Mientras
continúan las versiones sobre quién será el futuro
comprador de Aerolíneas Argentinas, el Gobierno sostuvo que la
fecha límite para el traspaso de la compañía, el
próximo 17 de agosto, podría ser aplazada. Los gremios aeronáuticos
que ayer se reunieron con los ministros de Trabajo y de Infraestructura
se mostraron disconformes por lo que consideraron la falta de compromiso
del Gobierno con el destino de la aerolínea de bandera. A
pesar del optimismo de alguno de los aspirantes a quedarse con la empresa,
todavía no está definido quién será el nuevo
dueño.
En la reunión mantenida con Carlos Bastos y Patricia Bullrich,
los representantes de los gremios aeronáuticos reclamaron que el
gobierno asuma un rol más activo en las negociaciones con la española
Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y que, además,
intente recuperar la célebre acción de oro que le otorgaba
al Estado poder de veto en las decisiones del directorio. La respuesta
del titular de Infraestructura, que irritó a los sindicalistas,
fue que el gobierno continuaría con la actitud prescindente que
hasta ahora llevó adelante la administración de Fernando
de la Rúa. El argumento de siempre es que AA es una empresa
privada y que el gobierno ya tiene suficientes problemas como
para asumir uno más.
Aunque todos quienes participan de la puja por quedarse con Aerolíneas
afirman que Eduardo Eurnekian todavía está en carrera, Bastos
relató a los gremios que la SEPI estudia tres propuestas: La
del ex presidente de la firma Juan Carlos Pellegrini, la del grupo turístico
español Marsans y la de un grupo Argentino que pidió confidencialidad.
Los representantes gubernamentales también pidieron a los gremios
que tengan paciencia, pues la fecha de transferencia fijada por la SEPI
para el próximo 17 de agosto podría ser postergada. Sin
embargo, la paciencia resulta difícil para los trabajadores que,
además de por la continuidad de la fuente de trabajo, están
preocupados por sus salarios de junio y julio más el medio aguinaldo.
El anuncio de la titular de Trabajo, Patricia Bullrich, de que Aerolíneas
sería transferida a un nuevo propietario en los próximos
10 días dio pábulo a la existencia de un acuerdo con algunos
de los grupos en pugna. Circunstancia que, además, estos mismos
grupos alientan, pues en el contexto de las negociaciones con la
SEPI consideran como un dato positivo que se les atribuya, al menos
transitoriamente, el carácter de seguros adjudicatarios. Aunque
nada exista de cierto, siempre será una buena oportunidad para
difundir las bondades de la propia propuesta. Esta vez luego que
se diera primero por hecho y después por caído un acuerdo
con el grupo que comanda el empresario Eduardo Eurnekian el turno
de adjudicado fue para el empresario Juan Carlos Pellegrini, quien ya
se desempeñó como presidente de Aerolíneas. El antecedente
militar -Pellegrini, de 73 años, ingresó a la oficialidad
de la Fuerza Aérea como abogado y alcanzó el grado de vicecomodoro.
Y aunque fue administrador general durante el gobierno peronista del 73-76,
llegó a la presidencia recién durante la dictadura
no parece molestar a los gremios quienes creen en la promesa del empresario
de que su plan no contempla despidos, salvo en el caso de los trabajadores
que están fuera de convenio. Para uno de estos gremios, el de los
pilotos, el antecedente militar de Pellegrini es incluso una garantía.
Los pilotos, mayoritariamente integrados por ex miembros de las Fuerza
Aérea, se cuentan entre los principales impulsores de la propuesta
de Pellegrini.
|