Por Raúl
Kollmann
Esta mañana, a las 9,
comenzará el llamado juicio ARMIAS. Y va a empezar con furibundas
denuncias por parte de uno de los acusados. Se trata de un proceso en
el cual estarán sentados en el banquillo de los acusados un grupo
de ex militares carapintadas que hicieron dinero robando armas de los
cuarteles en los que revistaban y que en un primer momento se investigó
si no habían sido los proveedores de los explosivos para el atentado
contra la AMIA. La conexión con el ataque a la mutual judía
fue descartada por la Cámara Federal y por ello, en principio,
sólo serán juzgados por las maniobras de robo de armas y
explosivos que, en verdad, le vendían a las bandas de delincuentes.
El imputado Jorge Pacífico va a denunciar que todo fue un armado
de oficiales de la Bonaerense, que cuando las pistas empezaban a apuntar
contra su fuerza quisieron echarle la culpa a los carapintadas, y que
toda la maniobra tuvo el apoyo de dos integrantes del Modín, que
según Pacífico fueron comprados para producir
una interna dentro de ese partido.
Al Tribunal Oral Federal número 4, integrado por María Cristina
Sanmartino, Horacio Vaccare y Leopoldo Bruglia, le llega un expediente
que, como casi todos en el caso AMIA, está lleno de trampas, traiciones,
ineficacia y casualidades increíbles. Lo que sucedió es
que cuando las pistas del atentado apuntaban a la Bonaerense, el policía
a cargo de la pesquisa, el comisario de esa fuerza Angel Salguero le llevó
al juez Juan José Galeano otra pista supuestamente definitiva:
había un grupo de carapintadas que le habrían entregado
a los terroristas el trotyl o la dinamita necesaria para poner en movimiento
el explosivo de mayor envergadura, el amonal, que destruyó la AMIA.
Como probó Página/12 en su momento, Salguero antes
de pasar al caso del atentado estuvo a cargo de la Brigada de Investigaciones
de General Sarmiento, justo la zona donde operaba esta banda que le vendía
armas y explosivos a los ladrones comunes. O sea que bastante tiempo después
el juez Galeano se quedó con la impresión de que ya conocía
la banda con anterioridad y la puso sobre el tapete para desviar la investigación
del atentado que por entonces estaba rumbeada hacia varios oficiales y
comisarios de la Bonaerense.
En diciembre de 1995 se allanó Campo de Mayo y se detuvo a los
militares que van a ser juzgados desde hoy: Jorge Pacífico, Juan
Carlos Coppe, Ricardo Villarino, Miguel Angel Lovera y otras siete personas
más, casi todas vinculadas al Ejército. El allanamiento
fue encabezado por Salguero junto a su amigo Juan José Ribelli,
hoy procesado como cómplice del atentado. Este dato ya habla por
sí mismo.
En las semanas previas, Galeano y Salguero montaron un operativo de compra
de armas para comprobar que la banda efectivamente se dedicaba a eso.
Para ello pusieron en la cancha a un agente encubierto, que usó
el nombre de Daniel Norberto Graciano, quien pagó 20.000 dólares
por fusiles, granadas y municiones. La banda también vendía
trotyl, fusiles FAL, fusiles rusos AK47 e incluso ofrecieron un helicóptero
que había conseguido Pacífico. Sin embargo, el grupo no
va a ser juzgado por lo que Graciano les compró sino por todas
las armas y explosivos que se les encontraron en los domicilios y que
realmente terminaban vendiéndole a los piratas del asfalto o a
ladrones de camiones de caudales.
En realidad el juez Galeano y los fiscales Eamon Mullen, José Barbaccia
y Alberto Nisman no están del todo convencidos de que los carapintadas
no tuvieron nada que ver. Hay una casualidad llamativa: Pacífico
justo estaba a dos cuadras de la AMIA cuando ocurrió la explosión
y aparece sobre los escombros colaborando con las víctimas. Otra
persona del Modín, el también ex suboficial carapintada
Burgos, aparece en las filmaciones acercando una camioneta blanca y ayudando
a llevarse un herido al Hospital de Clínicas.La sospecha del juez
y los fiscales es que ambos estaban allí como supervisando los
efectos del atentado, pero la Cámara Federal sostuvo que no había
elementos para imputar a los carapintadas por el atentado.
Todo indica que el papel principal en la jornada de hoy lo va a jugar
Jorge Pacífico, un hombre que estuvo cinco meses preso y que guarda
un fuerte rencor: en aquel momento murió su esposa. Pacífico
investigó la participación de los policías bonaerenses
en el armado de la causa e incluso tiene una detallada enumeración
de cómo plantaron testigos, algunos de los cuales eran amantes
e incluso tenían hijos con los oficiales que conducían la
pesquisa. Otros de esos testigos encubiertos están hoy presos por
homicidio y otras causas. También Pacífico va a arremeter
contra dos cuadros del Modín, Miguel Romero y Sergio Nantilo, a
los que acusaría de participar en el armado de la supuestamente
falsa pista carapintada, o bien a cambio de dinero o como agentes infiltrados
de la SIDE o como parte de una interna partidaria.
La CIDH ya nombró
veedor
Por R. K.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
designó ayer a su presidente, el prestigioso jurista chileno
Claudio Grossman, como veedor de la CIDH en el juicio por el caso
AMIA que se iniciará en setiembre. La designación
de Grossman, que además es de origen judío, evidencia
la importancia que la CIDH le da al juicio, ya que pone a su máximo
cargo, el presidente, como responsable de la evaluación del
proceso.
El nombramiento fue confirmado a Página/12 por el embajador
Leandro Despouy, delegado especial de la Cancillería en materia
de Derechos Humanos y el funcionario que trató en Washington
de dar respuesta a las denuncias realizadas ante la CIDH por el
caso AMIA.
La designación del observador fue producto de la denuncia
realizada por los familiares agrupados en Memoria Activa y que sostienen
que todo el proceso de investigación fue irregular y que
el Estado argentino incumplió con su deber de investigar
la muerte de las 85 víctimas del atentado.
El doctor Alberto Zuppi, quien junto con Pablo Jacoby, representa
a Memoria Activa, señaló su satisfacción por
la designación de Grossman, que es también decano
de la American University y tiene una larga trayectoria en materia
de derechos humanos.
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