sistema
2000 sería similar a cazar en un zoológico.
u Accionar para incrementar la sensación de riesgo en el
resto, con remisión de cartas simples informando acerca
de presentaciones y/o carencia de ellas, y clara alusión a la utilización
de medios electrónicos en su control.
u Incrementar las acciones contra el trabajo en negro, contrabando
y evasión con fuerte apoyo de otras fuerzas (Policía, Gendarmería).
u Impulsar modificaciones legales o reglamentarias para posibilitar
las clausuras por tener personal en negro.
La Seccional La Plata del personal del organismo recaudador (Aedgi), en
un documento en el que analiza aquella reunión y las directivas
de Cavallo, lo acusa de garantizar protección fiscal para
sus amigos banqueros, grandes empresarios y ricos y famosos.
El Sistema 2000 al que aludió Cavallo es, según coincidieron
gremialistas y especialistas tributarios, un sistema de registración
y control de pagos y liquidaciones de grandes contribuyentes, pero
no controla el contenido de las declaraciones juradas y, mucho menos,
puedereemplazar a una inspección o fiscalización.
En cambio, Cavallo lo asimiló a una jaula sin escapatoria para
el contribuyente, ante la cual pierde sentido la fiscalización
(como cazar en un zoológico).
En cuanto al control sobre los pequeños contribuyentes, fuentes
de la propia DGI confirmaron a este diario que en las últimas semanas
se ha lanzado una suerte de persecución sobre los mismos,
con una mayor frecuencia de embargos de cuentas bancarias de morosos.
La modalidad, creada por Carlos Silvani (ex titular de la AFIP), ahora
se extiende a todo tipo de tributos y por cifra a veces muy pequeñas,
cuando en la etapa anterior sólo se aplicaba a deudas previsionales
y por valores importantes. Está claro que es una orden de
Economía: no es la idea con la que llegó Héctor Rodríguez
esto de hacer eje en pequeños contribuyentes, apuntó
la misma fuente.
La intención de fiscalizar fundamentalmente a través de
medios informáticos en lugar de las inspecciones físicas
derivará, opinan los expertos, en un deterioro del control de la
evasión. Una operación oculta que surge de una inspección
no la vas a encontrar en una base de datos, explicó un especialista
con más de 20 años de experiencia en la DGI. De todos modos,
Economía alienta las políticas que, aunque menos eficientes,
dependan cada vez menos del recurso humano: con un plantel reducido por
retiros voluntarios y con salarios recortados, la DGI permaneció
paralizada prácticamente toda la semana pasada por el estado de
conflicto de su personal.
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