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El Banco Central quiere liberar
también otro socorro financiero

Roque Maccarone está
negociando con un grupo de bancos extranjeros un crédito de hasta 3000 millones de dólares, operación que estaba ya pactada como un seguro contra corridas. Sigue la caída de depósitos.

Roque Maccarone, presidente del BCRA. Quiere más dólares para las reservas y así mejorar el clima.

Por Claudio Zlotnik

La ayuda extraordinaria del Fondo Monetario no es el único salvataje que por estas horas negocian Domingo Cavallo y su equipo. Desde el Banco Central, además, acelera la instrumentación de la línea de crédito acordada con un club de bancos extranjeros para utilizarla en casos de emergencia, como el que en la actualidad transita el sistema financiero. La intención de Roque Maccarone es reconstituir las reservas del Banco Central, que sólo en el último mes cayeron 5600 millones. Si bien en la denominada “línea repo” se contemplan 4500 millones de dólares, se utilizarían sólo entre 2500 y 3000 millones, que se sumarán al aporte que haga el FMI con el fin exclusivo de aumentar las reservas y fortalecer al sistema. En definitiva, la apuesta del ministro pasa por mostrar que tiene fondos frescos a disposición para de esa manera recrear la confianza entre los inversores y detener, entonces, la fuga de depósitos.
Esa huida se ha convertido en la clave de la crisis. Más que la Bolsa, en donde las acciones ayer subieron 3,9 por ciento. Y más que el riesgo país, que ayer retrocedió 82 puntos para ubicarse en 1490. En el período que va del 4 de julio al 6 de agosto, las colocaciones bajaron 7985 millones, el 9,4 por ciento del total. Además, existe mucha preocupación tanto en los bancos como en el Palacio de Hacienda porque el drenaje se aceleró en los primeros días de agosto. En los primeros cuatro días hábiles del mes, se fueron del sistema financiero 1887 millones, a razón de 470 millones diarios. Aun cuando en el medio transcurrió la visita John Taylor, el amigo americano que aterrizó en Ezeiza con promesa de buenas noticias.
En la city se esperanzan con que la fuga de depósitos se detenga no bien se anuncie el nuevo acuerdo con el Fondo y se active el crédito especial con el grupo de bancos extranjeros. Mientras tanto, los banqueros se entusiasmaban anoche con el primer dato financiero positivo que escucharon en muchos días: anteayer, las reservas del Central habrían aumentado en 320 millones. De constatarse con los números oficiales que se difundirán esta tarde, esa mejora estaría indicando que ese día no hubo retiro de depósitos. Distinto fue lo que sucedió ayer, con las AFJP sacando del sistema 250 millones para cumplir con la suscripción de un fideicomiso para financiar al Gobierno.
Anoche, en Economía pensaban que existen motivos para ilusionarse con el fin de la crisis. Cerca de Cavallo creen que si se demuestra que efectivamente hay apoyo internacional y ese respaldo se traduce en una mayor dosis de solvencia del sistema financiero, sería posible detener la fuga y dar vuelta la tendencia. La estrategia elegida fue recomponer las reservas del BC a través de dos mecanismos: un aporte del Fondo y el crédito contingente de los bancos. Esa línea tiene la siguientes características:
Tiene a disposición 4500 millones de dólares. Hace poco más de un año contaba con 7000 millones, pero hubo bancos que se retiraron cuando se venció el contrato que habían firmado con el Central porque no quisieron tener en sus carteras “riesgo argentino”.
De aquel total, 1000 millones serán aportados por el Banco Mundial y el BID.
El resto, entre los bancos JP Morgan Chase, Societé Generale, Deutsche, Dresdner, UBS, Lehman, HSBC, Tokio Mitsubishi, ING, Paribás, Crédit Agricole y Citibank. Los aportes no son homogéneos y dependen del contrato rubricado por cada entidad con el Banco Central.
Para que los fondos estén disponibles, el BC debe abonar una “prima” del 0,35 por ciento anual sobre los montos comprometidos. Este año, por ejemplo, debió abonar 16 millones.
La tasa de interés que paga el Estado por los fondos recibidos es muy barata: del 6,5 por ciento anual.
Además, el Central debe entregar títulos públicos en garantía. Pero no cualquiera sino algunos que están dispuestos en una canasta. * El Central hubiese querido utilizar toda la línea del crédito. Pero hubo una razón que lo impidió: la escasa predisposición de bancos que en su mayoría ni siquiera tienen sucursales en la Argentina a aumentar su exposición en el riesgo del país. Frente a la posibilidad de que las entidades salieran a vender títulos al mercado no bien recibiesen aquellos que el Central les daría como garantía del préstamo, Maccarone desistió de incrementar el monto la operación. Incluso se pidió a la Reserva Federal para que, informalmente, sugiera a las entidades americanas que no especulen con esos bonos.

 

Proyecto para tranquilizar

Mientras en Economía y en el Banco Central buscan tranquilizar a los ahorristas adelantando que Argentina recibiría un paquete financiero adicional, legisladores de diferentes bancadas se lanzaron también a presentar proyectos de ley para preservar el patrimonio de los inversores.
En línea con la actitud asumida por varios diputados nacionales, el vicepresidente primero de la Legislatura porteña, Jorge Enríquez (UCR), anticipó que en compañía de otros legisladores presentará hoy un proyecto de declaración con el objetivo de generar tranquilidad entre los ahorristas del sistema financiero. Tanta preocupación se entiende porque en los últimos treinta días fugaron unos 7000 millones de los bancos, sin discriminar si se trata de grandes o pequeños, nacional o extranjero. La iniciativa que se elevará a la Legislatura porteña, solicita al Gobierno que “dicte las normas necesarias para que los depósitos a plazo fijo, en cuentas corrientes y/o cajas de ahorro, no sean utilizados por el Poder Ejecutivo, ni canjeados por títulos de la deuda pública, ni por cualquier otro activo”.

 

Encuesta default

Mientras Argentina busca convencer a los mercados sobre su solvencia, varios expertos en deuda emergente prevén que la probabilidad de que el país no cumpla los pagos de su deuda en 2001 es de 45 por ciento. Esa es, en promedio, la estimación de analistas y operadores de deuda emergente de Nueva York de la posibilidad de que Argentina incumpla con los pagos de sus obligaciones o reestructure forzosamente su deuda pública, según un sondeo de Reuters. En promedio, los encuestados de firmas con sede en Argentina dijeron que la probabilidad de incumplimiento es de 23 por ciento. Los de Estados Unidos, en promedio, prevén una probabilidad de 50 por ciento. La estimación de la probabilidad de un incumplimiento se reduce a 44 por ciento para la primera mitad de 2002, y a 38 por ciento en la segunda mitad del próximo año, según la encuesta, realizada entre 30 estrategas de mercados emergentes, administradores de fondos y economistas con sede en Estados Unidos y en Buenos Aires. El sondeo, realizado entre el 3 y el 8 de agosto, incluyó a 12 administradores de fondos en Estados Unidos, 12 estrategas y economistas de Estados Unidos, y 6 economistas y banqueros con sede en Buenos Aires. Los consultados dijeron que el único as en la manga que permitiría reducir significativamente esas probabilidades, es el crédito adicional del FMI.

 

INFORME DEL FONDO MONETARIO
“Contagio limitado”

Una mayor evidencia de la desaceleración de la economía global ha incrementado los riesgos de declive económico para los mercados emergentes y ha cubierto el panorama para los próximos meses con un velo de incertidumbre, dijo ayer el Fondo Monetario Internacional. Tan “alentadora” perspectiva fue difundida por el organismo que, por ahora, se resiste a otorgar una asistencia adicional a la Argentina para evitar su colapso.
Con Argentina tambaleándose al borde de la crisis y Brasil preparado a firmar un acuerdo de 15.000 millones de dólares para protegerse del contagio de la situación en su vecino, la más reciente evaluación “Financiación en los Mercados Emergentes”, que publica cada trimestre el FMI, es lúgubre. “Una confirmación cada vez mayor de la desaceleración global y preocupaciones más serias del potencial de los eventos crediticios para los mercados emergentes desde el trimestre pasado (de enero a marzo) han aumentado los riesgos de declive”, indicó el informe.
Para el FMI, estas débiles predicciones están condicionadas a que el panorama global no se deteriore más, a que no haya una profundización de la crisis en las economías emergentes como Argentina y que los mercados de acciones mantengan sus actuales valoraciones, que aún son altas de acuerdo a los estándares históricos. “Los fundamentos internos y la calidad de crédito percibida de los mercados emergentes se deterioró drásticamente (en el segundo trimestre) y las preocupaciones por eventos crediticios dominaron algunos mercados emergentes clave”, indicó el informe.
“Estos factores, junto con los vínculos entre los mercados emergentes y la magnitud del contagio, y los temores de contagio futuro probablemente serán los determinantes clave del panorama de los mercados emergentes en los próximos meses”, indicó el FMI. Aunque los problemas en Argentina y Turquía han causado cierto contagio, especialmente en Brasil, el FMI dijo que tales efectos dominó hasta la fecha han sido limitados. Sin embargo, advirtió de que “persiste el potencial para un contagio de base más amplia”. “Hasta el momento no ha ocurrido un evento crediticio o una crisis de “grandes proporciones” en alguno de los mercados emergentes clave”, señaló el Fondo. Sin embargo, aunque Brasil sufrió en el segundo trimestre del contagio de su vecino, Argentina, otros mercados emergentes, especialmente México y Rusia, actuaron como refugios para los inversores.

 

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