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El docente en libertad, el nuevo
capítulo del culebrón de Córdoba

El profesor salió de prisión y se encontró con el acoso periodístico. Según su hijo, un programa le ofreció 10.000 pesos por la nota.

Ramón Castro evitó su casa y
por ahora vive en la de un amigo.
La producción de Susana intenta
tenerlo en el envío de mañana.

Por Carlos Rodríguez

A pesar de los rumores, echados a rodar por su propia familia, que anunciaban su aparición pública en uno de los programas de mayor audiencia de la televisión argentina, el profesor cordobés Ramón Castro, de 48 años, pasó su primer día en libertad –luego del fallido affaire con su alumna de 14 años– oculto en la casa de un amigo personal, lejos del mundanal ruido y hasta rechazando cualquier contacto telefónico con su esposa, Eva Distéfanis, quien ya lo había visitado cuando todavía estaba en prisión. “No puedo saber lo que está pasando por su cabeza, en lo personal, pero sí puedo decir que no tiene intención de concurrir al programa de Susana Giménez”, le aseguró a Página/12 Carlos Hairabedian, abogado de Castro. El profesor dijo estar “muy cansado”, en lo que fueron hasta anoche sus únicas declaraciones a la prensa, que lo asedió, hasta abrumarlo, cuando se retiraba de los tribunales del barrio Güemes de la ciudad de Córdoba, luego de que se le concediera la excarcelación.
Franco Castro, hijo mayor del profesor de la súbita fama, le había dicho a la prensa cordobesa que su padre iba a ser el invitado principal en la edición de ayer del programa de Susana y hasta precisó que iba porque le pagaban “diez mil pesos”, aunque otras versiones elevaron la suma a veinte mil. A pesar del anuncio, la aparición no se produjo, pero los productores del ciclo televisivo seguían en Córdoba tratando de llegar a un acuerdo para que el programa deseado por ellos salga al aire mañana. “El no tiene intenciones de dar entrevistas y mucho menos antes de prestar declaración ante el fiscal de la causa”, aseguró Hairabedian.
En Córdoba, hacia donde viajaron Luis Cella y otros miembros de la producción de Susana, se especulaba que el asedio rendiría sus frutos y que Castro iría mañana por la noche al programa, luego de declarar, a hora temprana, ante el fiscal Luis Villalba. Sobre la situación procesal de su defendido, Hairabedian precisó que “las pericias testimoniales y médicas determinaron que no hubo contacto sexual” entre el profesor y su alumna. Eso significa que “no puede imputársele el delito de estupro y sólo se mantiene el de rapto impropio o atenuado”, un delito excarcelable ya que tiene una pena máxima de dos años.
Hairabedian aclaró que Castro “todavía no fue indagado por el fiscal, que sólo lo llamó (ayer) para comunicarle la excarcelación, dado que el Código Procesal cordobés prioriza la libertad sobre todas las cosas”. El abogado dijo que todavía no habló con el profesor “respecto de la estrategia a adoptar, de manera que no puedo decir todavía si va a prestar declaración indagatoria”. Anticipó, sí, que su idea es “rechazar incluso la imputación por rapto impropio, ya que surge claro que no hubo ningún intento de abusar de la menor”.
Cuando Castro salió de los tribunales, se mostró sorprendido por el asedio periodístico. Luego de pasar entre cámaras y cronistas sin hacer declaraciones, el profesor subió a un taxi (“yo le presté el dinero”, acotó Hairabedian) y al ver la guardia de prensa frente a la casa donde vivía con su familia antes de la fuga por amor, cambió de idea y se fue a casa de un amigo cuyo nombre se mantiene en reserva. “Ni siquiera atendió por teléfono a su esposa cuando ella lo llamó”, aseguró el abogado.
Entre los que estaban rodeando la casa de los Castro se encontraban los productores del programa de Susana. Al parecer, ellos habían logrado un principio de acuerdo con la esposa del profesor y con su hijo mayor, quien hizo el anuncio a los periodistas. “Están pasando por una mala situación económica”, intentó justificar Hairabedian, quien aclaró: “Parece que ellos habían aceptado el ofrecimiento, pero lo hicieron sin consultar a mi defendido”. El letrado sostuvo que Castro “no quiere hablar en público, por cuestiones éticas, de un tema que debe resolverse en la intimidad”.

 


 

Policías en prisión

El juez de Garantías Eduardo Tubío dispuso que se mantenga la detención de tres cabos
de la Federal, entre ellos el “testigo protegido” Marcelo Hawrylciw, acusados de golpear a un remisero. La novia del policía –un suboficial que ha sufrido atentados luego de haber denunciado casos de corrupción en la fuerza– insinuó que se trata de una conjura en contra de Hawrylciw.
La mujer, Mónica Romero, sostuvo que el remisero Jorge Quiroga “golpeó a los policías con una llave pesada” y que ellos “se defendieron”.
Romero comentó que cuando todos fueron llevados a la comisaría de Villa Corina, el remisero saludó a los policías bonaerenses de turno con mucha familiaridad, dando a entender que podría tratarse de una jugada para perjudicar a su novio. Hawrylciw y los cabos Oscar Valdés y Gustavo Domínguez sigue presos, aunque hoy podrían ser excarcelados, y fueron pasados al “servicio pasivo”, sancionados por la Federal.

 

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