Por Suzanne Goldenberg
*
Desde
Jerusalén
A las 2 PM, en una deslumbrante
tarde de calor, Anat Amar sentó a sus cuatro chicos a la mesa de
un restaurante en el corazón de la ciudad para disfrutar de una
comida. Apenas empecé a cortar la pizza, escuché un
boom gigantesco y llamas anaranjadas atravesaron el aire,
dijo. Era un atentado suicida, una explosión repleta de clavos
que hizo temblar la tierra, mató a 18 israelíes e hirió
a más de 130, en el ataque más mortífero que se registra
en Jerusalén en cinco años. Al menos seis de los muertos
en el atentado contra la pizzería Sbarro fueron niños y
había varios bebés entre los heridos.
Gafnit, la hija de tres años de la señora Amar, fue disparada
por el aire y aterrizó en una confusión de sillas y vidrios
rotos a la entrada del lugar. Noam, de seis años, Hagai, de ocho,
y Eliad, de 11, recibieron el impacto de astillas de vidrio y restos metálicos
del artefacto explosivo. Sabía que era una bomba, dijo
Hagai desde su camita en el hospital Bikur Cholim de Jerusalén.
Escuché la bomba, vi chispazos de fuego en el aire y me asusté.
Los doctores dicen que tengo metal en mis manos. Entonces la niña
fue llevada al quirófano.
Al mismo tiempo que la familia Amar y tantas otras entraban
a Sbarro, Chaviv Avrahami se sentaba ante su almuerzo dentro de su zapatería
en la calle Jaffa, a unos pocos metros. Escuché una tremenda
explosión que me dio vuelta en el aire y me hizo caer a un metro
de distancia -dijo. Supe de inmediato que era un ataque con bomba,
y que era catastrófico. Corrió hacia la calle y se
encontró en medio de una escena de carnicería: cuerpos que
habían sido lanzados a través de las ventanas yacían
desparramados en una calle llena de pedazos de pizza, cajas de cartón,
vidrios rotos, y sangre. Había gente, bebés, arrojados
a través de la ventana y cubiertos de sangre. Toda la calle estaba
cubierta de cuerpos: los muertos y los agonizantes, relató.
Naor Shara, un soldado que pasaba por allí en el momento de la
explosión, dijo que lo peor que vi, que pienso que no se
me va a olvidar por el resto de mi vida, fue un bebé sentado en
su cochecito y que estaba muerto. Después de la explosión,
la madre del bebé salió del comercio y empezó a aullar
histéricamente.
Mientras los empleados de las ambulancias empezaban a evacuar cuerpos
cubiertos por plástico negro algunos de ellos lastimosamente
pequeños, muchedumbres furiosas se apiñaban contra
las barricadas cantando los slogans de odio que se han vuelto un ritual
después de los ataques con bombas. ¡Muerte a los árabes!
gritaban, ¡Guerra, guerra, queremos guerra. Varios
palestinos, residentes en Jerusalén Oriental (árabe), fueron
apaleados por muchedumbres cerca del lugar de la explosión y en
las afueras de la ciudad.
El ataque de ayer, eclipsado en 11 meses de levantamiento palestino sólo
por la bomba contra una discoteca de Tel Aviv que mató a 22 personas
en junio, fue inicialmente reivindicado por Jihad Islámica. Sin
embargo, el grupo islamista más fuerte, Hamas, también se
atribuyó la responsabilidad horas después. Ariel Sharon,
el primer ministro de línea dura, no respondió después
del ataque de Tel Aviv, pero la escala de la masacre de ayer y el lugar
en que ocurrió, en la esquina más transitada de Jerusalén
Occidental (judía) parecen garantizar una respuesta rápida
y feroz. El gobierno tomará la decisión necesaria
para proteger a nuestros ciudadanos. Tenemos todo el derecho de actuar
para defender a nuestros ciudadanos, dijo un funcionario israelí.
Hubo reivindicaciones rivales del ataque. Jihad Islámica dijo que
el atacante suicida era Hussein Omar Abu Amsha, de 23 años, proveniente
de la ciudad de Jenin en Cisjordania, que ha producido varios de los 16
kamikazes de este levantamiento. Horas más tarde, Hamas identificó
al atacante como Izz el-Din al-Masri, también de 23 años
y del área de Jenin.Hamas distribuyó también la foto
standard posataque de un joven de barba sosteniendo un rifle de asalto
M-16 y un ejemplar del Corán.
Las fuerzas de seguridad israelíes habían estado temiendo
un ataque horrible en represalia por una política de asesinatos
que la semana pasada llegó a la dirección de Hamas, cuando
misiles guiados israelíes mataron a dos de los principales líderes
de la organización en la ciudad cisjordana de Nablus. Ese ataque
excitó demandas de venganza entre los palestinos, y parece haber
incentivado los esfuerzos para unir a los grupos islamistas como Jihad
y Hamas con el movimiento Fatah de Arafat bajo un comando militar conjunto.
En los últimos días, la policía desbarató
ataques en Jerusalén y otras ciudades israelíes casi a diario,
pero el atacante suicida de ayer logró hacer su marca golpeando
en la esquina más transitada de Jerusalén a la hora más
concurrida del día.
Mientras la policía acordonaba el lugar del ataque, equipos de
rescate comenzaban a extraer trozos de carne humana de los restos de la
explosión y a apartar del lugar sillas de ruedas abandonadas en
el medio de la esquina. Voluntarios judíos ortodoxos se unieron
a la busca de partes humanas, no importaba lo pequeñas que fueran,
necesarias para los entierros judíos en regla. Delante de los comercios
en la calle Jaffa, los temblorosos empleados de Sbarro, algunos de ellos
poco más que adolescentes, y todavía en sus delantales rojos,
se abrazaban mutuamente y sollozaban. Varios de los empleados de la caja
estaban entre los muertos. Una mujer de mediana edad, con la cara y los
brazos salpicados de sangre, se apoyaba sobre el frente de un comercio,
aullando incontrolablemente. Familiares aterrorizados, algunos llorando,
cercaban los hospitales de Jerusalén, a la busca de los heridos
y de los muertos. En el hospital Bikur Cholim, a poca distancia del lugar
de la explosión, Ben Zion Sedyveschuurder, de 21 años, daba
la autorización para operar a sus hermanitas de 10 años
de edad, Lea y Chaya. No sé qué ha pasado con mis
padres decía. El teléfono celular de mi padre
no contesta.
Desde la Franja de Gaza, un Hamas exultante afirmaba que el ataque suicida
de ayer no era más que una retribución. Creo que ésta
fue la represalia del pueblo palestino por los ataques terroristas sionistas
-dijo Abdel Aziz Rantissi. Tienen que entender que la sangre de
nuestro pueblo no es barata. Tampoco hubo expresiones de simpatía
con las víctimas por parte de la Autoridad Palestina de Yasser
Arafat, que no condenó el ataque de inmediato. El primer
ministro israelí es plenamente responsable de lo ocurrido dijo
Nabil Abu Rudeina. Los asesinatos, las muertes y el terrorismo que
ha practicado y escalado en semanas recientes llevaron a este resultado.
Fue sólo después de que George W. Bush exigiera una condena
a la violencia que Arafat hizo lo propio.
Sharon ha culpado repetidas veces a Arafat por no impedir las acciones
de Hamas y Jihad Islámica, afirmando que la negativa palestina
a controlar a estos grupos no le deja más recurso que asesinar
a sus militantes antes de que estos puedan poner sus bombas. Pese a todos
los llamados internacionales a la moderación, Sharon se encuentra
bajo tremendas presiones de su propia gente para golpear duro contra los
palestinos. Muchos de los muertos y heridos de ayer parecen ser judíos
ortodoxos, un sector que tradicionalmente respalda una línea dura
contra los palestinos. Incluso antes del ataque de ayer, Sharon reafirmaba
su negativa a negociar bajo fuego palestino, y los que estaban vacilando
dentro de su gobierno de unidad nacional volverán a la firmeza
inicial por obra del horroroso ataque. Anoche, la televisión israelí
transmitía escenas conmovedoras de familias heridas separadas y
llevadas a distintos hospitales, con las madres hablando con sus hijos
por vía satélite.
Todo esto va a incidir en la respuesta de Sharon. El primer ministro
tiene que despertarse y hacer algo decía Chaya Mizrahi, que
debió ser tratada por conmoción. Hay ataques en todas
partes. Ya no puedo creer lo que está ocurriendo.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Parte de guerra
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Un terrorista palestino
suicida hizo explotar una bomba muy potente en un restaurante en el
centro de Jerusalén, en pleno mediodía. El saldo provisorio
es de 18 muertos, entre ellos seis niños, y 90 heridos. Se
trata del mayor atentado cometido en la Ciudad Santa en los últimos
cinco años y del peor desde el atentado suicida frente a una
discoteca en Tel Aviv, el 1 de junio pasado, que provocó 21
muertos.
El minigabinete de seguridad
israelí, compuesto por el premier Ariel Sharon, el canciller
Shimon Peres y el ministro de Defensa Benjamin Ben Eliezer, aprobó
una respuesta armada al atentado, con el voto en contra
de Peres. La resolución debía ser aprobada aún
por el gabinete de seguridad israelí en pleno.
Fuentes del gobierno
israelí aseguraron que la respuesta podría parecerse
a la operación de envergadura que el Ejército había
propuesto luego del atentado de Tel Aviv y que fue desechada por
las negociaciones que llevaron a la declaración de un cese
del fuego que a la larga nunca existió.
La comunidad internacional
condenó el atentado. El presidente norteamericano George
Bush exigió al líder palestino Yasser Arafat que condene
enérgicamente el hecho, mientras su secretario de Estado,
Colin Powell, llamó a Arafat y a Sharon para pedir, sobre
todo al segundo, moderación. Después del
silencio inicial Arafat finalmente condenó el atentado.
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SUHAIL AKEL,
PALESTINO
La culpa es de Sharon
Sharon es el culpable de que el proyecto de paz esé
deteriorado, afirmó el embajador de la Autoridad Palestina,
Suhail Akel, después del ataque a Israel.
Ustedes critican los asesinatos selectivos; ¿no critican
este asesinato indiscriminado?
Los asesinatos son todos indiscriminados, yo no escuché
nunca que los israelíes repudiaran ningún asesinato
contra palestinos. El presidente Arafat ha condenado no sólo
éste, sino todos los atentados terroristas. En cambio los
israelíes justifican sus acciones terroristas. ¿Cuál
es el derecho que le asiste a Israel a entrar a suelo ajeno y bombardear?
En la medida que por un lado se condena y por otro se avala, se
está jugando con fuego. No nos agrada tener que ver estas
lamentables escenas en Jerusalén, tampoco las lamentables
escenas que se vivieron en Tulkarem hoy a la mañana. No hay
diferencia en el dolor de la gente.
¿Qué representa el hecho que el atentado se
consume cuando Arafat estaba por reunirse con los grupos extremistas
de Jihad Islámica y Hamas para formar un gobierno de unidad?,
¿significaría un aval al terrorismo?
Acá no se trata de un gobierno de unidad, nosotros
decimos que es legítimo que todos los palestinos defiendan
el territorio palestino. No estamos de acuerdo con los objetivos
militares fuera de la Autoridad Palestina. Lo de gobierno de unidad
es una circular de prensa que no pertenece al gobierno palestino.
Nosotros estamos en una democracia, y con todos los grupos que luchan
contra la masacre del pueblo palestino.
¿Esperan represalias por este atentado?
Ya tomaron represalias, con bombardeos de helicópteros
Apaches a Turkarem, Nablus, Ramalá, Gaza...
Pero no se trató de un atentado kamikaze en pleno centro
de una ciudad.
El derramamiento de sangre, así sea de una sola persona,
es demasiado. Aparte no se está esperando una represalia,
porque desde el 13 de junio que día a día somete al
pueblo palestino a través de ataques con aviones, demoliciones
de viviendas, objetivos selectivos. El objetivo selectivo evidentemente
es una limpieza étnica palestina.
¿Arafat perdió el control de los movimientos
extremistas?
No aceptamos grupos terroristas. Además, si están
dentro de Israel, ¿por qué no los controla Israel?
Reformulo la pregunta, ¿hay manera de controlar estos
atentados?
El terrorismo se controla desde ambas partes, cuando se deja
de lado la violencia. ¿Acaso el terrorismo de Israel no existe?,
¿Israel puede controlar los 180 mil colonos armados que viven
de forma ilegal en territorio palestino? Israel no controla el terrorismo
de estado, todo lo contrario, los alienta. Nosotros, en cambio,
pedimos: Señores, basta de violencia.
¿Cómo parar la violencia haciendo uso de ella?
La violencia viene siendo de los israelíes, porque
ellos ocupan nuestros territorios. Si hay una ocupación militar
eso es violencia. Ellos no aceptan que Jerusalén Oriental
está ocupada, porque no acatan las leyes internacionales,
violan el pacto de Ginebra, a eso le llamo ejercer violencia. Si
dejaran que el territorio palestino fuera controlado por los palestinos,
a partir de esa instancia nosotros vamos a dialogar.
Entrevista: Mercedes López San Miguel.
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BENJAMIN ORON,
ISRAELI
La
tregua nunca nació
Este atentado resalta aún más que es imprescindible
ejercitar nuestra política de acción selectiva,
declaró a Página/12 el embajador de Israel, Benjamin
Orón, a propósito del ataque en pleno centro de Jerusalén
ayer.
¿Qué se va a hacer en represalia?
Nosotros no pensamos en términos de represalia, sino
que la lucha contra el terrorismo es constante. El objetivo es evitar
actos atroces como este, no estamos pensando en represalias.
¿Está muerto el cese de fuego?
Es que prácticamente no nació. Desde que fue
acordado, algunos días se registró cierta baja de
tensión por la presencia de enviados extranjeros, luego de
la gran presión que hubo sobre la Autoridad Palestina por
el ataque en Tel Aviv a la discoteca, pero nunca hubo un real cese
al fuego.
¿Las recomendaciones del informe Mitchell quedan obsoletas
con el ataque de ayer?
Las mismas presuponen, por lo menos como primer paso, que
haya unos días de calma y eso hasta ahora no lo hubo. Nada
quedaría obsoleto porque todavía no se implementó.
Desde que el enviado de la CIA, George Tenet, estuvo en la región,
no tuvimos un sólo día de tranquilidad, no hubo una
semana sin atentados. El proceso no ha comenzado.
Hubo condenas de la comunidad internacional, ¿esto
significa una ventaja diplomática para Israel?
Es un precio muy alto para una ventaja diplomática,
nosotros tenemos que bregar por la seguridad de las personas en
primer término -aunque las ventajas diplomáticas sean
importantes-.
¿Cómo quedan las condenas del Departamento de
Estado sobre los asesinatos selectivos, después de este atentado?
El Departamento de Estado ha hecho declaraciones puntuales,
no creo que haya ningún cambio en la política norteamericana
en Medio Oriente y yo creo que este atentado resalta aún
más que es imprescindible tener que evitar que se perpetúen.
Y para evitar que se perpetúen está nuestra política
de acción selectiva. No estamos buscando a los civiles, sino
a las personas responsables de estos atentados. Las políticas
de acción selectiva son las que este atentado resalta más;
si la Autoridad Palestina tratara de detener los ataques como
se comprometieron en los acuerdos de Oslo se evitarían
de otra manera.
¿Por ejemplo?
Si no hay alguien que pueda bloquear el punto de salida de
los suicidas, entonces no veo más que encontrar esta gente
que programa los ataques.
¿Este atentado favorece la tesis del ministro anterior
Ehud Barak a favor de la separación unilateral de Israel
de los territorios palestinos?
La practicidad de esa idea no es muy clara: no estamos en
una situación en que haya dos territorios claramente delineados
donde uno pudiera decir hasta esta línea delimitamos;
es un territorio muy pequeño, son regiones que se cortan
en medio de las calles, así que no hay claridad demográfica.
El problema no es solamente la idea de separación, también
su practicidad.
¿Qué sigue ahora?
Sigue, si se detiene esta espiral de violencia, si se detiene
al terrorismo, con la implementación del informe Mitchell
y la reanudación de las negociaciones. Pero falta lo más
difícil.
Entrevista: M. L. S. M.
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Una
represalia israelí por ahora simbólica
El gobierno israelí anunció que responderá �en proporción�
al atentado. Hasta anoche, bombardeó objetivos en Ramalá y tomó
la sede de la Autoridad Palestina en Jerusalén Oriental.
En
el lugar del atentado, la pizzería Sbarro, en Jerusalén, instalaron
velas para llorar a los muertos.
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Los llamados a
la moderación del secretario de Estado norteamericano
Colin Powell no funcionaron. La contención que exhibió
este mismo gobierno israelí hace poco más de dos meses,
cuando un atentado en Tel Aviv había matado a 22 personas, no volvió
a mostrarse. El minigabinete de seguridad israelí aprobó
la respuesta armada, a pesar de la oposición del canciller Shimon
Peres. Y la respuesta ya comenzó. Primero, cazas F-16 bombardearon
un cuartel policial y las sedes de la radio y televisión palestina
en Ramalá (Cisjordania), donde no hubo heridos porque la Autoridad
Palestina (ANP) ya había ordenado preventivamente la evacuación
de las sedes oficiales palestinas. Y después, la policía
israelí tomó y cerró la Casa de Oriente, que es la
oficina de la ANP en Jerusalén, y la sede de la ANP en Abú
Dis, en las afueras de esa ciudad.
No parecía que esto fuera a ser todo, ya que estas represalias
no están a la altura de lo que prometieron funcionarios israelíes,
quienes habían jurado una respuesta proporcional al atentado.
Es probable que esta respuesta esté demorada por las discusiones
en el interior del gabinete de seguridad israelí, ya que el canciller
Shimon Peres se opone a una represalia masiva. O quizás se trate
de una cuestión de tiempo, en el que se está preparando
la respuesta. Algunos funcionarios israelíes han insinuado que
podría ponerse en marcha la operación de envergadura en
territorios palestinos que el Ejército israelí propuso al
gobierno luego del atentado en Tel Aviv, y que podría incluir la
destrucción de la Autoridad Palestina o la reocupación de
territorios autónomos palestinos.
Hasta la medianoche de ayer, la represalia tenía un cariz simbólico.
Por un lado, el hecho de iniciar bombardeos con aviones caza F-16 norteamericanos
sería una manera de traer a Estados Unidos al conflicto, porque
se trata de un arma de guerra con permisos especiales para operar, siendo
que el tipo de objetivos elegidos (un cuartel, o un edificio de radio
y televisión) pueden ser atacados con igual eficacia por helicópteros
Apache, cuyo perfil militar es más bajo. Por el otro, el hecho
de haber tomado la Casa de Oriente pareciera ser un mensaje israelí
a todos los palestinos. La Casa de Oriente es la sede de la Organización
para la Liberación de Palestina, que comandó Arafat durante
todos los años en los que luchó por la destrucción
del Estado de Israel, y es uno de los símbolos no sólo de
la Autoridad Palestina, sino también de la presencia palestina
en Jerusalén Oriental, invadida por Israel en 1967 durante la Guerra
de los Seis Días y reclamada por los palestinos como la capital
de su futuro Estado. Según el responsable de la Casa de Oriente,
Hatem Abbel Kadar, en la operación dos guardias fueron detenidos
y golpeados.
Alerta en Argentina
Por R. K.
La Brigada Antiterrorista de la Policía Federal puso
ayer en marcha un alerta máximo, a raíz de la tensa
situación originada en el conflicto de Medio Oriente. Esto
significa que aumentaron las guardias y patrullajes en todos los
objetivos judíos, islámicos, norteamericanos y británicos.
Una alta fuente del Gobierno le confirmó a Página/12
que todas las fuerzas fueron puestas en alerta y que una medida
de la misma naturaleza se adoptó en las zonas de frontera
para estrechar la vigilancia respecto de la gente que entra al país.
Como se sabe, las fuerzas de seguridad argentinas tienen detectadas
desde hace tiempo .-según afirman dos focos de respaldo
a las posturas islámicas más duras: una en Ciudad
del Este, Paraguay, en la zona de la Triple Frontera, y otra en
el Chuy, en la frontera entre Uruguay y Brasil. Anoche, los funcionarios
argentinos reiteraron que no tienen ningún dato concreto
de un posible atentado, pero trascendió que el alerta también
fue adoptada en Estados Unidos y otros países.
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