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Un obispo calificó a un pueblo como �la capital del aborto�

Ocurrió en Catamarca. El obispo Elmer Miani, que ya impulsó una cruzada por la educación religiosa en las escuelas públicas, criticó un programa de planificación familiar en Recreo que incluía la entrega gratuita de DIU.

El obispo Elmer Miani se lanzó duro contra la ciudad de Recreo, en el interior provincial.

La Iglesia de Catamarca volvió a la carga. Fiel al estilo exhibido en los últimos meses, el obispo Elmer Osmar Miani criticó un programa de planificación familiar implantado en Recreo, uno pueblo ubicado a 200 kilómetros de la ciudad. “Es la capital provincial del aborto”, soltó el obispo cuando supo que desde el hospital local entregarían gratis dispositivos intrauterinos (DIU) para bajar los índices de embarazos adolescentes y abortos clandestinos entre mujeres de los grupos en riesgo.
“No sé cómo se hace en las ciudades, pero no puede ser que en el interior no tengamos derecho a tratar este tipo de problemas”, replicaba anoche la concejal autora del proyecto promulgado el año pasado en el pueblo. Silvia Sanddander es médica pediatra y fue quien se encargó de convencer a sus únicos cuatro compañeros del Concejo sobre la alarmante situación de Recreo. “En el pueblo han aumentado los embarazos entre las adolescentes, pero sobre todo los abortos clandestinos –explicó a este diario–: Y yo estoy en contra del aborto, para no llegar a ver los fetos en canastos hay que planificar la familia”.
El año pasado, antes de la sanción de la ordenanza 627/00, Sanddander consultó a profesionales del Hospital Liborio Forte, el único del lugar, para ver cómo llevar adelante un programa en una sociedad donde “no existe el problema de la droga, pero el alcoholismo está instalado como cuestión cultural y desestructura las familias”. La falta de educación sexual y planificación familiar en la escuela “hicieron del aborto una constante”, explicó. La franja más expuesta son las adolescentes, que terminan con serios riesgos de muerte.
En ese marco, el DIU pareció la opción más económica y efectiva, y se pensó la ordenanza que obliga al Ejecutivo a disponer una partida para comprar los DIU, que deberían repartirse desde el hospital con el consentimiento de las madres.
Pero aunque esto aún no se concretó por falta de fondos, fue interpretado como una provocación para el obispo, que ya fue noticia en los últimos tiempos por su cruzada a favor de la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas de la provincia. Esta vez, Miani conoció el tema por la publicación en los diarios. Cuando lo supo, lo consideró “un crimen y lo voy a fustigar –advirtió– tanto acá como cuando vaya a esa ciudad”. Aunque la concejal explicó que el DIU es un método anticonceptivo y los especialistas coinciden en explicar que no es abortivo, Miami lo consideró como tal, haciéndose eco de la postura tradicional de la Iglesia. “La práctica abortiva está penada por la ley y se debe castigar en los estrados judiciales”, les recordó a todos los habitantes de Recreo, que a esa altura comenzaban a sospechar que la ordenanza, ahora sí, jamás se pondría en marcha.
“Acá la Iglesia pega dos gritos y todo el mundo se achica: yo no manejo números sino realidades”, se desesperaba anoche Sanddander mientras pedía un debate en el Parlamento provincial. Aunque desde el comienzo, la concejal recibió el apoyo de unas 150 mujeres que firmaron un petitorio dirigido al presidente del Concejo, su esperanza estaba casi perdida.
De todos modos, el poco entusiasmo del intendente Angel Lazarte en el tema fue anterior a las presiones de la Iglesia. Hasta ahora no se compraron los dispositivos –le explicó a este diario– porque en la comuna no hay dinero. Pero además, sostuvo: “Todo eso que están diciendo de los abortos es una exorbitancia, una barbaridad que sacaron en los diarios”.
–¿Entonces no aumentó este tipo de abortos en su pueblo?
–¿Abortos acá? Creo que no hubo uno. Que yo haya escuchado, no hay ninguno.

 

La Ley Antidiscriminatoria

“¿Qué hacer con las actividades pacíficas y de propaganda de los grupos nazis? Todo ataque a la libre expresión de las ideas conlleva el peligro de lesionar los derechos de distintos sectores de la sociedad. Debemos defender el derecho a que se opine de un modo diferente, aunque sean nazis. El límite es, precisamente, que estas opiniones no sean apología del delito, incitación a la violencia basada en una supuesta supremacía racial”. Esto es parte del planteo medular del libro La Ley Antidiscriminatoria, del abogado Pablo Slonimsqui (a la derecha en la foto) quien, junto a Pablo Jacoby, es el letrado en la Argentina del Centro Simón Wiesenthal, que encabeza el famoso cazador de nazis.

 

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