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DOS CIENTIFICOS ANUNCIAN QUE UN BEBE CLONADO NACERA EN 2002
La cuenta regresiva para el clon

Los polémicos especialistas
revelaron sus planes en la
Academia de Ciencias de EE.UU.: clonarán embriones dentro de un mes y los implantarán el próximo año. Rechazo de la comunidad científica.

Antinori y Zavos, dos discutidos especialistas, presentaron sus
planes en Washington.

Por Julian Borger *
Desde Washington

Dos renegados especialistas en fertilidad dieron a conocer ayer sus planes para clonar un embrión humano dentro de un mes y predijeron que el primer bebé clonado en el mundo nacería en año que viene, en un dramático anuncio que causó inquietud y alarma entre la corriente dominante de científicos. Presentado en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos en Washington, el anuncio puso en marcha la cuenta regresiva hacia un momento crucial muy anunciado pero no bienvenido en la historia científica: un experimento desafiante de clonación humana que será llevado a cabo sin la supervisión del gobierno y a pesar de las advertencias sobre las horrendas consecuencias que puede tener para sus conejillos de la India humanos.
Panayiotis Zavos y Severino Antinori anunciaron que dos mil mujeres con problemas de fertilidad se habían presentado como voluntarias para el experimento. De esas voluntarias –dijeron– elegirán una lista de doscientas, incluyendo “tres o cuatro” parejas británicas, a quienes se les implantarán embriones clonados de a diez por vez. El anuncio fue hecho en una conferencia sobre clonación ofrecida por la Academia, donde el plan fue repetidamente denunciado como peligroso e inmoral por el sector mayoritario de la comunidad científica. Advirtieron que podría conducir a incontables abortos espontáneos y al desarrollo de bebes deformes.
“Pienso que es terrible,” dijo Alan Colman, el director de Investigaciones de PPL Therapeutics, una empresa privada con base en Edimburgo que ayudó a preparar el camino para la clonación de la oveja Dolly hace cinco años. Colman dijo que las técnicas de clonación en animales estaban mejorando a través de prueba y error, pero sostuvo que sería inaceptable experimentar en humanos en la misma forma. “Si la pregunta es si vale la pena gastar unos pocos fetos deformados para que el proceso mejore, absolutamente digo que no debería hacerse. Estamos hablando de destruir la salud de un potencial ser humano,” afirmó. Añadió que era imposible monitorear a los embriones antes de la implantación porque muchas anormalidades sólo aparecen es las posteriores etapas del desarrollo.
Zavos, que antes era un investigador en la Universidad de Kentucky pero ahora dirige una organización llamada el Andrology Institute, le quitó importancia a las advertencias. “Cuando se le dice a una mujer que sólo tiene un 22 por ciento de chances de quedar embarazada cuando tiene relaciones sexuales con su marido, ¿va a dejar de tener relaciones?” dijo el ampuloso especialista en fertilidad nacido en Chipre. Sostuvo que espera que la tasa de éxitos en la clonación de embriones humanos esté por encima del 30 por ciento, y por lo tanto más alta que las tasas de éxito con las técnicas de fertilización en vitro.
Ayer, en una entrevista, Zavos dió a conocer los tiempos para los planes de su equipo. Dijo que “dentro de un mes, más o menos” planeaban clonar un embrión removiendo el núcleo de un óvulo humano y reemplazándolo con el ADN tomado de células de un donante vivo. Esto se haría múltiples veces para maximizar las oportunidades de éxito. Los embriones clonados luego se congelarían hasta que se tomara la decisión de implantarlos en el útero de una voluntaria. “Si pasan el monitoreo, tenemos pensado transferir el primer embrión clonado a comienzos de 2002, de manera que para fines de 2002 nacerá el primer bebe humano clonado,” dijo.
Zavos no quiso decir donde pensaba llevar a cabo el experimento: afirmó solamente que no sería en Estados Unidos, donde la Cámara de Representantes votó la semana pasada prohibir toda forma de clonación humana. Le quitó importancia a la especulación que se llevaría a cabo en un barco, diciendo: “Tenemos un montón de lugares preciosos adonde ir”.
El profesor Antinori, un ginecólogo italiano que ganó notoriedad hace cinco años al ayudar a dar a luz a una mujer de 62 años, ha dicho que el experimento se llevaría a cabo en algún lugar del Mediterráneo. En mediode escenas tumultuosas jamás vistas antes en la normalmente tranquila Academia, Antinori y Zavos fueron perseguidos por todos lados por una caterva de cámaras de televisión y reporteros. El ginecólogo italiano aumentó la atmósfera de circo al improvisar una conferencia de prensa junto a los baños de la Academia Nacional, donde denunció al Vaticano por “un ejercicio criminal” en sus esfuerzos por detener las clonaciones, y acusó al Congreso de Estados Unidos por tratar de retrotraer al mundo a “la era oscura”. En otro momento, un activista cristiano, el reverendo Pat Mahoney persiguió a Zavos por los pasillos de la Academia tildándolo de “desgracia” y una “vergÜenza para la humanidad”. Zavos dijo: “Nos llaman científicos locos, lo que por supuesto no somos.”
La conferencia de ayer fue convocada para confrontar a los grupos que planean experimentos de clonación humana con los peligros ya revelados por la clonación animal. Por momentos, los moderadores lucharon por mantener el orden mientras los posibles clonadores denunciaban a los gritos a sus críticos. En un punto, Zavos señaló a los científicos que se le oponían y los acusó de exagerar deliberadamente las dificultades en la clonación. “Predicamos que nuestra copa está medio llena. Ustedes predican que nuestra copa está media vacía, pero nosotros no aceptamos eso. Nosotros no creemos en un mundo perfecto, ustedes si,” les dijo. Sin embargo, Zavos y Antinori parecen determinados a seguir adelante.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère

 

Una pareja cambió de idea

El matrimonio estadounidense que financiaba la actividad del laboratorio Clonaid –vinculado con la secta de los raelianos–, con la esperanza de obtener un clon de su pequeño hijo muerto, renunció, por el momento, a que los científicos continúen con el experimento, debido a la repercusión que tuvo su historia en los medios de comunicación.
Mark Hunt y su esposa acababan de pasar por la dolorosa experiencia de la muerte de su hijo, un bebé de 10 meses que sufría de una malformación cardíaca, cuando decidieron patrocinar a Clonaid, un laboratorio secreto instalado en Virginia por la química francesa Brigitte Boisselier. “Era una gran aventura, pero guardamos el secreto, porque su trascendencia mediática lo habría puesto en peligro”, declaró Hunt al periódico SundayGazette Mail en su última edición dominical.
El matrimonio llegó a invertir medio millón de dólares en Clonaid, con la esperanza de “trascender el gran abismo de la muerte y traer a nuestro bebé de vuelta a casa”, explicó Mark. Pero se sintieron frustrados por la actitud de Boisselier, que “se sentía una vedette de la prensa”. A pesar de su renuncia, Hunt manifestó a ese diario que continúa apoyando la clonación.

 

El excéntrico Antinori

En el ámbito de la ginecología y la reproducción humana, el nombre de Severino Antinori ya es sinónimo de escándalo: mucho antes de sacudir a sus colegas con su enconada defensa de la clonación, este médico italiano, nacido hace 56 años en Civitella del Tronto, ingresó en el libro Guinness de la mano de Rosanna Della Corte, de 63 años, que se sometió a un tratamiento de fecundación in vitro en su clínica y que se convirtió, en 1994, en la madre más anciana del planeta.
Antinori, médico ginecólogo especializado en fecundación artificial, dirige junto con su esposa –la bióloga Caterina Versaci– el Centro de Investigación Asociada para la Reproducción Asistida, ubicado en Roma. A pesar de los sucesivos ataques que ha sufrido de parte de la Iglesia, que considera que Antinori “quiere imitar a Hitler” clonando humanos, el médico suele definirse como “un creyente” y un “aliado de la Santa Sede en defensa de la vida”, manifestándose en contra del aborto.
El “partero de las abuelas”, como irónicamente se lo llama a Antinori en Italia, se ha ganado la reprobación general de la comunidad científica con su insistencia sobre la idea de clonar humanos. En marzo de este año, el ginecólogo anunció que clonaría 50 bebés de Israel, aunque no cumplió con su promesa porque en ese país la clonación está prohibida. Para este médico, clonar al ser humano no implica hacer “bebés en fotocopia”, sino “llevar la felicidad a miles de parejas”.

 

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