Ya no hay vuelta atrás:
el premier israelí Ariel Sharon dijo ayer, en el contexto de una
visita a Turquía, que llamó en la noche del martes al secretario
de Estado norteamericano Colin Powell y le expresó su rechazo
categórico a la idea de recibir observadores internacionales
para monitorear el conflicto israelo-palestino. Sharon también
dijo que Yasser Arafat tiene que decidir si quiere estar a la cabeza
de un Estado independiente y actuar en consecuencia, o si desea estar
a la cabeza de una banda de asesinos. Las declaraciones del primer
ministro se produjeron en medio de otro día de violencia, en que
un palestino murió en el coche bomba que hizo estallar frente a
un retén de Israel, uno de cuyos soldados recibió heridas
leves.
El rechazo israelí a los observadores se debe al temor de Jerusalén
de que su presencia sólo sirva para amplificar las demandas palestinas.
Por esa misma razón los palestinos insisten en los observadores.
Brevemente, y tras la demanda en ese sentido del G8, pareció que
los palestinos iban a tener éxito, pero el reclamo sólo
produjo indiferencia en un país donde un 70 por ciento de los israelíes
aprueba la campaña de asesinatos selectivos llevada a cabo por
Sharon para contrarrestar los atentados terroristas suicidas. Sharon también
esquivó ayer las demandas de distensión del primer ministro
turco Bulent Ecevit, pero añadió que Israel quiere
reanudar lo antes posible el proceso de paz. Y afirmó: Estamos
comprometidos con la paz, y yo estoy dispuesto a hacer concesiones dolorosas
para alcanzarla, pero no haré ninguna en lo que respecta a la seguridad
de los habitantes de Israel.
Mientras tanto, otro palestino, del grupo integrista Hamas, murió
por la mañana al activar los explosivos que llevaba en una furgoneta
bomba que estalló cerca del control de carreteras del Ejército
israelí en el cruce de Bekaot, en el valle del Jordán de
Cisjordania. Los soldados israelíes que había en el lugar
se alejaron al ver llegar el vehículo porque sospecharon, por lo
que sólo uno de ellos resultó herido leve. Otros dos soldados
israelíes resultaron heridos al estallar a primeras horas de la
tarde una carga explosiva que colocaron palestinos en una carretera que
conduce al monte Eival, también en el distrito de Nablus del norte
de Cisjordania.
En represalia a este último incidente, helicópteros del
Ejército israelí dispararon a media tarde cuatro cohetes
contra una posición de la Fuerza 17 la guardia
presidencial que protege a Arafat, junto al citado monte Eival de
Cisjordania. A primeras horas de la mañana, el Ejército
israelí había bombardeado y destruido otra posición
de la Fuerza 17 y una de los servicios secretos militares
palestinos en la localidad de Salfit, también en el distrito de
Nablus. Esta vez en respuesta a la muerte del israelí Zohar Shurgui
por los disparos de palestinos junto al asentamiento judío de Ariel,
en la noche del martes. Algunas horas antes, el Ejército israelí
disparó cinco cohetes antitanque contra una posición de
los servicios secretos palestinos en el distrito cisjordano de Jericó.
EL
ELN ACUSA DE MENTIROSO AL PRESIDENTE
Pastrana tiene quien le escriba
La respuesta no se hizo esperar.
No mienta presidente se tituló el comunicado con que
el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia contestó
a la suspensión de las negociaciones anunciada anteayer por Andrés
Pastrana. Desde la clandestinidad, el ELN contraatacó desmintiendo
los argumentos oficiales y reveló que esperarán al próximo
gobernante para reanudar las conversaciones de paz. El alto comisionado
para la paz del Gobierno colombiano, Camilo Gómez, tampoco se quedó
atrás: advirtió que los jefes del ELN podrán ser
arrestados tras la suspensión del diálogo. Mientras tanto,
Pastrana recibió dos respaldos: desde Estados Unidos lo entendieron
y apoyaron y desde el Ejército dijeron estar listos para responder
a una ofensiva de la guerrilla.
El escenario que se abre es incierto, pero ya hay varios pronósticos;
uno de ellos, a cargo de diversos dirigentes políticos y empresarios,
es que el ELN desatará una nueva ola de atentados dinamiteros contra
la infraestructura energética y vial del país que
son sus blancos habituales y que emprenderá una campaña
de secuestros masivos y selectivos. El Ejército no tardó
en salir al cruce ante esa posibilidad. El jefe de las Fuerzas Armadas
colombianas, el general Fernando Tapias, dijo que las tropas están
preparadas para repeler cualquier ataque rebelde. El ELN hizo sus propias
evaluaciones sobre la coyuntura: Pastrana, amangualado (aliado)
con la extrema derecha, ha desaprovechado la oportunidad que le dio la
nación para liderar una política de paz. El ELN confía
en que el próximo gobernante de los colombianos se coloque a la
altura del momento histórico y entienda que la paz, más
que retórica o publicidad, es estatura política y vocación
de patria. Antonio García, jefe militar del grupo, fue quien
leyó las declaraciones tras negar divisiones al interior del ELN,
como lo sugirió el alto comisionado para la paz del gobierno, Camilo
Gómez. La respuesta del ELN fue un detallado informe de lo que
considera sus muestras unilaterales de buena voluntad, recordando la liberación
sin contraprestaciones de militares y policías.
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