Por Rosie Cowan
Desde
Belfast
El gobierno del Reino Unido
tomó ayer la difícil decisión de poner brevemente
en la congeladora a la asamblea de poderes compartidos de Irlanda del
Norte, para darles a todas las partes seis semanas para sobreponerse al
bloqueo que amenaza al proceso de paz. John Reid, ministro para Irlanda
del Norte, que anunció la suspensión en el Castillo de Hillsborough
después de días de agitada especulación, dijo que
el tiempo extra era la opción menos mala, ya que las
partes han hecho progresos sobre los obstáculos de decomisión
de armas, desmilitarización y policía y que nuevas elecciones
podrían polarizar la situación aún más. Pero
un Sinn Fein furioso acusó al gobierno de romper los términos
del acuerdo de Viernes Santo para complacer a los unionistas y advirtió
que los republicanos podrían encontrar que era un precio demasiado
alto.
Mientras Sinn Fein confirmaba que permanecía comprometido con el
proceso de paz, en los círculos gubernamentales existía
alguna preocupación de que IRA pudiera cortar el contacto con la
comisión de desarme del general John de Chastelain, como lo hizo
después que el ex ministro para Irlanda del Norte, Peter Mandelson,
suspendiera las instituciones en febrero del año pasado. La Asamblea
de Stormont habría colapsado a la medianoche por la negativa del
líder unionista David Trimble a retomar su puesto como primer ministro
porque el IRA no había comenzado a destruir sus armas. Los Provisionales
habían acordado con el General de Chastelain un método confidencial
para decomisionar las armas, pero Trimble dijo que no era suficientemente
bueno.
Reid, sin embargo, dijo que estaba alentado ya que el programa de acción
de los gobiernos británico e irlandés para romper el estancamiento,
aunque no está totalmente apoyado por los principales partidos
del acuerdo a favor del acuerdo de Viernes Santo, era visto como una base
de progreso. En general parece tener el potencial para que todos
avancen juntos dijo. Es por ese potencial, y por el hecho
que estamos provocativamente cerca de estar en un mundo diferente aquí
en Irlanda del Norte, que creo que las partes deberían tener más
tiempo. Creo que es la forma en que se minimiza la destrucción
y el posible daño al proceso de paz y se maximizan las oportunidades
para construir sobre el progreso ya hecho. Llegué a la conclusión
de que iría contra los intereses del proceso de paz precipitar
a Irlanda del Norte nuevamente a elecciones y a la atmósfera política
más polarizada que inevitablemente resultaría.
Tony Blair, hablando desde México donde está de vacaciones
pero desde donde ha mantenido un contacto constante con la situación,
dijo: Cuando hemos llegado tan lejos, creo que la gente estará
de acuerdo con ambos gobiernos acerca de que deberíamos darle más
tiempo a las partes para tratar de acercar sus posiciones. Trimble,
que partió ayer a la mañana de vacaciones familiares por
dos semanas, dijo que la suspensión era el camino más aceptable
y el SDLP nacionalista había aceptado reticentemente, con el principal
miembro del partido, Alban Maginness, admitiendo que más elecciones
serían pura locura.
Pero Sinn Fein acusó a Reid de aceptar el veto unionista. Nadie
debería considerar que las instituciones simplemente pueden ser
suspendidas por pedido de David Trimble y luego volver en semanas o meses
futuros a todos los otros temas sin considerar los efectos de estas acciones,
especialmente sobre la opinión nacionalista y republicana,
dijo Martin McGuinness, de Sinn Fein. Acusó a Trimble por no responder
al último movimiento de IRA. El IRA ha tenido una permanente
influencia a través de todo el curso de este proceso y utilizar
un lenguaje de presiones contra una organización que hizo estos
esfuerzos es contraproducente, dijo. David Trimble necesita
reconocer lo que la gente está diciendo en las calles. Los feinianos
estamos en el lugar y no vamos a los asientostraseros del ómnibus
por David Trimble, John Reid, Tony Blair o cualquiera.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
ITALIA
Y LOS NUEVOS BRIGADISTAS
Vuelve la vida en rojo
El fantasma de la reaparición
de las Brigadas Rojas amenaza con ser realidad. El grupo extremista de
izquierda denominado Núcleos Territoriales Anti imperialistas
por un Partido Comunista Combatiente (NTA-PCC) herederos declarados
de las Brigadas Rojas (BR) de los 70 se adjudicó el
atentado explosivo de anteayer contra el Tribunal de Venecia. El grupo
reveló su autoría mediante un documento que, tras explicitar
la lucha de clases y repudiar el asesinato del manifestante anarquista
en Génova, tenía estampada una estrella roja de cinco puntas,
símbolo tradicional de las brigadas setentistas. La misma estrella
pero junto a las iniciales BR estaban en una carta dirigida
al domicilio particular del primer ministro Silvio Berlusconi. El sobre,
tal como el de anteayer, también contenía un proyectil.
El panfleto fue encontrado en un cesto de basura en Mestre, un suburbio
de Venecia, luego de que un diario recibió un llamado de aviso.
Con un texto de dos páginas, sus autores reconocen la bomba que
explotó el jueves en el Palacio de Justicia de Venecia, el mismo
día en que Berlusconi se dirigía a esa ciudad. El documento
festeja haber atacado y destruido el templo de la institución
judicial burguesa, el tribunal. Tal como se especulaba, el atentado
parece ser una respuesta a la represión policial desatada durante
la cumbre del G8 en Génova ya que arremete contra los jueces y
las fuerzas de seguridad. Y dice: Lloramos al anarquista Carlo Giuliani,
ejecutado en Génova por los asesinos al servicio de la burguesía
imperialista nacional e internacional. El NTA-PCC ya era conocido
por las autoridades en la región del noreste de Italia. Pero, el
procurador de Verona, Guido Papalia, subrayó que su reivindicación
da al atentado una nueva gravedad ya que pretende demostrar la capacidad
de cometer atentados de mayor fuerza. Quien lleva a cabo actos de este
tipo no excluye la posibilidad de cometer daños más graves
que los ya producidos, ni atentar contra personas. El mismo día
apareció -en el correo de Milánun sobre con una bala dirigido
a Berlusconi junto a una carta que incitaba a la lucha armada. El texto
tenía la misma firma que el documento aparecido en Venecia: la
estrella roja de las BR. La policía está verificando si
la reivindicación es verosímil.
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