PISTAS Los llamados abundaron, atraídos por los tres millones de la recompensa. La mayoría, dicen en los tribunales de Retiro, eran poco creíbles, manera cortés de decir que eran cuentos de presos esperanzados en lograr un mejor trato. Hasta ahora hay sólo diez legajos abiertos y tres pistas que tal vez podrían ayudar a explicar cómo se puso la bomba en la AMIA el 18 de julio de 1994.
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