Por
Carlos Rodríguez
El
cabo de la Policía Federal Marcelo Hawrylciw debe ser el testigo
protegido más desprotegido del mundo. Desde que en 1998 declaró
contra sus jefes en una causa por corrupción policial, viene sufriendo
atentados y sus custodios, de la misma Federal denunciada, han protagonizado
más de un blooper a balazo limpio que lo puso en peligro. El nuevo
episodio que lo involucra supera todo lo conocido: Hawrylciw, junto con
dos de sus guardaespaldas, está detenido acusado de golpear a un
remisero en un incidente ocurrido en Avellaneda. Los cabos de la Federal
que custodiaban a Hawrylciw corrieron al remisero porque cruzó
varios semáforos en rojo y luego de una discusión
violenta, en la que hubo golpes, se llevaron al infractor detenido. Sin
embargo, los que finalmente quedaron presos fueron los tres cabos, entre
ellos el protegido, acusados por el remisero, que sangraba
por la nariz, según la versión oficial bonaerense.
Hay una denuncia, existen testimonios que los incriminan, y por
eso se ordenó la detención de los tres, explicó
una fuente de la Unidad Funcional de Instrucción 10 de Lomas de
Zamora, que investiga la causa por privación ilegítima
de la libertad y lesiones leves. Hawrylciw y sus dos custodios serán
indagados hoy por la fiscal Sandra Rull. Fuentes de la comisaría
de Villa Corina, partido de Avellaneda, donde tiene su casa Hawrylciw,
dijeron a Página/12 que ellos intervinieron cuando los hechos
ya se habían consumado y las detenciones las ordenó la fiscalía
10.
Según lo relatado por las fuentes de la Policía Bonaerense,
los hechos comenzaron a las 17.30 del domingo. Hawrylciw, con sus custodios,
todos de civil, venían en un móvil no identificable
de la Federal, nada menos que uno de los míticos Ford Falcon. Sin
mayor explicación, ya que estaban fuera de su jurisdicción
y de su función natural que es la de cuidar la integridad
de Hawrylciw, los custodios actuaron como oficiales de tránsito
y salieron a toda carrera detrás de un auto conducido por Jorge
Quiroga, de 39 años, quien trabaja como remisero. La excusa fue
que el chofer había cruzado tres semáforos en rojo.
Por razones que tampoco se explicaron debidamente, ya que no hubo disparos
y todo sucedió a plena luz del día con un Falcon al que
todo el barrio conoce como afectado a la custodia de Hawrylciw, el remisero
escapó hasta refugiarse en el local donde trabaja, en Boulevard
Italiano y Arredondo, cerca de la casa del cabo amenazado, en Tapalqué
al 1600. Quiroga, según su relato, le pidió a los policías
que se identificaran y la discusión fue subiendo de tono hasta
llegar a los golpes.
El episodio fue presenciado por algunos compañeros de Quiroga y
algunos vecinos, que serán llamados a declarar. El remisero fue
subido al Falcon, aparentemente por la fuerza, y lo estaban conduciendo
hacia la seccional más cercana, cuando se cruzaron con un patrullero
de la Bonaerense. Los federales se bajaron y contaron su versión
a sus colegas. Todos partieron juntos hacia la comisaría de Villa
Corina, pero allí los bonaerenses constararon que Quiroga sangraba
de la nariz y tenía rastros visibles de que había sido golpeado.
No estaba grave, de ninguna manera, pero lo habían golpeado y según
sus dichos, lo habían detenido ilegalmente. Al parecer, uno
de los custodios tenía algunos rasguños en la cara.
Ante la situación, los policías llamaron a la fiscalía
de turno, que hasta anoche no tenía totalmente claro cómo
ocurrieron los hechos, aunque si consideraba que es evidente
que el remisero fue golpeado y dice que por los tres policías,
no sólo por los dos custodios. Fuentes de la Federal, consultadas
por este diario, dijeron tener la misma versión de los hechos
y se abstuvieron de hacer comentarios, aunque evidenciaron algún
malestar por la difusión pública que tiene todo lo relacionado
con el cabo Hawrylciw. La denuncia por corrupción fue investigada
por el fiscal Pablo Lanusse y derivó en una gran purga policial.
El 12 de julio, el sargento Marcelo Ayala, uno de los custodios habituales
de Hawrylciw, fue baleado por el agente Javier Ituarte, quetambién
realizaba la misma tarea. Nadie supo cómo ocurrió ese hecho,
ni otro sucedido el 4 de julio, cuando la custodia quedó en medio
de otro enfrentamiento, esta vez entre federales y bonaerenses. Si a eso
se suma que otros dos ex custodios de Hawrylciw hoy están presos
por robar a un hombre en un cajero automático, se comprueba fácilmente
lo riesgoso que es estar protegido.
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