En diciembre de 1999, Fernando
de la Rúa y Carlos Chacho Alvarez -síntesis
de un gobierno que llegaba para marcar diferencias con el menemismo
anunciaron juntos uno de los primeros hitos de la joven gestión:
el Ejecutivo garantizaría con fondos propios el incentivo docente
y los maestros, luego de mil días de ayuno, levantaban la Carpa
Blanca. Pero eso también puede desvanecerse con la crisis. Ayer,
después de que Marta Maffei anticipara la posibilidad de reeditar
la protesta, el Gobierno salió a responder: sería
injusto, dijo el Presidente. No tendría razón
de ser, completó el ministro de Educación, Andrés
Delich que, de todos modos, agregó que no sería tan
grave si se utiliza para evitar nuevas huelgas.
De la Rúa viajó ayer a Córdoba, donde participó
del acto por el aniversario de la Fuerza Aérea. Allí habló
del conflicto con el gremio de los docentes. Sería injusto
frente a otros sectores, que se vuelva a instalar (la Carpa), sostuvo
el Presidente, y añadió que el Gobierno hizo el mayor
esfuerzo en el año 2000 para conseguir los 600 millones (de pesos)
para el fondo de incentivo docente.
Antes, Delich había coincidido con De la Rúa. (Esta
medida) no tendría justificación porque la Carpa se levantó
cuando este gobierno incorporó los fondos necesarios para cumplir
con el incentivo docente. El año pasado se cumplió totalmente,
y este año se está cumpliendo, dijo el titular de
Educación.
Sin embargo, el ex Franja Morada señaló que la iniciativa
sería positiva si evita los paros que hacen perder los días
de clase a los chicos. En ese caso, sostuvo Delich, uno podría
pensar que es una medida que, de alguna manera, puede reflejar la intención
democrática de un sector de protestar y, a la vez, protegemos también
el otro derecho que es el derecho a estudiar.
Las declaraciones de los dos funcionarios son una respuesta directa al
anuncio realizado por Maffei. El jueves, la titular de CTERA había
asegurado que el gremio docente analizará el próximo 17
agosto si relanza la protesta frente al Congreso. Además de la
situación de la provincia de Buenos Aires, en donde aún
se adeudan los sueldos de julio, Maffei expuso una serie de argumentos:
el pago en bonos, la falta de pagos, el enorme retraso, la situación
de incumplimiento reiterado, el vaciamiento de los comedores escolares.
En realidad, el Gobierno Nacional ha venido depositando en las cuentas
de las administraciones provinciales los recursos del Fondo de Incentivo.
Por eso, aunque reconocen las dificultades mencionadas por Maffei, en
la Rosada las achacan a los gobiernos provinciales y consideran injustificada
una protesta que, en caso de concretarse, apuntaría básicamente
al Ejecutivo Nacional.
Algo de esto señaló ayer Delich. Empiezo a creer que
hay motivaciones políticas para pensar que no se instala la carpa
blanca en La Plata y sí en la Capital Federal, cuando el Gobierno
Nacional está cumpliendo perfectamente con sus compromisos,
señaló el ministro.
Según explicaban en la Rosada, la amenaza de Maffei tendría
otro objetivo: la Ley de Incentivo Docente garantiza los fondos (660 millones)
sólo hasta diciembre. A fin de año, cuando se discuta nuevamente
el Presupuesto, deberá definirse si se mantienen o no. Teniendo
en cuenta las sucesivas políticas de ajuste, todo indica que, por
lo menos, los fondos estarán sujetos a tironeos. De acuerdo a esta
interpretación, el endurecimiento de la posición de los
maestros sería una forma de presionar desde ahora para que el Estado
garantice los recursos.
En cualquier caso, es evidente que la vuelta de la Carpa Blanca impactaría
negativamente en el Gobierno. Cuando se instaló, el 2 de abril
de 1997, marcó un quiebre en la relación de la sociedad
con los maestros: el ayuno de los docentes tuvo un apoyo inédito
y convocó a una larguísima serie de personalidades de todos
los ámbitos. Carlos Menem, que había apostado a que el reclamo
se desinflara, finalmente no tuvo más remedioque establecer un
impuesto especial sobre autos, barcos y aviones, aunque nunca garantizó
los fondos en el Presupuesto. Como si no bastara con los ajustes
y los recortes, con la protesta de los piqueteros, con los paros de los
sindicatos, ahora esto. El impacto sería grande, porque sería
otro argumento para emparentarnos al menemismo, reconocía
ayer un importante funcionario.
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