Por Fernando Cibeira

A partir de hoy y hasta mañana, piqueteros y estatales encabezarán una nueva protesta en medio de un clima de tensión. El Gobierno utilizó ayer un tono duro para disuadir a los manifestantes y restarles público a las manifestaciones que se cumplirán luego de otro inesperado día negro en los mercados, un dato que alteró los nervios en la Rosada. El presidente Fernando de la Rúa advirtió que no se tolerarán cortes de ruta y que utilizará “todos los medios del Estado para asegurar la libre circulación”. El jefe de la Policía Federal, comisario Rubén Santos, adelantó que su fuerza actuará “con firmeza” para evitar situaciones violentas. En tanto, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, confirmó que pondrá en la calle a cerca de 500 inspectores que vigilarán que quienes perciben planes Trabajar no sean presionados para participar de los piquetes. En respuesta, uno de los líderes de la protesta, el dirigente de la Corriente Clasista y Combativa, Juan Carlos Alderete, consideró que el Gobierno se equivocaba “feamente” porque sólo promete “más represión” cuando lo que ellos piden es “una solución”.
Luego del anterior piquetazo, realizado el martes pasado, en la Rosada habían quedado conformes porque consideraron que la línea de diálogo abierta con los líderes de la protesta había dado resultado y que gracias a eso no se habían producido hechos de violencia. También los conformó el que –según sus cálculos, que no coincidió con el de los organizadores– hubieran participado menos personas que lo esperado. Sin embargo, ayer, en la víspera de la segunda jornada del plan de lucha previsto por los piqueteros, el Gobierno retomó el discurso confrontativo y la promesa de mano dura.
En el eje discursivo elaborado por la Rosada, la pelea estuvo dirigida tanto a los motivaciones de la protesta como a su materialización en cortes de ruta y calles. “El país del piquete no tiene futuro. Pensemos como pensemos, creo que nadie puede creer que la Argentina va a salir del lugar en que está quemando neumáticos en una ruta”, respondió a Página/12 el vocero Juan Pablo Baylac. “Los piqueteros terminan siendo funcionales a quienes especulan contra el país”, agregó. El Gobierno recibió otro revés ayer en los mercados –bajó la bolsa y subió el riesgo país– pese al supuesto saldo positivo que había dejado la visita del subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, John Taylor. Economía espera con ansiedad que esta semana el FMI acepte realizar un desembolso extra y entienden que un escenario de protesta social radicalizada no ayudaría en nada a la ya muy deteriorada imagen argentina en el exterior.
Bullrich dio ayer una conferencia de prensa para explicar cómo será el inédito operativo que pondrá en práctica Trabajo que –imaginan– servirá para reducir la concurrencia de manifestantes. Explicó que hoy saldrán a la calle 485 auditores en todo el país para asegurar que los beneficiarios de planes de empleo puedan presentarse sin inconvenientes a sus lugares habituales de trabajo. La ministra inició la conferencia leyendo algunas de las veinte denuncias formales y alrededor de 200 informales que -contó– fueron realizadas en los últimos tiempos por personas que perciben el plan Trabajar y que recibieron distinto tipo de amenazas si no aceptaban sumarse a las protestas. Lo que denominó “informales”, fueron denuncias anónimas de personas que no dieron su nombre porque, supuestamente, tuvieron miedo.
La labor de los improvisados inspectores consistirá en explicarle a la gente que quienes otorgan los planes son el gobierno nacional o el provincial, y no algunos dirigentes. “Las organizaciones que sean denunciadas por coaccionar para que los empleados no se presenten a su trabajo serán retiradas del registro oficial de organizaciones que pueden acceder a planes de empleo para su posterior distribución”, azuzó la ministra. En voz baja, en Trabajo reconocían que la labor de los delegados que hoy pondrán en la calle tendrá un objetivo más disuasivo que efectivo, dada la inexperiencia de los inspectores en la materia. Los piqueterosdijeron que estos 500 inspectores eran punteros políticos, pero en Trabajo aseguran que, en su mayoría, cumplen un trabajo parecido en la ANSES.
Según la explicación que daba un funcionario del ministerio que estará a cargo del operativo, el grueso del problema lo ubican en el conurbano bonaerense, a donde destinarán 150 inspectores. Las previsiones de las fuerzas de seguridad también ponían especial atención en lo que pudiera suceder en la provincia. Los piquetes comenzarán a partir de las 10 y concluirán mañana con una marcha hacia Plaza de Mayo, con concentración previa en el Congreso. Ya adelantaron su adhesión CTA, CTERA, ATE, la Federación Universitaria (FUA) y la Federación Agraria, entre otros.
En una entrevista a Telefé, De la Rúa advirtió que no permitiría que se concreten los cortes. También se sumó a la teoría de Bullrich sobre la manipulación de los planes Trabajar. “No se puede forzar a la gente”, dijo el Presidente. El comisario Santos estuvo reunido ayer con el ministro del Interior, Ramón Mestre, el secretario de Seguridad, Enrique Mathov, y los jefes de Gendarmería, Hugo Miranda, y de Prefectura, Juan Beltritti. Santos salió del encuentro prometiendo que garantizaría la circulación de los ciudadanos que “desean trabajar y no adherir a la medida”. El jefe policial adelantó un “cambio de estrategia” respecto del operativo utilizado la semana pasada, pero no dio detalles.
Los jefes piqueteros, Alderete y Luis D’Elía, respondieron en forma airada a la ofensiva de la Rosada. Sobre el operativo ideado por Bullrich, Alderete recordó que es el propio Ejecutivo quien reparte los planes sociales. “Dijeron lo mismo la semana pasada, así que yo al terrorismo verbal no quiero hacerle el juego”, sostuvo, por su parte, D’Elía. “Nosotros igual vamos a salir porque la desesperación que nos hace vivir esta política económica es tremenda y tenemos que decirle ‘basta’ de una vez por todas. Nosotros no salimos a enfrentarnos con la policía ni con la gendarmería”, resumió Alderete.

GENDARMERIA ANALIZA COMO SE COMPORTARA HOY
“No se nos escapará un tiro”

Por Raúl Kollmann

“No queremos imágenes en la televisión mundial de enfrentamientos o intifadas argentinas. Si todo sale como la semana pasada, sería aceptable. Los piqueteros hicieron la protesta, lograron controlar su movimiento, no hubo violencia, no hubo cortes totales. El problema es que no es lo mismo controlar un movimiento de 24 horas que uno de 48. Está de por medio la noche: ahí se reduce mucho la cantidad de gente y supuestamente quedan los más disciplinados, pero también los más duros. Además, en algún piquete puede correr el alcohol y eso podría derivar en situaciones ingobernables. Hay otro factor que se agrega esta vez y que no estaba presente con tanta fuerza la semana pasada: los estudiantes. No queremos choques que terminen en una generalización del conflicto con los universitarios. Si todo se mantiene en los parámetros de hace siete días, bien, de lo contrario, vamos a intervenir en serio”. Este fue el diagnóstico y la táctica que anoche desplegó ante Página/12 uno de los responsables del Gobierno de la seguridad en la jornada piquetera de hoy.
La orden del Poder Ejecutivo es que entre la Gendarmería, la Policía Federal y las policías provinciales impidan los cortes en los puntos clave y permitan los que se produzcan donde exista un paso alternativo. Por ejemplo, las fuerzas de seguridad van a intervenir con dureza si se intenta cortar alguno de los puentes de acceso a la Capital o si se trata de bloquear una autopista.
–¿Van a requerir de una orden judicial? –preguntó este diario.
–No. Si tratan de cortar un puente o una autopista, vamos a intervenir directamente para evitar que se cometa el delito. Ahora, si ya tomaron un lugar y nosotros los tenemos que sacar, ahí sí ya el delito está cometido, supuestamente hay damnificados y tenemos que hacer intervenir al juez y esperar sus ordenes.
En el plan previo, la Federal se ocupará de custodiar la Capital Federal y los puentes de acceso. Todos coinciden en que no será tarea fácil porque, según lo conversado en la reunión que las fuerzas de seguridad mantuvieron con el ministro del Interior, Ramón Mestre, y el secretario de Seguridad, Enrique Mathov, hay datos que indican que esta vez habrá mayor protagonismo de los estudiantes. Como la mayor parte de los universitarios se mueven en la Capital, la jurisdicción será de los federales. La instrucción que tiene la fuerza es categórica: “evitar los enfrentamientos porque mañana, en la calle, habrá un grupo más bien minoritario de estudiantes. Si hay un choque muy duro, si damos una imagen de represión desmedida, al día siguiente tenemos el conflicto generalizado a todos los estudiantes”, insistió el funcionario del Ejecutivo.
Ante eventuales cortes de ruta en provincias, supuestamente la primera opción son las policías locales. Lo que sucede es que, en forma habitual, los gobernadores no dan orden a sus fuerzas de intervenir –o tardan mucho– porque, como es obvio, no quieren pagar el costo político. En ese caso, intervendrá la Gendarmería, sobre todo si se trata de rutas nacionales.
Ante el funcionario, Página/12 señaló otra inquietud:
–¿Las fuerzas de seguridad van a ir armadas?
–Sí, como siempre. No van con armas de fuego sólo cuando tienen que hacer una intervención puntual, para despejar una ruta. Allí se usan grupos antimotines especiales y sin armas. Pero normalmente se sale a la calle con armas.
–¿No se corre el riesgo de que haya disparos o como mínimo se escape un tiro en una jornada conflictiva?
–No, no. No se va a escapar ningún tiro.
–¿Por qué no mandan la gente desarmada? –Porque ni las policías ni los gendarmes andan desarmados nunca. Si hay un robo, tienen que intervenir.

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