Si usted está conforme
con el actual rumbo económico, tendrá la posibilidad de
demostrarlo. El jueves 16 de agosto nos vamos a juntar, después
de trabajar, a las 18:30, frente a la Casa Rosada para brindar un apoyo
al actual rumbo económico con un aplauso general, puede leerse
en un mail que circula por estos días en la red convocando a un
encuentro sin banderas políticas, sin oradores, sin discursos,
sin piquetes, sin paros, sin reclamar planes trabajar, simplemente nosotros,
la Mayoría Silenciosa. Mayoría silenciosa que decidió
mantener el anonimato ya que si nos diéramos a conocer cualquiera
pudiera pensar que lo que buscamos es poder, dinero, o lo que se les ocurra.
La única forma de contactarse con ellos es escribirles a la dirección
aplauso_general@hot mail.com. Eso sí: si no está de acuerdo
con el planteo, sepa el lector que puede recibir respuestas como tenían
que ser zurdos, se merecen la parrilla.
La Mayoría Silenciosa abunda en su mail acerca de las cosas que
no los representan. La mayoría silenciosa que no se siente
representada por los piquetes, por los paros y por los sindicalistas a
los cuales financiamos con nuestros sueldos e impuestos. Está cansada
de subsidiar al Estado. Quiere la reducción del costo político,
quiere trabajar en paz, quiere circular sin miedo y en libertad.
Como ocurre en toda cadena de mails, es difícil reconstruir quién
fue el primero en recibirlo. Ariel Filadoro fue uno de los eslabones de
esta cadena. Un buen día recibió un mail de una amiga que
estudia en Ciencias Económicas. En el mail, su amiga le reenviaba
la convocatoria que le había llegado a ella. Ariel se indignó
y decidió responderle al misterioso grupo con otro mail. Lamento
mucho que prosperen esta clase de convocatorias. Porque si bien es verdad
que no existen espacios políticos que representen a la población
y mucho menos dónde participar, y que una buena parte de la clase
media no es capaz de mover un dedo por el otro, también es cierto
que salir a apoyar al gobierno es precisamente salir a convalidar toda
esta lógica de la política que nos lleva por tan mal camino,
disparaba en su texto. Unos párrafos después, Ariel se preguntaba:
¿Un aplauso general? ¿Aplaudir qué? ¿Aplaudir
que el desempleo es del 16,4 por ciento? ¿Aplaudir que una de cada
tres personas en la Argentina está bajo la línea de pobreza?
¿Aplaudir los mecanismos de chantaje tal como el riesgo país
para introducir rebajas en los salarios de la gente que trabaja?
Como respuesta a su respuesta, Ruth, la amiga de Ariel que le había
enviado el texto inicialmente, le escribió: Como de costumbre,
coincido plenamente. A lo que un tal Maxi agregó: Lo
que pasa es que con ese nombre no parecés argentina, por lo tanto
el sentimiento nacionalista nunca lo tuviste. Y un tercero propuso:
Dejala, Maxi, tenían que ser zurdos... se merecen la parrilla.
Y un cuarto: Ruth, antes de opinar, Geéte Mi Lucha (el famoso
libro de Adolf Hitler).
Comentarios antisemitas al margen, esta gente sigue convocando a la Plaza
de Mayo a través del ciberespacio. Hay quienes creen que esto es
una operación del Gobierno, otros creen que es gente común
y corriente que coincide con la actual política económica.
Ellos insisten, y ante la consulta de cada nueva persona que les pide
precisiones por mail, reiteran que no piensan darse a conocer: Recordá
que no somos ni pertenecemos a ninguna organización, partido político,
agrupación, ni nada que se le asemeje, no buscamos poder, lucro,
ni nada similar.
Informe: Verónica Gago
Un hecho auspicioso
El diario La Nación festejó, en su editorial del
día jueves, la convocatoria de la Mayoría Silenciosa
en el marco de un texto esencialmente contra los piqueteros. Una
noticia como el anuncio de un encuentro por realizarse próximamente
en la Plaza de Mayo para brindar apoyo a los esfuerzos que está
haciendo el Gobierno para encauzar la economía del país
debe ser interpretada como un hecho de verdad auspicioso, en primer
lugar porque la sola convocatoria vuelve patente la concreción
de un serio esfuerzo por quebrar la inmovilidad que ha caracterizado
a este importante segmento de la sociedad argentina, a menudo identificado
con la frase célebre y triste que recomienda: No te
metás. También puede leerse que el diario destaca
como positivo que el acto no tendrá ningún tinte
partidario ni intervendrán en él oradores: lo previsto
es simplemente que la multitud prorrompa en un aplauso general como
única manifestación externa al apoyo que quieren brindar.
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