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EL TRIBUNAL CORDOBES QUIERE RETENER LA CAUSA DE LA VOLADURA DE RIO TERCERO
Urso apuesta a unir tráfico y explosión

Se trabó un conflicto de competencia entre el juez federal Jorge Urso, que investiga la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, y el Tribunal Oral 2 de Córdoba que lleva la causa por la explosión en la fábrica militar de Río Tercero.

Urso y su colega Juan José Galeano, junto al secretario general del Ejército, Eduardo Alfonso.

Por Eduardo Tagliaferro

Dos tribunales federales discutirán judicialmente su competencia para esclarecer las explosiones de la fábrica militar de Río Tercero, en 1995. El juez federal Jorge Urso determinó ayer que su juzgado, que investiga la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, es competente en el caso, ya que considera que la voladura fue uno de los hechos cometidos por la asociación ilícita que realizó la maniobra. “No se dará lugar a la petición del juez Urso”, dijo a las pocas horas de conocerse la resolución del magistrado porteño un vocero del Tribunal Oral Penal 2 de Córdoba.
Urso coincidió con el dictamen presentado por el fiscal federal, Carlos Stornelli, en el que se consideraba que las explosiones estaban vinculadas al accionar de la banda que realizó la venta ilegal de armas. A lo largo del expediente de Urso, Río Tercero aparece como centro de operaciones de la maniobra ilegal. En la planta cordobesa se intentó clonar los cañones italianos Oto Melara, vendidos a Croacia y también se le pulieron los números y escudos argentinos de los fusiles que integraron el cargamento enviado a los Balcanes y a Ecuador. La vinculación entre las explosiones y la venta ilegal se desprende “del encubrimiento que brota de las actividades desplegadas en Río Tercero tendientes a ocultar rastros de las maniobras ilícitas que se investigan en los presentes actuados desde el mes de marzo de 1995”, afirmó Urso.
El dictamen de Stornelli, antes de que comenzará la feria judicial de invierno, aceleró los plazos del tribunal oral cordobés, que inesperadamente anteayer adelantó el llamado de ofrecimiento de pruebas y notificó a los acusados. Ni bien se conoció la decisión de Urso, el tribunal cordobés salió a desestimar el pedido a través de un vocero. “El juez de Río Cuarto (Luis Martínez) estuvo cinco años investigando, citó a cuanto testigo y persona quiso declarar en su juzgado, trajo hasta peritos de Estados Unidos y concluyó que no había pruebas suficientes para determinar si era accidente o sabotaje”.
“Si algo está probado es que no fue un accidente”, confió a Página/12 la abogada Ana Gritti, cuyo marido falleció en la primera explosión y que es querellante en la causa. “Mienten si dicen que no encontraron las pruebas. Le tienen miedo a decir la verdad o tuvieron presiones políticas, porque las pruebas las tienen en sus manos”, afirmó Gritti. “Las pericias químicas del perito oficial, Marcos Sales, demostraron que el trotyl no arde por accidente. Para que explote hubo que utilizar un detonador más un reforzador”, concluyó en diálogo con este diario, la letrada de Río Tercero.
“Toda explosión deja huellas y hay que saber leerlas”, es la opinión que entregó públicamente el ingeniero Alfredo Hraste, perito del operario de Río Tercero Omar Gaviglio. El peritaje que Hraste entregó en la causa de Martínez en Río Cuarto fue detallada por Urso y Stornelli al momento de fundamentar la conexidad de ambas causas. Luego de analizar el trotyl y la existencia de dos cráteres en el lugar original de la explosión, Hraste concluye que esas fueron las huellas de un hecho simultáneo e intencional.
Más allá de las declaraciones a la prensa, el tribunal cordobés, deberá pedir la opinión al fiscal del juicio oral, para luego fundamentar su competencia de seguir con la causa. La disputa, entre ambos tribunales, finalmente será resuelta por la Cámara Nacional de Casación Penal, previa opinión de la Sala II de la Cámara Federal porteña, tribunal superior de Urso. Mientras se cumplan con todos los plazos legales, tanto el juzgado de Urso como el tribunal oral cordobés, continuarán con sus actuaciones.
“De probarse que el hecho fue intencional podría utilizarse la figura de homicidio que es más grave que la de asociación ilícita, por lo que esta presentación se le puede volver un boomerang a Urso”, declaró a la prensa el vocero del tribunal cordobés. Sin embargo el Código Penal, desmiente los dichos del vocero del tribunal de Córdoba. El juicio oral cordobés es bajo la carátula de “estrago culposo”. Si en las audiencias surgen cargosde homicidio, serán de homicidio culposo, que de acuerdo al artículo 189 del Código Penal, contempla como máximo penas de hasta cuatro años.
Lugar al que concurrían traficantes de armas y operadores de negocios sucios, la planta de Río Tercero tuvo entre sus visitantes a Diego Palleros y a Monzer Al Kassar. “Fue un accidente, no atentado y ustedes tienen la obligación de decirlo”, amonestó Carlos Menem a los periodistas a las pocas horas de haber arribado al lugar del hecho. A su lado con la vista baja, compartía sus dichos el entonces gobernador cordobés y actual ministro del Interior, Ramón Mestre.

 


 

EL JUEZ SPERONI PROCESO Y EMBARGO AL GENERAL BALZA
Esta vez es por el contrabando

Por E. T.

La causa del juez penal económico Julio Speroni está preocupando a los hombres del menemismo. Por lo pronto ayer sumaron otro motivo. El magistrado dictó la prisión preventiva y ordenó el procesamiento del ex jefe del Ejército general Martín Balza por el delito de contrabando agravado, una figura no excarcelable que contempla penas que van de los 4 a los 12 años de prisión. También le impuso un embargo por 700 mil pesos.
La prisión de Balza en el fuero penal económico se suma a la que cumple por orden del juez federal Jorge Urso. Además de complicar el futuro judicial del general, el fallo de Speroni es una señal que no pasará desapercibida para la Sala II de la cámara federal porteña. Anteayer la defensa de Balza apeló ante los camaristas federales el procesamiento que le dictó Urso como organizador de la asociación ilícita que realizó la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador.
Aproximadamente hace un mes, Balza había testimoniado durante unas ocho horas frente a Speroni. En su descargo había dicho que “él no firmó ninguno de los decretos que autorizaron la venta del material bélico”. Sutilmente la afirmación contenía una toma de distancia de Carlos Menem. Distancia que el general había insinuado antes de quedar detenido por Urso cuando afirmó “que había sido engañado”.
Los camaristas federales no solo deben resolver las apelaciones presentadas por las defensas de Balza, Guido Di Tella y Erman González, sino también la formulada por Carlos Menem. En este punto los tres camaristas tomaron debida cuenta de la resolución de la Sala B de la Cámara Penal Económico. El tribunal le ordenó a Speroni que indague a Menem para dilucidar su participación en el contrabando de armas. La medida contenía una virtual calificación sobre el ex presidente. Por los menos dejaba abierta una fuerte sospecha sobre su participación en la maniobra ilegal.
El menemismo espera con optimismo el fallo de los tres camaristas federales (ver aparte). Intuye una posible libertad para El Jefe. La citación en el fuero penal económico puede desactivar esa expectativa, ya que sobre la mesa de arena, Martín Irurzun, Horacio Cattani y Eduardo Luraschi, deberán sopesar el costo que les reportaría la medida, dado que existen altas probabilidades de que finalmente Menem termine detenido por las causas del contrabando de armas y de pólvora que instruye Speroni.

 

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