Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Para evitar una poda adicional al 13% se viene la reforma del Estado

Para cumplir con el déficit cero ante la caída en picada de la recaudación, Economía debería disponer un recorte mayor a salarios públicos y jubilaciones. Esperan evitarlo anunciando menos gastos en ministerios, ahorros en la ANSES y menos estructuras en el Estado.

Por Cledis Candelaresi

El gabinete nacional discutirá hoy cómo profundizar el recorte de gastos eludiendo una poda adicional a la que ya sufrieron las jubilaciones y sueldos estatales superiores a los 500 pesos. Para no repetir una segunda quita, políticamente intolerable, el Gobierno intenta acelerar la reforma estatal en ciernes, comenzando, presumiblemente, por la Administración Nacional de la Seguridad Social, cuyos defectuosos mecanismos administrativos hacen que al Estado le escurran varios centenares de millones por año. Paradójicamente, la actual crisis en las cuentas públicas hizo trizas un prolijo programa de ahorro previsto para la administración nacional, que hasta habría permitido premiar con un aumento salarial a los empleados más eficientes.
Hoy asume formalmente como interventor de la Anses Douglas Lyall, quien tendrá la responsabilidad de administrar el presupuesto de la Seguridad Social, casi la mitad de los recursos de que dispone la Nación. Presumiblemente, el hombre de confianza de Patricia Bullrich recuerde el proyecto oficial para depurar las cuentas de esa Administración, con el propósito de ahorrar no menos de 800 millones de pesos, básicamente combatiendo el fraude.
Domingo Cavallo ya se comprometió públicamente a dar esta batalla hace un par de meses, cuando aún Economía proclamaba como prioridad el crecimiento, eludiendo cualquier mención a la palabra ajuste. Pero la renuencia del mercado a confiar en los títulos de deuda argentinos terminó alterando el discurso oficial tanto como los planes.
Las circunstancias superaron absolutamente al decreto 103, complementario de la ley de Solvencia Fiscal. Esta limita el déficit a un porcentaje del PBI y para ello intenta imponer un control estricto sobre el gasto de los organismos estatales. Aquel emplazaba hasta el 30 de abril pasado a cada repartición pública a rediseñar su estructura con el propósito de recortar gastos. Como estímulo, cada una podría disponer libremente del grueso de ese ahorro para cubrir otros gastos, incluyendo el pago de estímulos al personal.
En la propia Secretaría de Modernización, promotora de este mecanismo, descontaban que no sería fácil instrumentar el monitoreo de esos “acuerdos programa” que, en muchos casos, requeriría fondos adicionales para contratar auditoras externas. El principal obstáculo, sin embargo, provino de los propios administradores oficiales, reticentes a seguir achicando sus presupuestos.
Hasta ahora, sólo un ente regulador, la Superintendencia de Riesgos de Trabajo y la Anses, intentaron comprometerse ante la Jefatura de Gabinete a modificar su esquema de egresos, en tanto que el resto de las reparticiones ni siquiera llegó a diseñar un proyecto en este sentido. Por el contrario, muchas de ellas se embarcaron en una pelea a brazo partido con Jefatura y Economía con el argumento de que les resultaba imposible instrumentar cualquier recorte adicional al que hubieran hecho hasta el momento.
A esta altura de las circunstancias esta discusión parece ociosa, ya que el plan de ajuste ordenado y consensuado perdió su oportunidad. El gobierno busca ahora afanosamente cómo evitar un recorte de haberes adicional al 13 por ciento que se previó en este primer trimestre, ya que los datos de la recaudación indican que para cumplir con la pauta del déficit cero Economía debería ordenar una nueva reducción.
La cruda realidad de los ingresos en picada también condenaron a un cajón al proyecto elaborado por la Secretaría de Modernización para recortar gastos en forma paulatina y discriminada, obligando a rebanar más algunas áreas y premiando con un permiso de mayor gasto a las otras. Por ahora, sigue ganando la alternativa más cruenta pero que genera un ahorro seguro e inmediato como la achicar sueldos y beneficios de la seguridad social.

Amparos contra el ajuste
La Mesa Coordinadora de Jubilados y Pensionados presentará hoy ante la Cámara Nacional de la Seguridad Social un amparo fundado en los “derechos de incidencia colectiva” para evitar que se aplique el recorte del 13 por ciento al conjunto de las jubilaciones. El proyecto está en línea con la iniciativa que adoptarán algunas entidades gremiales, que proyectan elevar un recurso similar ante la Justicia para preservar el haber de sus afiliados. Las alternativas podrían caer en terreno fértil si se atiende a dos pronunciamientos que tuvieron lugar durante la feria judicial de invierno: la justicia laboral hizo lugar a algunos amparos sindicales contra el recorte a los salarios públicos, del mismo modo que acogió el reclamo de un jubilado para que no se altere su remuneración.

 

Sin viajes al exterior
En una medida de carácter extraordinario, el gobierno nacional suspendió por 180 días los viajes al exterior de los funcionarios de la administración nacional y organismos descentralizados. La medida tiene como marco un programa de Reforma del Estado, cuyo diseño y ejecución quedaron subordinados a las urgencias fiscales de la Nación. A esa determinación –que, presumiblemente, tendrá sus excepciones: el secretario de Financiamiento, Daniel Marx, llegará hoy a en misión oficial a los Estados Unidos– añadió otra menos simpática para el conjunto de los estatales, como es la orden de “un estricto control horario” de todos los trabajadores. Esta regla acaba de ser impuesta a través de una resolución administrativa en la que se imparte la expresa instrucción de poner en funcionamiento los equipos de control horario de aquellas reparticiones que no lo tuvieran en uso. La orden responde al prioritario afán de plan eliminar “ñoquis” que abundan en las reparticiones estatales más que al objetivo de garantizar una mayor productividad de los agentes públicos.

 

PRINCIPAL