El Día del Niño despierta ansiedad en los chicos que todavía pueden esperar un regalo, pero también en algunos adultos que sueñan con las ventas. Los ilusionados como niños son los jugueteros, pero para ellos los cuentos de hadas no existen. Página/12 habló con los fabricantes de juguetes, que trazaron un panorama bastante sombrío. Mitad culpa de la recesión, mitad de la invasión de artículos importados, las ventas de juguetes nacionales están en caída libre: respecto del Día del Niño del año pasado, ahora disminuyeron un 50 por ciento. Pero estos fabricantes, creadores de ilusiones ajenas, ya pergeñaron una estrategia que les permite ilusionarse a sí mismos: doce empresarios del rubro planean agruparse y formar un polo industrial para así, codo a codo, poder recuperar parte del mercado perdido.
“¡Grandes ofertas! Descuentos de hasta un 60 por ciento”, anuncia una juguetería de las grandes. El encargado intenta convencerse de que “ahora la gente puede comprar más cosas con la misma plata”. Pero la plata no es la misma. Susana tiene dos chicos y su presupuesto para regalos bajó. Con un billete de 20 recorre el local hasta que se decide: una camioneta de 7,90 para el nene, una cocinita de 10.90 para la nena. La estampilla pegada en los envases de los juguetes evidencia su origen: los dos son importados.
La importación es un karma para los fabricantes locales. Raul Ruibal, vicepresidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, aporta un dato significativo: “El 80 por ciento de los juguetes que hay en plaza son importados, y nos resulta imposible competir contra esos precios”. La Cámara tenía, en 1991, 250 socios y hoy son 60 “de los cuales solamente 20 fabrican exclusivamente juguetes y el resto fabrica e importa por igual”, detalla Ruibal.
Pero hay otro enemigo: los castigados bolsillos. Los comerciantes acusan una baja importante en sus ventas, si bien esperan las compras de último momento para zafar, aunque sea un poco. Pero, pesos más pesos menos, el cuadro ya es irreversible. Silvina Centanaro, encargada de una juguetería en las Galerías Pacífico, fue concluyente: “Menos gente y menos ventas”. Y menos utilidad, podría agregar, ya que los precios bajaron. “Un juguete que se vendía a 39 pesos, hoy cuesta 25”, detalla Silvina. Tampoco ayuda la coyuntura económica. Antes muchos clientes gastaban un poco más de lo que tenían pero financiaban su compra hasta en 12 cuotas. Hoy nadie quiere endeudarse, ni siquiera por unos pocos pesos: “La gente está muy desconfiada, prefiere gastar en efectivo lo que tiene y no comprar en cuotas. Ya nadie financia a 12 meses, y menos en dólares”, apunta la encargada.
Los negocios de “Todo por dos pesos” venden exclusivamente artículos importados, y a bajos precios, pero tampoco le escapan a la crisis. Ariel Remigolski, gerente de una cadena que tiene varios negocios del ramo, asegura que facturará un 30 por ciento menos que el año pasado. “La semana fue pésima”, se queja, y no tiene muchas esperanzas de que el panorama cambie entre hoy y mañana. Y da un ejemplo para graficar que la recesión no deja títere con cabeza: “En los años anteriores un hogar para chicos gastaba 100 pesos y nos compraba regalitos para todos. Este año compraron chupetines”.
Desde la Cámara de Actividades Mercantiles confirmaron que “se está evidenciando una fuerte caída de compras, porque el ajuste pegó en el consumo”. Por su parte, los fabricantes de juguetes apuntaron una merma de un 50 por ciento de la venta con respecto al año pasado. Aunque si bien la lucha contra los importados es despareja, todavía hay sectores en los que mandan: los juegos de salón y los didácticos, que por cuestiones culturales y de idiosincrasia todavía no pudieron ser globalizadas. El otro bastión son los juguetes de plástico de gran tamaño: como los importados pagan flete por volumen y no por unidad, no es negocio traer de afuera artículos grandes. Pero los fabricantes no se conforman. El vicepresidente de la Cámara contó a este diario que un grupo de 12empresas se agruparon para formar un polo industrial, que tiene previsto instalar en pocos meses en Villa Soldati: “Vamos a bajar costos y emprender desarrollos conjuntos para modernizarnos. Con el esfuerzo común vamos a salir adelante”, se esperanzó.
Producción: Hernán Fluk

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