Ya empezó la cuenta regresiva
para el ingreso de los patacones en la escena nacional. Pero la realidad
bonaerense se muestra mucho más conflictiva que lo que desearía
el gobernador Carlos Ruckauf. Docentes y los judiciales de paro porque
no cobraron sus sueldos de julio, una marcha del Frente de Gremios Estatales
prevista para este martes, en rechazo a la versión provincial del
ajuste, y la implementación de los patacones con muchos puntos
flojos, son los elementos más calientes que atraviesan el territorio
bonaerense.
La parada más brava por estos momentos es en el Poder Judicial,
en donde ya se plantaron firmes contra el ajuste y el pago con bonos.
Ayer, el Colegio de Magistrados y Funcionarios de la justicia bonaerense
se quejó a través de un comunicado de la violencia
moral que provoca el no pago de los sueldos, y calificaron de gravísima
la situación del sector. Además, enviando un mensaje entrelíneas
a Eduardo Duhalde, antecesor de Ruckauf en el gobierno provincial, pidieron
que se investiguen las verdaderas causas que han provocado una situación
como la que se está padeciendo.
En tanto, unos 200 funcionarios del Departamento Judicial de La Plata
le hicieron saber al presidente de la Suprema Corte bonaerense, Elías
Laborde, que rechazarán el pago con patacones, porque consideran
que esos bonos podrían afectar, por su dudosa aceptación,
el carácter alimentario de los salarios. Por otra parte,
ya están designados los nueve conjueces que tendrán que
resolver los pedidos de amparo contra el pago en patacones.
El plan de ajuste de Ruckauf, en sintonía con la obsesión
por el déficit cero impulsada por el Gobierno nacional, incluye
como ejes centrales el pago en bonos a los empleados públicos que
cobran más de 740 pesos, rebaja salarial para sueldos superiores
a los 1200. Pero, por el caótico estado de las cuentas fiscales
bonaerenses, también están demoradas la entrega de fondos
para comedores escolares y guarderías, encima en zonas pobres como
La Matanza y Florencio Varela. Para peor, según un legislador de
la oposición provincial, como este ajuste es recesivo, la
recaudación en Buenos Aires cayó mucho, y si la tendencia
sigue, el mes que viene tendrán que bajar el piso del pago con
bonos.
La instrumentación de los patacones todavía está
envuelta en sombras. Esos bonos empezarán a circular este martes,
representando una masa total de 190 millones de pesos. Hasta el momento,
está confirmado que podrán servir para pagar impuestos provinciales,
y servicios públicos, aunque no todo el monto de la factura. En
cuanto a los comercios, los acuerdos están en el aire, aunque,
empujados por la recesión, los negocios los terminarán aceptando.
No les queda otra. O los aceptan, o les queda la mercadería
de clavo, dijo a Página/12 un hombre del peronismo bonaerense.
Cada municipio tiene su propia versión. En La Matanza, distrito
comandado por el justicialista Alberto Balestrini, juran que no
va a haber problemas con los patacones. Pero en Hurlingham, donde
manda otro peronista, Juan José Alvarez, fuentes cercanas a la
Municipalidad revelaron que desde la Gobernación nos deben
los fondos coparticipables de julio y gran parte de junio, y hasta ahora
no recibimos ninguna comunicación oficial sobre para qué
van a servir los Patacones.
Por lo pronto, este martes el Frente de Gremios Estatales marchará
hasta la Casa de Gobierno provincial, en la ciudad de La Plata. Ruckauf,
abrumado por las protestas, sólo atinó a pedir comprensión,
y le echó la culpa al Poder Ejecutivo nacional, al señalar
que la provincia recibe del Gobierno menos de la mitad de lo que
le corresponde. Además, confesó que si la Justicia
frena el pago en patacones, la gente cobrará sólo
los 740 en efectivo, porque no hay plata.
DElía
teme que lo maten
El líder piquetero Luis DElía aseguró
tener miedo de que intenten matar a los organizadores
de los cortes de rutas en todo el país. Primero intentaron
seducirnos, después tiramos el terror y la violencia,
después intentaron minimizarnos. Y ahora tratan de pegarnos
con la corruptela y la mafia, dijo el titular de la Federación
de Tierra y Vivienda, respondiendo a las acusaciones lanzadas desde
el Gobierno nacional, sobre irregularidades en la asignación
de los planes Trabajar.
Cuando se le acaben los argumentos, tenemos miedo de que nos
maten, señaló DElía. Estos
mismos tipos son los que hace 25 años organizaron el terror.
Y puede ser que ahora, desesperados y sin consenso social, en un
nuevo intento autoritario, traten de barrer todo esto con muerte,
agregó, aludiendo sin identificar a quienes piden mano
dura contra los piqueteros. Tenemos miedo de que nos
maten, remató DElía, conductor de los
piquetes de La Matanza junto a Juan Carlos Alderete, de la Corriente
Clasista Combativa (CCC).
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