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“No hubo gran crecimiento de la
protesta, creció la coordinación”

El Gobierno, con Mestre a la cabeza, le bajó el precio a la movilización en forma pública. En privado reconocen el peso de su organización. Aseguran que la clase media no los acepta.

Ramón Mestre, ministro del Interior, optó por un tono mesurado para hacer el balance de la protesta.

Por José Natanson

“Hay una unificación de diferentes cortes, que antes se habían dado por separado. El fenómeno es la coordinación, no un gran crecimiento de la protesta”, así evaluaba ayer una alta fuente del Gobierno la segunda jornada de cortes de ruta en todo el país. Igual, el funcionario admitía que el impacto fue mayor porque, esta vez, los cortes se unieron a un paro de la CTA y una manifestación a la Plaza de Mayo, cuya asistencia fue estimada en 12 mil personas por el ministro del Interior, Ramón Mestre. Hoy, como parte de una estrategia para disuadir el piquetazo previsto para la semana que viene, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, difundirá una serie de denuncias sobre supuestas presiones a los beneficiarios de los planes Trabajar para que se unan a los reclamos.
El análisis que hizo el Gobierno sobre los dos capítulos de la protesta –el de la semana anterior, de 24 horas, y el de 48 horas que terminó ayer– fue similar: con matices, los funcionarios minimizaron la asistencia a los cortes de ruta y aseguraron que su impacto mediático está sobredimensionado. Al mismo tiempo, en la Rosada destacaron el carácter pacífico de las protestas y la convivencia con los piqueteros, que permitieron abrir rutas alternativas, y a los que reconocen como un nuevo interlocutor alternativo a los sindicatos tradicionales.
Claro que ayer fue distinto. En primer lugar, porque los cortes duraron dos días, lo que encendió la alarma ante las dificultades que podrían producir los cortes nocturnos. Anoche, Mestre informó que la protesta fue pacífica, que hubo 4 interrupciones “parciales” y 14 cortes “totales”: uno en Buenos Aires, tres en Chaco, uno en Córdoba, uno en Formosa, tres en Jujuy, uno en Misiones, dos en Neuquén, uno en Río Negro y uno en Santa Fe. Según la versión oficial, se habría registrado una disminución de la protesta ya que el día anterior, con exactitud de relojero, Interior había calculado 27 cortes totales con 8586 personas.
Pero lo central fue que la protesta de ayer estuvo acompañada por un paro convocado por la CTA y por una movilización a la Plaza de Mayo. Lejos de las estimaciones de los piqueteros, que hablaron de 50.000 personas, Mestre volvió a bajarle el precio: dijo que la concentración se limitó a 12 mil asistentes.
Para el titular de Interior, fue “un hecho importante y positivo” que la protesta se haya desarrollado “sin incidentes y que los argentinos “sepamos convivir y respetarnos mutuamente”. De todos modos, Mestre machacó con aquello de que los problemas “no se van a solucionar ni con paros o movilizaciones sino que lo vamos a hacer trabajando y tratando de resolver el conjunto de la sociedad argentina los males que padecemos”.
Más allá de las declaraciones, al final del día en el Gobierno hacían un análisis más político sobre el alcance de la protesta. “La clave es que no lograron sumar masivamente a la clase media”, decía un ministro que siguió de cerca la marcha de los piquetes. Un razonamiento que difiere bastante del de los dirigentes sociales (ver páginas 2 y 3). “Hubo algunos sectores que se unieron a la protesta: universitarios, los trabajadores del Estado, los docentes, pero no fue masivo. Los piquetes siguen siendo monopolio de los desocupados, de activistas sociales y de los militantes de los partidos de izquierda”, explicaba una fuente de la Rosada, que señalaba la unificación de los cortes que hasta el momento se habían concretado por separado como la principal característica del movimiento piquetero.
La conclusión, entonces, es que el impacto de la segunda jornada de protesta fue mayor, gracias al paro de la CTA y la movilización a la Plaza de Mayo, pero que la asistencia a los cortes fue menor. “Les va a costar sostenerlos la semana que viene”, aseguraba un funcionario del Ministerio de Trabajo en referencia a la protesta de 72 horas convocada para el próximo martes.

 

Bullrich va por más

La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, ofrecerá hoy un informe en el que detallará supuestas presiones a beneficiarios de planes Trabajar para que se unan a la protesta. “La ministra dará datos específicos respecto de las denuncias, los lugares donde los proyectos no pudieron realizarse por ausencia de trabajadores y las medidas que ejecutará el ministerio ante la Justicia”, aseguró la directora nacional de Inspección Federal del Trabajo, Silvina La Ruffa, que se ocupó de coordinar a los 485 auditores del Ministerio. Sin embargo, una alta fuente del Gobierno criticó la decisión de Bullrich: según dijo, los inspectores fueron directamente a los lugares (como La Matanza o Neuquén) en donde se suponía que podía haber presiones. “No fue una encuesta, fue un análisis muy sesgado que abarcó a sólo el 4 por ciento de los 100 mil beneficiarios”, aseguró.

 

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