Por Maximiliano
Montenegro
Domingo Cavallo lanzó
ayer un nuevo paquete de medidas para intentar bajar las tasas de interés,
que él mismo definió en un nivel insoportable.
Para ello, anunció tres mecanismos que abren a los empresarios
la posibilidad de pagar impuestos con títulos de la deuda pública.
Así, imaginan en el equipo económico, aumentará la
demanda de bonos de la deuda, lo que haría automáticamente
descender el riesgo país o, lo que es lo mismo, la tasa de interés
que debe pagar el Gobierno para financiarse. Una cuarta medida apunta
a facilitar la emisión de bonos de las provincias, ya que con dichos
títulos se podrán cancelar impuestos nacionales. Para autorizar
esta última operatoria, Cavallo se reserva el derecho de enviarles
luego a los gobernadores, en concepto de coparticipación de impuestos,
los propios bonos provinciales.
Cavallo empezó anoche su exposición en el Banco Nación,
donde reunió a empresarios y banqueros destinatarios de los anuncios,
pintando un panorama descarnado. Lamentablemente, en el exterior
hay mucho escepticismo. Pese a todo los que hemos hecho hay mucha gente
que no nos cree y las tasas de interés están en un nivel
insoportable, afirmó.
Luego, describió el círculo perverso en que se metió
el propio gobierno. Con estas tasas de interés, lo primero
que dejan de pagar las empresas son los impuestos, entonces se hace más
exigente de cumplir la regla del déficit cero, admitió.
El ministro sabe que o bajan las tasas, o más temprano que tarde
deberá anunciar un nuevo recorte de salarios y jubilaciones para
cumplir con la ley del déficit cero, el salvavidas (¿de
plomo?) al que se aferró ante el embate de los mercados.
El mecanismo ideado por Cavallo para bajar las tasas consiste en otorgarle
un premio en sus propias palabras a los empresarios
que compren títulos públicos. El premio es que
podrán utilizar los bonos para cancelar impuestos futuros en condiciones
favorables. Habría, entonces, tres caminos para acceder a las facilidades
impositivas que ofrece Cavallo. Son los siguientes:
Comprar títulos de la
deuda a valor de mercado algunos cotizan al 50 por ciento de su
valor nominal. Esos títulos deberán ser depositados
en un banco, que emitirá un certificado de pago de impuesto equivalente
a los intereses que paga. En este caso, es clave el hecho de que las obligaciones
tributarias (este año, en el 2002, en el 2003 o en el 2004,
dijo Cavallo) serían canceladas en el mismo período en que
vence el cupón del bono, es decir, cuando el Estado debe pagar
los intereses de dicho título.
En esta aplicación, sin embargo, la empresa que compre el bono
seguirá corriendo el riesgo de que el Estado entre en cesación
de pagos. Si así fuera, perdería el capital en la compra
del título a valor de mercado, ya que sólo podrá
cubrir impuestos futuros con los vencimientos de intereses.
El segundo mecanismo es la
cancelación de deudas impositivas hasta el 30 de junio pasado con
el capital de los bancos adquiridos en el mercado. En ese caso, el Estado
se encargará de fijarle un valor técnico al título,
que obviamente será mayor al valor de mercado (ahí, está
el premio), pero se supone inferior al 100 por ciento.
El beneficio para la empresa sería ahorrarse total o parcialmente
los punitorios por el atraso que, de otro modo, debería pagar a
la AFIP (a razón del 3 por ciento mensual) para ponerse al día
en sus compromisos tributarios.
El tercer mecanismo busca recrear
un mercado de Letes (Letras del Tesoro), que son títulos
el gobierno emite en el mercado local. En este caso, capital e intereses
de las Letes podrían ser utilizados para pagar impuestos futuros.
De esta forma, la tasa de interés que se fije en futuras
licitaciones de Letes deberá ser sustancialmente menor que las
actuales, aseguró Cavallo.
Ciertamente, en este caso, la medida funciona lisa y llanamente como un
adelanto de impuestos, similar al que se suscribió con el llamado
bonopatriótico, por el que empresas privatizadas y
bancos le facturaron al gobierno una tasa de interés anual del
7,5 por ciento. El riesgo de cesación de pagos es nulo, porque
aún si el gobierno cayera en default los empresarios deberían
seguir pagando los impuestos. En todo caso, el costo de adelantarle impuestos
al gobierno es el costo de oportunidad de invertir ese mismo
dinero en otro activo financiero también con riesgo de incobrabilidad
nulo, como ser lo títulos del Tesoro norteamericano, que pagan
a corto plazo una tasa de interés que ronda el 3,5 por ciento.
En teoría, si Cavallo lograra tentar a los empresarios radicados
en el país a adquirir títulos públicos, se elevaría
la cotización de los bonos, reduciéndose automáticamente
el riesgo país. Además, acotaría la especulación
con títulos de la deuda argentina, que vienen realizando en las
últimas semanas bancos y operadores financieros internacionales,
al incrementar la tenencia local de los títulos. Finalmente, despejaría
las dudas que existen en el exterior sobre la refinanciación de
los vencimientos de capital de la deuda para este año y hasta el
2003.
Sin embargo, no es seguro que la demanda por bonos explote, ni mucho menos.
Primero, porque hay sectores que actualmente tienen pocos impuestos que
rendir a la AFIP: porque no tienen ganancias y acumulan créditos
fiscales de IVA por inversiones y exportaciones. Segundo, porque, salvo
el mecanismo de las Letes, las empresas que adquieran los títulos
deberán confiar en Argentina, lo cual hoy es parte
del problema.
Merecemos más
apoyo
Los argentinos merecemos y necesitamos más apoyo,
dijo Cavallo casi como una súplica ante la incomprensión
de los mercados internacionales. Anunció que anoche partió
la misión del FMI y manifestó su seguridad de que
dará la aprobación al cumplimiento de
las metas fiscales. Dirigiéndose a los depositantes del país,
refirió que no deben temer por manejos arbitrarios
del Gobierno. La dirigencia política sabe que
nada se gana violando los derechos de propiedad con confiscaciones,
apuntó.
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EL
GOBIERNO PAGARA 7,5% POR EL FONDO PATRIOTICO
Haga patria, preste a interés
El Gobierno se apuntó
un nuevo logro en su negociación con los sectores más
poderosos del poder económico. Consiguió que el fondo
patriótico que aportarán las principales empresas
como adelanto de impuesto a las ganancias no le cueste el 9,0, sino el
7,5 por ciento anual. Aunque en Economía confían que los
1000 millones se integrarán la próxima semana, todavía
hay 100 millones que no aparecen. Pero lo cierto es que la patria,
en principio rendirá a los bancos y privatizadas 1,5 punto menos.
Lo recaudado se destinará al Fondo Fiduciario para el Desarrollo
de las Provincias.
Además de la baja en la tasa, fuentes de Economía se encargaron
de aclarar que los desembolsos no serán inmediatos, sino que habrá
que esperar hasta la próxima semana. Según trascendió
aun restarían conseguirse fondos por 100 millones. Del monto total,
500 millones serán aportados por el grupo de bancos denominados
creadores de mercado, y los 500 restantes mayoritariamente
por las empresas privatizadas.
El aporte se computará como un anticipo del Impuesto a las Ganancias,
correspondiendo la mitad al ejercicio 2003 y el otro 50 por ciento al
2004. Con los recursos obtenidos se constituirá un fondo fiduciario
con el que la Nación espera financiar deudas y déficits
provinciales en el marco de la ley de déficit cero.
Inicialmente las empresas no iban a recibir ningún tipo de interés
por el adelanto. Nunca un anticipo impositivo había devengado interés
alguno, pero la influencia de los bancos sobre el viceministro de Economía
Daniel Marx, que ya se evidenció durante el megacanje, determinó
que finalmente se pacte una tasa. Eduardo Escasany, titular de ABA fue
explícito: en una reunión mantenida con directivos de las
privatizadas alguna de las cuales habían ofrecido el aporte
sin exigir ninguna tasa de interés a cambio el banquero señaló
que ustedes no regalan sus mercancías. Nuestra mercancía
es el dinero y creemos que tenemos que cobrar una tasa por nuestro dinero.
Traducido por Marx el argumento fue otro: se debe pagar un interés,
pues se trata de adelantos que no corresponden al ejercicio inmediatamente
posterior (o sea al 2002), sino a los subsiguientes.
En primera instancia se había determinado que el interés
anual que se pagaría por el adelanto sería del 9 por ciento.
Así lo confirmó el propio Marx. Sin embargo, ayer se confirmó
que dicha tasa finalmente será del 7,5 por ciento anual.
Marx y otros funcionarios del Palacio de Hacienda se reunieron con embajadores
y directivos de empresas de países europeos con intereses en la
Argentina y también lo hicieron con alrededor de medio centenar
de empresas locales, a las que se le pidió participación
en la conformación del fondo. De los 500 millones que integrarán
las empresas, Repsol YPF decidió aportar 150 millones de pesos,
Telefónica y Telecom aportarán, sumadas, 150 millones, Edenor
10 millones, y Aguas Argentinas 10 millones, en tanto que otras como Edesur,
Metrogás y Camuzzi están analizando su respuesta al requerimiento.
Además también se pidió a estas firmas que no recorten
el nivel de sus inversiones previstas.
Bonos para pagar Brutos
El mecanismo de pagar impuestos con títulos públicos
ya se reglamentó para Ingresos Brutos. Los contribuyentes
que tributan en varias provincias (por convenio multilateral) podrán
usar desde hoy bonos para cancelar sus obligaciones de Ingresos
Brutos, a condición de que esos papeles hayan sido emitidos
por la jurisdicción en que efectúen el pago. Así
lo indica la Resolución General 78/2001 emitida por la Comisión
Arbitral Convenio Multilateral 18/8/77, publicada en
la edición de ayer del Boletín Oficial.
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